¿Quieres salvar al planeta? Apaga tu cámara mientras haces una videollamada
Según un estudio, a pesar de una caída récord en las emisiones globales de carbono en 2020, el uso de internet en trabajo remoto y entretenimiento en el hogar aún presenta un impacto ambiental significativo, debido a la forma en que los datos se almacenan y transfieren en todo el mundo.
Claramente, dentro de las aplicaciones que más se utilizaron en medio de la pandemia por coronavirus, podemos contar a las de videollamadas, que ayudaron a las personas a mantenerse conectados con sus familias y trabajo, y plataformas de streaming, que mantuvieron a millones de usuarios entretenidos en épocas de confinamiento. Sin embargo, el incremento en el uso de estos sistemas también podría tener un serio perjuicio para el medioambiente.
Asi lo afirma un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Purdue, la Universidad de Yale y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el primero en analizar las huellas de agua y tierra asociadas con la infraestructura de Internet, además de las huellas de carbono.
Para su investigación, el equipo estimó las huellas asociadas con cada gigabyte de datos utilizados en YouTube, Zoom, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y otras 12 plataformas, así como en juegos en línea y navegación web.
La lógica del estudio se basa en que si el procesamiento de datos consume mucha electricidad, y su producción tiene huellas de carbono, agua y tierra, la reducción de la descarga de datos reduce el daño ambiental. Y como era de esperar, los resultados muestran que cuanto más vídeo se utilice en una aplicación, mayores serán las huellas, y peor será para el medioambiente.
Apagar la cámara mientras haces una videollamada
Los hallazgos, publicados en la revista Resources, Conservation & Recycling, señalan que sólo una hora de videoconferencia o transmisión emiten de 150 a 1.000 gramos de dióxido de carbono (como referencia tres litros de gasolina quemados en un automóvil emiten alrededor de 8,887 gramos), requiere de 2 a 12 litros de agua y un área de tierra del tamaño de una tableta pequeña.
Pero esto cambia si apagamos la cámara durante una videollamada, reduciendo estas huellas en un 96%.
En el caso de la transmisión de contenido en aplicaciones como Netflix, si preferimos la definición estándar en lugar de alta definición (HD), la reducción sería de un 86%.
En la mayoría de los países, incluyendo Chile, se ha informado de un aumento de al menos un 20% en el tráfico de internet desde marzo, cuando comenzaron las medidas más restrictivas. El estudio señala que si la tendencia continúa hasta fines de 2021, este aumento del uso de internet por sí solo requeriría un bosque de aproximadamente 200 mil Km2 para secuestrar el carbono emitido.
En tanto, la cantidad de agua adicional necesaria para el procesamiento y transmisión de datos también sería suficiente para llenar más de 300 mil piscinas olímpicas, y la huella de tierra resultante sería similar al tamaño de Los Ángeles, EE.UU.
“Los sistemas bancarios le informan sobre el impacto ambiental positivo de dejar de usar papel, pero nadie le dice el beneficio de apagar la cámara o reducir la calidad de la transmisión. Por lo tanto, sin su consentimiento, estas plataformas están aumentando su huella ambiental”, dijo Kaveh Madani, uno de los autores.
Según el científico, la huella de carbono de internet ya había aumentado antes de los bloqueos por Covid-19, lo que representa aproximadamente el 3,7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Pero las huellas de agua y tierra de la infraestructura de internet se han pasado por alto en gran medida en los estudios sobre cómo el uso de Internet impacta el medio ambiente.
Por otro lado, los investigadores señalan que estas huellas no sólo varían según la plataforma web, sino también según el país. El equipo recopiló datos de Brasil, China, Francia, Alemania, India, Irán, Japón, México, Pakistán, Rusia, Sudáfrica, Reino Unido y EE. UU.
Así, el procesamiento y la transmisión de datos de Internet en EE.UU. tiene una huella de carbono un 9% más alta que la media mundial, pero con huellas de agua y tierra que un 45% y un 58% más bajas, respectivamente.
Los científicos mencionan que si bien las estimaciones de estos cálculos son aproximadas, aún ayudan a documentar una tendencia y brindan una comprensión más completa de las huellas ambientales asociadas con el uso de Internet.
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