La República Democrática del Congo anunció este domingo el “resurgimiento” de la enfermedad causada por el virus del Ébola en el este del país, tras la muerte de una mujer, tres meses después de declarar el fin de la última epidemia.
“Tenemos otro episodio de la enfermedad del virus Ébola en el este” en la zona de salud de Biena en Kivu del Norte, declaró el ministro congolés de Salud, Eteni Longondo, a la televisión estatal RTNC.
“Se trata de una agricultora, esposa de un sobreviviente de la enfermedad del virus Ébola, que presentó el 1 de febrero los signos típicos de esta enfermedad” y murió dos días después, agregó.
En noviembre la República Democrática del Congo declaró de manera oficial la finalización de la undécima epidemia de Ébola de su historia.
En total, esa epidemia afectó a 130 personas, provocando 55 muertes, de acuerdo con un conteo realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta cifra fue muy baja respecto a la anterior epidemia de fiebre hemorrágica en el este de la República Democrática del Congo, con más de 2.200 muertes desde agosto de 2018 hasta fines de junio de 2020. Otro episodio similar ocurrió con el brote de 2014-2016, el más extenso y complejo desde que se descubrió el virus en 1976. Hubo más casos y más muertes en este brote que en todos los demás juntos. Además, se extendió a diferentes países: empezó en Guinea y después se propagó a través de las fronteras terrestres a Sierra Leona y Liberia.
La enfermedad por el virus del ébola es un enfermedad grave, a menudo mortal en el ser humano. El virus se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (hoy Sudán del Sur) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ebola, que da nombre al virus.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosias hasta que aparecen los síntomas. Se caracterizan por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.