El martes 29 de junio se celebran 10 años de la creación de la Reserva de la Biosfera Corredor Biológico Nevados de Chillán - Laguna del Laja, una de las diez con las que cuenta Chile. Ubicada en las regiones del Ñuble y Biobío, el sello de esta reserva es que se creó para proteger y aumentar el territorio (o corredores biológicos) de la población de huemul, la más al norte que existe en nuestro país.

Según Ana Hinojosa, médico veterinario y jefe Sección Diversidad Biológica Conaf Biobío, la estimación de la población en este corredor biológico, que comprende dos áreas protegidas, es de al menos 84 ejemplares de huemul.

Este grupo es el último de Chile Central, “por lo tanto es una de las poblaciones más importantes para su conservación. Está distribuida dentro de los límites de la Reserva de la Biósfera, por lo tanto conservándola de buena forma, conservamos la especie. Son huemules muy difíciles de ver, a diferencia de los del sur“, señala Hinojosa.

Instalación de cámaras trampa. A través de éstas, se logran capturar imágenes de los huemules en su hábitat natural. Crédito: Conaf

La Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja, creada oficialmente el 29 de junio de 2011, utiliza los límites del Área de Protección Cordillerana de 566 mil hectáreas, establecida por el Ministerio de Agricultura en la década del 70, que incluía a la Reserva Nacional Ñuble y el Parque Nacional Laguna del Laja, creadas para proteger las cuencas, su flora y fauna, evitando la destrucción de los suelos y de paso, resguardando los sectores donde habita el huemul.

Rodrigo Munita, director ejecutivo de Conaf, señala que la importancia de las Reservas de la Biósfera es que permiten armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural con el desarrollo económico y social de los territorios que involucran. “Chile tiene 10 de éstas, con una superficie de 16,6 millones de hectáreas en total, y en el caso de la Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja, uno de los ejes centrales en su constitución, fue mejorar las condiciones para la conservación del huemul”.

Hinojosa añade que el 70% de los huemules se encuentra en la Región de Ñuble y el 30% en la Región de Biobío. “Conaf ha liderado el trabajo de conservación de la especie desde la década de los 70, junto a otras instituciones que se han sumado, entre ellos, el Ministerio del Medio Ambiente. En los últimos cuatro años se ha fortalecido aún más el trabajo”. Reconoce que “la población va en aumento”.

Francisco Pozo, ingeniero forestal y director regional de Conaf Biobío, explica que esta reserva es la más joven de las diez reservas de la biósfera que existen en Chile. “Como todas éstas, constituyen un ejemplo de consenso entre actores públicos y privados, generando un territorio con desarrollo económico y sustentable. Se convierte en un modelo a imitar para el resto de nuestro país”.

A la fecha se registran 84 ejemplares de huemul en la reserva. Crédito: Conaf

En la zona se realiza un trabajo de desarrollo de campañas educativas y acuerdos con propietarios de tierras y empresas forestales para proteger sitios claves, y la implementación de un corredor de hábitat para el huemul y la biodiversidad en Los Nevados de Chillán – Laguna del Laja. En un proceso de planificación participativa, se decidió utilizar el mismo concepto de zonificación de las Reservas de Biósfera lo que facilitó entre 2009 y 2010 la postulación ante la Unesco.

Domingo González, director regional de Conaf Ñuble, señala que en la región se están desarrollando tres líneas de trabajo que dicen relación con la protección del huemul. “La primera, aborda un programa de monitoreo estandarizado de los objetos de conservación en las Áreas Silvestres Protegidas con un método que se está replicando a nivel nacional, y que incluye al huemul y sus amenazas”.

Trabajo en comunidad

El trabajo también destaca la protección de terrenos identificados como hábitat de huemul (Áreas de Alto Valor de Conservación), y el monitoreo de sus poblaciones, lo que ha aportado valiosa información para la conservación y material para difusión.

La segunda, “es promover y fortalecer las relaciones con los actores territoriales asociados con la gestión de protección de las Áreas Silvestres Protegidas, tanto de los servicios públicos como de la comunidad aledaña”, añade González.

González señala que el tercer lineamiento es que “Conaf Región de Ñuble ha implementado un sistema de monitoreo permanente de fiscalización del Bosque Nativo de importantes zonas de la Reserva de la Biósfera”.

Pozo establece que la reserva tiene un alto valor en sí, “al incorporar el concepto de corredor biológico. Es un espacio que proporciona conectividad entre paisajes, ecosistemas y hábitat naturales o modificados, asegurando el mantenimiento de la diversidad biológica, ecológica y medioambiental”.

Equipo de monitoreo en el predio El Chacay. Crédito: Conaf

Esta reserva, “es un área de alto valor para la conservación y el posicionamiento de la especie con toda la comunidad. Además, esta especie es el emblema de nuestro escudo nacional”, dice Pozo.

Las acciones con la comunidad, “corresponden a una línea de trabajo de gran relevancia, donde se contemplan acciones de educación y sensibilización, talleres de turismo responsable y prevención de incendios forestales en conjunto al Departamento de Incendios Forestales y Sernatur. También promover el turismo rural formalizado como una estrategia liderada por Indap, trabajar en las temáticas de educación ambiental junto a la Seremi de Medio Ambiente y los municipios, y mantener las acciones de control de amenazas junto al SAG, entre otras”, añade González.