La obesidad es un tema que durante las últimas décadas se ha instalado en la agenda mundial de salud pública, por el significativo aumento que está experimentando en todos los rangos etarios.
Si bien el enfoque fisiológico ha predominado en su diagnóstico y tratamiento hasta ahora en Chile, desde la Universidad de La Frontera un equipo de investigadoras e investigadores del Doctorado en Psicología está siendo pionero en generar evidencias desde un enfoque psicológico y conductual.
La investigación, confirmó que la discriminación y los prejuicios asociados a tener un peso elevado, predispone a quienes son objeto de ellas a adoptar conductas menos saludables.
El estudio, que recibirá el premio IJBM Regional Award for Excellence in Publication in Behavioral Medicine for South America, es el resultado de la tesis doctoral de Daniela Gómez, investigadora Departamento de Psicología y directora Laboratorio Estigma, Discriminación, Salud y Alimentación (LEDSA) de UFRO.
El objetivo principal era levantar evidencia respecto del fenómeno de estigma asociado al peso corporal en Chile, que si bien en varios países ya se estudía en la actualidad y se estaba posicionando el estigma como una variable a considerar en el abordaje de la obesidad, pero “su estudio en Chile era prácticamente inexistente” explica Gómez.
Premiado estudio muestra qué pasa cuando discriminas a un obeso
“Hablar del cuerpo de alguien u opinar sobre el peso de alguien es una característica cultural en nuestro país” plantea la investigadora, y “por lo que -en mi opinión- tener evidencia que da cuenta de las consecuencias que tienen estos comentarios es crucial”.
El estudio cuantitativo, se llevó a cabo en la región de La Araucanía con una muestra de casi 400 hombres y mujeres y se aplicaron diversos instrumentos válidos y confiables para medir las variables de interés de la investigación, incluyendo el estigma de peso, el estrés crónico, la alimentación poco saludable y el IMC.
Al realizar los análisis, se demostró que las situaciones de estigma de peso se asocian con:
- Estrés crónico, es decir, hay consecuencias a nivel psicológico en la persona.
- Una alimentación poco saludable. Estas experiencias se vinculan a una ingesta alimentaria de productos con mayor densidad calórica,
Por lo tanto, es importante comprender que “si queremos contribuir con la salud de otras personas, pareciera ser que restringir este tipo de comentarios es la mejor alternativa, de ese modo no desencadenamos respuestas que son negativas y dañinas para la salud” enfatiza Gómez.
Ambas variables, a su vez, se relacionan con un mayor IMC. “De esta manera, estamos demostrando que el estigma en sí mismo es una variable negativa y es una experiencia común en personas con mayor IMC”, afirma la doctora.
De esta manera, el estigma asociado al peso, que incluye la discriminación y los prejuicios asociados a tener un cuerpo grande, predispone a las personas a adoptar conductas menos saludables lo que plantea la existencia de un círculo vicioso en el cual las respuestas psicológicas, como el estrés o la ansiedad, se relacionan con conductas como el consumo excesivo de alimentos de gran densidad calórica, lo cual dificulta la pérdida de peso.
Lo que no se puede desconocer, según la autora principal, es que muchos de los comentarios de discriminación, aunque no tengan una mala intención en su base, son la expresión de prejuicios y discriminación, “por lo que contribuir con evidencia que explica lo negativo que es para la salud de alguien emitir estos juicios, podría ayudar al cambio cultural que necesitamos empujar”.
¿Sólo comentarios negativos?
En cuanto al tipo de comentarios que se realizan y que pueden generar una alimentación poco saludable, los resultados del estudio apuntan a que por distintos motivos, como consecuencia de estos comentarios, ya sean expresados como “positivos” o “negativos”, “nuestras estrategias de afrontamiento pueden ir en la línea de una sobreingesta alimentaria” señala Gómez.
Hay muchas estrategias de afrontamiento que se podrían estudiar como consecuencia del estigma.
Por ejemplo, en estudios que el mismo equipo realiza actualmente, se pone atención en la conducta de actividad física o sedentarismo, también en el aislamiento social o en la insatisfacción corporal que se asocian a las experiencias de estigma, así como también en respuestas de afrontamiento más activas, que buscan detener el estigma o limitar los comentarios recibidos en relación a la forma corporal.
La investigación, publicada por la Revista de la Sociedad Internacional de Medicina Conductual la conducta alimentaria no se reduce a un solo estímulo.
Restringir los comentarios
A veces las personas comen no porque tengan hambre, sino como respuesta a un estado emocional. “Nuestro estudio muestra que el estrés y estas experiencias negativas desencadenan no solo el deseo psicológico de comer algo, sino también una respuesta fisiológica, como el aumento de cortisol, que también se relaciona con el consumo excesivo de alimentos”, explica la investigadora de la UFRO.
El estudio identificó también otro aspecto relevante:
Los comentarios relacionados con la apariencia tienen consecuencias muy negativas en personas con sobrepeso, y la principal fuente de discriminación se encuentra dentro de la familia.
Además, los entornos sociales, el transporte, la ropa y los contextos sanitarios también contribuyen a esta discriminación.
En este sentido, la Dra. Gómez enfatiza la importancia de restringir estos comentarios sobre el peso para promover la salud, ya que el peso corporal no es un indicador absoluto de la salud.
“Es importante transmitir a la sociedad que los comentarios que podemos hacer sobre otra persona tienen consecuencias, en este caso particularmente, tenemos la evidencia que respalda el por qué no debemos hablar del cuerpo del otro” enfatiza la investigadora.
Muchas veces, las personas argumentan que comentar sobre el cuerpo o el peso de alguien justamente porque están interesados en su salud, sin embargo, a la luz de la evidencia, “si nos interesa realmente la salud de alguien, entonces con mayor razón debemos evitar cualquier situación estigmatizante”.
Por ejemplo, se recomienda:
- Dejar de juzgar a alguien por su peso, o de hacer bromas por la cantidad de comida que alguien ingiere.
- No hacer notar en otra persona si ha perdido o ganado peso.
- Cuestionar las propias creencias de una persona. Por ejemplo, “muchas personas creen que el peso alto es sinónimo de enfermedad y no necesariamente es así, podríamos estar frente a una persona delgada que tiene enfermedades o frente a una persona de peso alto que metabólicamente es saludable, por lo que juzgar su salud solo por su apariencia sería un error”.
“Honestamente, me gustaría que como sociedad avancemos a tal nivel que no sea necesario que siga estudiando este fenómeno y tenga que cambiar el foco” señala Gómez.
De esa forma, se sabría que el estigma por peso no es un tema al cual se tenga que poner atención, pero por lo pronto, la investigadora espera seguir desarrollando investigación que ayude a comprender las consecuencias del estigma y poder comunicar en todos los espacios posibles los hallazgos a los que han conseguido.
Más allá del activismo
La publicación, será galardonada por la Sociedad Internacional de Medicina Conductual, como parte de un reconocimiento hacia la contribución regional que significó publicar los resultados de este estudio.
“Siento mucha satisfacción y alegría por la valoración al trabajo que estoy liderando, sobre todo si consideramos que a nivel geográfico somos una región muy pequeña de América del Sur, entonces quehaya decidido reconocer este trabajo es sin lugar a dudas un gran logro para mi” expresa Gómez.
Por otra parte, creo que en la medida que este reconocimiento logre visibilizar los hallazgos, “estamos también alcanzando espacios que son difíciles de acceder, digo esto porque para quienes estamos en investigación es imprescindible conectarnos con la política pública o con los organismos encargados de la toma de decisiones, entonces esta misma nota que surge a propósito del reconocimiento, puede contribuir en la visibilización que hacemos de temas tan importantes como este” añade.
“La salud es un área prioritaria y donde existen enormes brechas. Por ello, en la Universidad de La Frontera hemos puesto a disposición nuestra capacidad de investigación aplicada para llevar evidencia científica a uno de los asuntos que más afectan a nuestra sociedad actual como lo es el estigma del peso y las consecuencias que ello conlleva “, comenta por su parte el rector de esa casa de estudios, Eduardo Hebel.
Junto a la Dra. Daniela Gómez, participaron en esta publicación la Dra. Margarita Cancino y el Dr. Manuel Ortiz, ambos de la Universidad de la Frontera, más la Dra. Patricia Moreno, que actualmente es académica de la Universidad de Miami, pero que en el momento de la publicación se desempeñaba como investigadora en la Universidad de Northwestern.