Las profundidades del océano aún representan un gran misterio para la comunidad de investigadores y científicos. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Cardiff, publicado en la revista Science, entrega nuevos antecedentes, que podrían ayudar a resolver algunas de estas dudas.

La publicación revela que por primera vez se ha podido rastrear el desarrollo de la zona de penumbra del océano, el hábitat más grande y menos entendido del planeta, que se extiende de 200 a 1.000 metros de profundidad.

Los científicos demostraron cómo se estableció la vida allí y luego se diversificó, impulsada por el enfriamiento del océano durante los últimos 15 millones de años. Una de sus mayores preocupaciones, era identificar cómo la variedad de criaturas (plancton, medusas, krill, calamares y peces) que viven en estas profundidades, puede reaccionar al calentamiento futuro de los océanos.

Esta información es clave para la salud de los océanos. La vida en la zona del crepúsculo depende de la “nieve marina”, materia orgánica que se hunde desde la superficie, como fuente de alimento, señalan los investigadores.

Los foraminíferos planctónicos están presentes en la zona crepuscular del fondo marino. Crédito: Wikipedia

El equipo utilizó diminutas conchas fósiles obtenidas del lodo del fondo del mar para rastrear cómo las criaturas de las profundidades marinas cambiaron y se diversificaron con el tiempo. “Durante nuestro estudio, observamos evidencia de especies que han migrado desde la superficie a regiones cada vez más profundas de los océanos durante un período de 15 millones de años, lo cual fue desconcertante”, señaló la paleontóloga Flavia Boscolo-Galazzo, una de las autoras principales del estudio.

“La temperatura del agua resultó ser la clave del misterio”, añadió otra de las autoras principales, la doctora Katherine Crichton, ahora en la Universidad de Exeter, quien desarrolló un modelo de simulación por computadora de la forma en que se desarrolló el ciclo del carbono marino a través del tiempo.

Francisco Correa, doctor en Ciencias Ambientales e investigador de la Universidad Autónoma de Chile, señala que en relación al efecto del cambio climático sobre este tipo de organismos que vive en las profundidades del océano, “se puede indicar que uno de los principales efectos de este fenómeno en el planeta, es el incremento de la temperatura. Y ésta, es una variable clave en la vida de los organismos, principalmente ectotermos, que dependen de la temperatura ambiental para su sobrevivencia”.

“La temperatura influye directamente en la disponibilidad de oxígeno en el agua, lo hace más o menos soluble en el agua. Cuando hay menores temperaturas, la disponibilidad de oxígeno es mayor, lo que permite el desarrollo de cadenas tróficas complejas como las que se han demostrado y publicado en este estudio”, explica Correa.

Evidencia fósil en el fondo marino

Boscolo-Galazzo añade que el interior de los océanos se ha enfriado notablemente durante este período. “Eso tuvo un efecto de refrigeración, lo que significa que la nieve marina que se hunde se conserva por más tiempo y se hunde más profundamente, entregando alimentos. El enfriamiento de las profundidades oceánicas dio un impulso a la vida y le permitió prosperar y diversificarse”.

Los científicos utilizaron núcleos de perforación de lodo de aguas profundas de todos los océanos del mundo, recuperados por el Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos (IODP), para construir una historia de las comunidades de plancton durante millones de años.

Un incremento de la temperatura, “podría afectar el desarrollo de algunos organismos, modificando las condiciones de su hábitat y otras variables como el pH. Finalmente, esto tiene como consecuencia una modificación en la dinámica de estos ecosistemas, haciendo que algunas especies dominen por sobre otras, puesto que se pueden adaptar. Otras empiezan a extinguirse”, explica Correa.

Los resultados generan preocupación sobre el futuro del océano, a medida que se calienta bajo la presión del cambio climático global.

El lodo contenía plancton fósil, que el equipo analizó para revelar no solo las profundidades a las que vivían las criaturas, sino también cuan activamente se hundía la nieve marina a su alrededor. Esta evidencia fósil pudo mostrar muy claramente lo dependiente que es la vida en profundidad de la temperatura del agua de mar y cómo evolucionó a través del tiempo.

El equipo dice que los resultados generan preocupación sobre el futuro del océano a medida que se calienta bajo la presión del cambio climático global.

“Muchas de las formas de vida más extrañas se encuentran en las profundidades del océano, incluidas las medusas de peine que parecen naves espaciales alienígenas y los feos peces con dientes de colmillo. Pero también son vitales para las redes alimentarias del océano”, explicó Paul Pearson, académico de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente de la Universidad de Cardiff, y otro de los académicos que participó en el proyecto.

“Los peces de vida profunda representan mil millones de toneladas de biomasa y son una fuente importante de alimento para ballenas y delfines y también para peces buceadores de gran tamaño como el atún y el pez espada”, señaló Pearson.