Pese a 36°C de este jueves, incendio en Curacaví frena histórica racha de calor en Santiago
La capital se ha visto afectada por altas temperaturas y una ola de calor récord, la más dilatada durante cualquier verano meteorológico. Sin embargo, los últimos incendios forestales la detuvieron la detuvieron abruptamente.
Evento de Altas Temperaturas Extremas. Así ha catalogado la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) la situación climática durante los últimos días en la zona central del país. Las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins se han visto afectadas por el fenómeno climático. Sobre todo Valparaíso y Santiago, ciudades en las que las temperaturas han girado en torno a 37°C.
Este escenario de calor extremo viene a coronar un año marcado por diferentes récords, un 2022 que no ha pasado desapercibido, y que quedará en los libros de registros históricos.
El último de éstos fue una ola de calor en Santiago, que se registró desde el 3 al 13 de diciembre, alcanzando 11 días consecutivos. Este evento climático rompió más de un récord. Inicialmente, cuando aún llevaba seis días, era la más extensa en diciembre desde que existe registro, igualando lo sucedido en 2019. Luego, al alcanzar siete días, se convirtió en la más larga para cualquier mes del verano meteorológico, aunque compartía el récord con febrero, también de 2019.
Al llegar a ocho días consecutivos, se transformó en la ola de calor más extensa en exclusivo desde que existe registro, o más bien, de la historia, durante el verano meteorológico en la capital. El récord absoluto para cualquier estación del año corresponde a marzo de 2015 con 14 días seguidos.
Sin embargo este miércoles llegó a su fin con 31,4°C, faltando solo 0,4°C para marcar 31,8°C y ser considerado un día más de la ola de calor.
Uno de los motivos que provocó un descenso en la temperatura fue el incendio forestal que afectó a Curacaví, el que generó una inmensa nube de humo tóxico, la cual posiblemente contribuyó a que el termómetro de la DMC no haya marcado un número mayor (para hoy se esperan 35°C-36°C), analiza Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago.
El siniestro fue catalogado como Alerta Roja, tras consumir más de 500 hectáreas. “Si las temperaturas extremas observadas los últimos dos meses se mantuvieran en el próximo bimestre, podríamos tener una temporada de incendios forestales particularmente activa”, advierte Cordero.
Los incendios forestales han causado estragos en el país la última temporada. A la fecha, se han registrado 1.711 en todo el país, totalizando una superficie afectada (ha) de 16147.91.
Factor 30-30-30
Temperaturas superiores a 30°C, vientos sobre los 30 kilómetros por hora y una humedad relativa del ambiente inferior a 30%. Este es el conocido Factor 30-30-30, una combinación de condiciones bajo las cuales se facilita la propagación de incendios forestales.
Según Miguel Castillo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, es importante destacar que este escenario no necesariamente es un requisito para que las llamas abarquen una mayor superficie. Este Factor es una señal de alerta, afirma, ya que se trata de condiciones muy favorables para incendios forestales de magnitud.
“Es útil. Por ningún caso es descalificable, solo que el origen del término no está demostrado científicamente, pero se acerca a las condiciones de extremo cuidado que debiera tomar conocimiento el gestor de incendios para tomar medidas”, detalla el investigador del Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Chile. Agrega, además, que “cuando se habla de esta condición, uno piensa que los incendios van a ser feroces y a veces no es así porque va a depender mucho del lugar donde se presente y la oportunidad de cómo se combata”.
De acuerdo a Castillo, el “Factor 30-30-30″ muestra su utilidad en las estrategias de prevención y en la entrega de información a la comunidad, sobre todo si se toma en cuenta las constantes olas de calor.
Hay que “preparar a las comunidades con respuestas anticipadas”, dice Castillo, y precisa que, “por ejemplo, si la meteorología indica que a contar de mañana o en 72 horas más se viene una ráfaga de viento permanente y seco, y las condiciones no van a bajar de los 30°C o 32°C, las comunidades debieran establecer ciertos mecanismos de presupresión (preparación para un eventual combate): limpiar basurales, techumbres, actualizar redes de WhatsApp, coordinación con los municipios para ver cómo están las presiones de agua, cómo está el tema de los automóviles en cuanto a estacionamiento, caminos e infraestructura crítica”.
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