El cambio climático ha cobrado muchas víctimas alrededor del planeta, y en Chile no es la excepción. A la fecha existe una numerosa lista de icónicos ríos, lagunas y lagos que se han visto seriamente afectados, como el río Cauquenes o el lago Peñuelas. Incluso, algunos de ellos, definitivamente desaparecieron. Es el caso de la laguna Aculeo, la que actualmente no es más que tierra.
La última víctima se encuentra en el sur del país, en la Región de la Araucanía: el lago Caburgua. Con una superficie de 53 km², el lago situado al noreste del Villarrica y al este del Parque Nacional Huerquehue, ha registrado un considerable descenso en el nivel del agua en los últimos diez años. Se estima que está 300 metros más abajo de su nivel histórico.
El cambio climático es señalado como el principal culpable, y la falta de precipitaciones ayuda a acrecentar el fenómeno. La zona centro-sur del país, al igual que la zona central, ha estado perdiendo precipitaciones desde los años 80, a un ritmo de entre 7% y 8 % por década. En total, son un 30% más bajas que en la década de los 80.
La situación en el sector es crítica. Con la aprobación unánime del concejo municipal, Pucón (que incluye a Caburgua) fue declarada la semana pasada como “Comuna en Emergencia Climática”, considerando el grave escenario hídrico en la zona lacustre.
El alcalde de Pucón, Carlos Barra, mediante el decreto número 2975 declaró situación de emergencia climática y medioambiental, especificando que debe elaborarse con urgencia y de manera participativa una agenda local de cambio climático, con el objetivo de lograr ser carbono neutral al año 2050, y en coherencia con las directrices generales establecidas en la estrategia climática de largo plazo y el plan de acción regional de cambio climático.
Evelyn Silva, directora de la Dirección de Aseo, Ornato y Medioambiente del municipio, señala que “la idea nace como un anticipo a todo lo que puede venir con el cambio climático, sobre todo para los sectores rurales, donde hay escasez de agua y riesgo de incendios forestales, afectando la flora y fauna que rodea la zona considerada de alto interés turístico”.
Silva agrega que este decreto permite desarrollar acciones para enfrentar esta crisis mundial de emergencia climática, recientemente declarada y profundizada en la COP26.
Daniela García, concejala y presidenta de la comisión de medioambiente del Concejo Municipal de Pucón, añade que el decreto de emergencia climática permitirá diseñar políticas locales y planificación presupuestaria que apunta hacia la sustentabilidad y regeneración de manera activa. “Entiendo que el cambio climático es un hecho, como comuna debemos adelantarnos en generar las condiciones para la adaptabilidad y resiliencia a los cambios que vienen”.
Además del cambio climático y la falta de precipitaciones, también se ha considerado la opción de fisuras subterráneas, generadas a partir del terremoto que afectó al sur de Chile en 2010, sumado a la intervención de terceros, a través de desvíos de los ríos que abastecen el lago, sin embargo, las dos primeras son las dos hipótesis que han tomado más fuerza debido al respaldo estadístico que tienen.
Sin embargo, una buena noticia fue dada a conocer en los últimos días. Un estudio realizado por el Vigilantes del Lago de la Fundación Red de Nuevas Ideas, determinó que la transparencia de las aguas del lago Caburgua, no estaría siendo afectada a pesar del descenso de su volumen.
Un grupo de investigadores analizó en detalle las aguas del lago y concluyó que éstas, si bien han disminuido su caudal en los últimos años, aún tienen buena calidad, con 19 metros de transparencia. Víctor Durán, líder del proyecto Vigilantes del Lago, señala que monitorearon la calidad de las aguas del lago en una estación frente a playa Negra de Caburgua, “parámetros como transparencia, temperatura, pH, color y modelamos nitrógeno, fósforo y clorofila”.
El promedio de los registros oficiales es de cerca de 16 metros (época estival) y estudios de la Universidad Austral de Chile sitúan la transparencia entre 11 y 21 metros. Asimismo, los monitoreos históricos de Vigilantes del Lago están entre 10 y 18 metros. El resto de los parámetros medidos están en la normalidad comparado con registros históricos.
Seguirán con monitoreos mensuales hasta marzo. “Si disminuye la transparencia quiere decir que el lago se va deteriorando (técnicamente se llama eutrofización), lo que se vería acelerado por la concentración de nutrientes al disminuir el volumen y el aumento de la temperatura del agua, lo que además, hace aumentar la cantidad de algas, y que explicaría el aumento de turbiedad”, añade Durán.