¿Qué o quién mató a la ballena en Porvenir?
Un objeto enterrado en el cuerpo del cetáceo desató una ola de interrogantes sobre su muerte, las que incluso despertaron las alarmas sobre un posible foco de caza furtiva en el extremo sur de Chile.
A la playa llegó a morir. Los habitantes de Porvenir se acercaron sorprendidos a la costa de su comuna, en la Provincia de Tierra del Fuego. En la mañana del domingo, una ballena sei (Balaenoptera borealis) fue arrastrada desde el Estrecho de Magallanes hasta la orilla. Todos se acercaban a verla, le tomaban fotografías. Algo tenía en su cuerpo enterrado, una especie de vara enterrada por el dorso, cerca de la cola: ¿un arpón?
El cetáceo corresponde a un adulto de 16 metros de largo. En su zona caudal, cerca de la cola, el animal muestra hematomas y algo torcida la columna. Además, un objeto de alrededor de 12 centímetros de largo apareció enterrado en su cuerpo.
La alarma sonó de inmediato. Desde la ONG ambientalista Greenpeace, pusieron especial atención en lo ocurrido. Temiendo que existiera un foco de caza furtiva en las costas de Chile, el vocero de la organización, Mauricio Ceballos, que explica que en general, Greenpeace sigue a barcos balleneros que cazan en aguas internacionales. “Esa información la compartimos como organismo internacional, pero no hemos tenido noticia de que las flotas se hayan acercado a las costas chilenas durante esta época del año” agrega. Pero las características del varamiento indica que, de haber sido cazado en las costas del mar chileno, no podría haber llegado por arrastre desde aguas internacionales, ya que la distancia es mucha.
¿Qué tenía enterrado?
Después de ver el objeto, el especialista en mamíferos marinos y director ejecutivo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), Carlos Olavarría, corroboró que el objeto en realidad corresponde a una marca satelital. “Yo he trabajado con esos aparatos. Es una marca estándar para cuando quieres saber el movimiento de las ballenas. Se le implanta un transmisor dentro de la grasa, y queda una parte, como una antena, hacia el exterior”, explica el científico.
Cada vez que la ballena sale a la superficie, el dispositivo envía su ubicación al satélite y así, quien la instaló, puede observar por dónde transitan las ballenas y cuál es su comportamiento por los distintos lugares que habitan.
El lugar donde apareció el cetáceo varado debió ser acordonado por personal de la Armada y por el Servicio Nacional de Pesca. El encargado de de la oficina de Sernapesca en Porvenir, Román Guijuelos, explicó que debido a la curiosidad que provoca ver una ballena varada, mucha gente se acercaba a ver el espécimen. “Tratamos de que las personas no se acerquen mucho porque existe un riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas. Además, nos dimos cuenta que las rocas del lugar ya estaban bastante untuosas, por el mismo aceite que expele del animal”, añade.
El objeto enterrado fue retirado de la ballena y entregado a la Dirección Regional de Sernapesca, en Magallanes. Allí se pondrán en contacto con los dueños del aparato, quienes habían solicitado a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura realizar esta instalación de dispositivos a diez orcas, y otras diez especies donde estaría la ballena que apareció en Porvenir.
El investigador de la Fundación Whalesound, Juan Capella, explicó que desde el año pasado dirige el estudio que implicó insertar el rastreador a la ballena. “La ballena sei, es una de las más desconocidas del mundo. En Chile, sabemos que la zona central del Estrecho de Magallanes se han visto con mayor regularidad en verano, durante su época de alimentación”, explica.
La intención era seguir el tránsito de estas ballenas y determinar su ruta de peregrinación hasta la zona donde se reproducen. A esta ballena en particular, que apareció en Porvenir, le habían insertado el rastreador el 1 de marzo pasado.
El aparato, correspondiente al modelo SPOT6, mide aproximadamente unos 12 centímetros de largo, con 1 cm de diámetro. Tiene un sistema que hace que quede enterrado en la grasa del animal, sin penetrar hasta el músculo. Tiene un sensor de humedad que activa el transmisor cuando la ballena sale a la superficie, dejando un punto en el mapa para mostrar su ubicación.
El marcador satelital es parte de una investigación que realiza el Centro de Investigación Whalesound, en conjunto con el Smithsonian Institute. El estudio implicaba el seguimiento de tres ejemplares de ballena sei, de los cuales uno corresponde a la que apareció en las costas de Porvenir.
“Por las características externas de la ballena, lo más probable es que se trate de una muerte ocasionada por un impacto con una embarcación mayor”, explica Víctor Aburto, médico veterinario del área de Rescate y Conservación de Sernapesca. Los hematomas y marcas que tiene el animal en su costado podrían corresponder a un golpe de un barco.
Carlos Olavarría añade que “es importante recordar que la zona del Estrecho de Magallanes, entre Punta Arenas y Porvenir, es regular el tránsito de barcos”.
Si bien la herida del marcador se veía importante, para este tipo de especies no es algo grande. “Es probable que algunas aves aumentaron el tamaño de la herida al carroñarla”, agrega Guijuelos. La ballena, por su dificultad al moverla, permanecerá en el lugar durante las próximas semanas.
Biólogos del Museo de Historia Natural de Río Seco se encargarán de realizarle la necropsia al cetáceo, y así tener más detalles de su deceso.
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