Para muchos, Phoenix representa la peor cara de la ola de calor que sacude el hemisferio norte. La ciudad, en el corazón del estado de Arizona en EE.UU., suma 20 días consecutivos superando los 43ºC, superando a su anterior récord de 18 días por encima de esta temperatura.

Además, el lunes por la noche la temperatura fue de 35°C, la cifra nocturna más alta jamás registrada, superando el récord anterior de 33,8°C de 2009. A la fecha, el 27% de la población estadounidense se ha visto afectado por esta ola de calor extrema, es decir, 91 millones de personas.

En Europa la situación es similar, afectando a países como Italia, Chipre, Croacia, Grecia y España con extremas en torno a los 40°C, mismo caso en Japón y China. Este último anotó 52,2 grados Celsius en la ciudad de Sanbao. ¿Podría replicarse este fenómeno en Chile en los próximos meses?

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que desgraciadamente la temperatura global completó dos semanas consecutivas en valores récord. “Desde el 3 de julio pasado, la temperatura global ha estado en torno a los 17°C, valores nunca antes registrados. Lo anterior significa que nos encontramos en territorio desconocido, nunca antes un humano ha caminado sobre un planeta tan cálido como el actual”.

“Aunque una temperatura global de 17°C puede sonar poco, este es un promedio que enmascara extremos mucho mayores. Por ejemplo, en los últimos días se han registrado récords múltiples de calor en todo el mundo. Más de 52°C en China, 53°C en el Valle de la Muerte en California, más de 48°C en el norte de África”, añade Cordero.

El climatólogo sostiene que si bien el invierno ha ayudado a moderar las altas temperaturas en nuestro hemisferio, también en el hemisferio sur se han registrado temperaturas insólitas. “El 2 de julio, por ejemplo, se registraron precipitaciones en la Antártica, no nieve. Tener precipitaciones líquidas en la Antártica, durante el invierno, es extraordinario, y un ejemplo más de las anomalías asociadas a una temperatura global desbocada”.

“Las altas temperaturas de este año no solo son consecuencia del empuje del calentamiento global, también El Niño está empujando la temperatura global al alza. Lo anterior significa que, si El Niño persiste hacia fines de año, el próximo verano austral (incluido Chile) podría también estar marcado por temperaturas récord”, establece Cordero.

De hecho, agrega, en Santiago perfectamente podrían registrarse 39°C, superando el actual récord de 38,3°C logrado en enero de 2019. “La gran mayoría de los récord de temperatura en Santiago y en la zona centro ocurren en años de El Niño, como este”, dice.

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El desarrollo de El Niño ha favorecido altas temperaturas en todo el planeta, con particular virulencia en el hemisferio sur y en Sudamérica. “Mayo fue el mes más caluroso jamás registrado en esta región, julio probablemente termine en la parte alta del ranking de temperaturas. Las altas temperaturas exacerban la sequía al favorecer la voz transpiración y secar aún más el suelo”, indica Cordero.

Considerando que se prevé que El Niño persista hasta al menos el primer trimestre del próximo año, “lo más probable es que tengamos un verano extraordinariamente cálido. Lo anterior significa que la siguiente temporada de incendios En Chile podría ser tan activa como la anterior”, añade

También dice presente el cambio climático, que marca un nuevo hito. Por primera vez, desde que existen registros confiables, la anomalía en la temperatura en el hemisferio sur fue mayor a 1°C (4 de julio). Empujada por el fenómeno de El Niño, la temperatura en el hemisferio ha estado en niveles récord desde febrero de 2023.

Fenómeno de El Niño: temperatura del océano Pacífico sube a valores no vistos en 25 años

El pasado 8 de junio, la Noaa confirmó oficialmente el arribo de El Niño. Según científicos del Centro de Predicción Climática de la Noaa, una división del Servicio Meteorológico Nacional, en la perspectiva mensual publicada ese día, los meteorólogos emitieron un “Aviso de El Niño”, señalando que las condiciones del fenómeno están presentes y se espera que se fortalezcan gradualmente.

El Niño está asociado con el debilitamiento de los vientos alisios del este y el movimiento de agua cálida desde el Pacífico occidental hacia la costa occidental de las Américas. El fenómeno puede tener efectos generalizados, a menudo trayendo condiciones más frías y húmedas al suroeste de los EE.UU. y sequías a los países del Pacífico occidental, como Indonesia y Australia.

Desde entonces, el océano Pacífico, frente a las costas de Ecuador y Perú han ido elevando su temperatura hasta niveles récord. Según un análisis del grupo científico Antarctica.cl, liderado por Cordero, la temperatura del Océano Pacífico, frente a las costas de Ecuador y Peru, se encuentra en valores no observados en 25 años, superando nivel alcanzado en el #SuperNiño2015.

El análisis señala que la anomalía en Zona1+2, justo frente a las costas de estos países, alcanzó esta semana los 2,9°C. La última vez que el océano superó esta temperatura en esta zona fue en mayo de 1998. De acuerdo al registro, las probabilidades de que se trate de un evento “fuerte” suben a 56%

Según el análisis de Antarctica, El Niño también está empujando la temperatura atmosférica al alza, que en todo el continente americano está en valores récord. de hecho, mayo de 2023 fue el mes de mayo más cálido jamás registrado tanto en Sudamérica como en Norteamérica.

En un informe publicado el 8 de junio de 2023, el Centro de Predicción Climática de la NOAA declaró que las condiciones de El Niño estaban presentes. El informe señaló que las temperaturas de la superficie del mar en la región Niño 3.4 del Pacífico tropical (de 170° a 120° de longitud oeste) que en mayo de 2023 estaban 0,8°C por encima del promedio a largo plazo.

Los meteorólogos esperaban que las condiciones de El Niño se fortalecieran gradualmente en el invierno del hemisferio norte de 2023-2024, momento en el cual pronosticaron un 60 por ciento de probabilidad de que se desarrolle un El Niño de intensidad moderada y un 56 por ciento de probabilidad de un fuerte El Niño.

Sin embargo, a partir de junio de 2023, el fenómeno no estaba tan avanzado como los eventos anteriores de El Niño en la misma época del año, según Josh Willis, oceanógrafo y científico del proyecto Sentinel-6 Michael Freilich en JPL.

“Todavía es un poco pronto para decir si será grande”, dijo Willis. “Probablemente tendrá algunos impactos globales, pero todavía hay tiempo para que este El Niño decepcione”.

El Niño es un fenómeno climático natural marcado por temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio en el Océano Pacífico central y oriental cerca del Ecuador, que ocurre en promedio cada 2 a 7 años. Aunque, los impactos de El Niño en el clima se extienden mucho más allá del Océano Pacífico.

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