“Ayer fue la Navidad más cálida registrada en Santiago desde que hay registros confiables (desde 1950)”. Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, pondera estadísticamente la percepción de calor que reinó este 25 d diciembre en la capital y gran parte de la zona central.
Los 35,7°C registrados durante la Navidad, superaron ampliamente el récord previo (33,8°C) establecido en 1978, es decir, hace 45 años.
Estas son las cinco Navidades más cálidas desde que existe registro:
-Lunes 25 de diciembre de 2023: 35,7°C
-Lunes 25 de diciembre de 1978: 33,8°C
-Viernes 25 de diciembre de 2015: 33,8°C
-Sábado 25 de diciembre de 2021: 33,7°C
-Domingo 25 de diciembre de 2011: 33,6°C
Santiago registra la Navidad más calurosa de todos los tiempos
Y eso no es todo, ya que la temperatura de ayer fue la segunda más alta registrada este año, solo por detrás de los 35,8°C que presentó el 9 de febrero, y de paso, ingresó a las cinco más altas en la capital desde 1950 durante diciembre (ver estadística a continuación).
Estas son las cinco temperaturas más altas en Santiago durante diciembre desde 1950 a la fecha:
-Miércoles 14 de diciembre de 2006: 37,3°C
-Lunes 23 de diciembre de 2019: 36,7°C
-Jueves 15 de diciembre de 2022: 36,7°C
-Domingo 11 de diciembre de 2022: 35,7°C
-Lunes 25 de diciembre de 2023: 35,7°C
Si bien, parte de las proyecciones relacionadas a temperaturas máximas en la Navidad apuntaban a una posible ola de calor, ésta no ocurrió. A la fecha (aún quedan algunos días para que culmine el año), 2023 ha presenciado nueve olas de calor, aún superado por las 10 que anotó 2020.
Navidad calurosa: calentamiento global y El Niño
Cordero explica que las muy altas temperaturas registradas esta Navidad, “confirman los pronósticos estacionales emitidos por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), que anticipaban un verano con temperaturas sobre valores típicos. Lo más probable es que episodios de altas temperaturas como el ocurrido, vuelvan a registrarse en lo que resta del verano”.
El climatólogo advierte que aunque el calentamiento global lleva décadas empujado al alza las temperaturas, “este año se ha sumado el efecto del Fenómeno de El Niño, que también empuja las temperaturas al alza”.
“El efecto combinado del fenómeno de El Niño y el calentamiento global podrían convertir al verano 2023-2024, en uno de los más cálidos jamás registrados”, sostiene Cordero.
Este escenario de calor extremo comenzó justamente el último viernes, día en el que empezó oficialmente el verano, aunque ha sido un año de contrastes climáticos, ya que 2023 ha estado marcado por una serie de récords de precipitaciones, lo que incluso provocó estadísticamente el término de la megasequía.
Navidad calurosa: proyección del verano
Tal como señalaba Cordero, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) presentó el pasado 6 de diciembre la proyección climática para enero, febrero y marzo de 2024 en todo el país.
De acuerdo al organismo, se anticipa un verano muy caluroso, con condiciones de lluvias bajo lo normal dominando desde el tramo sur de la Región del Maule hasta la Región de Magallanes.
También se espera que las temperaturas máximas sean más altas de lo normal desde la Región de Arica y Parinacota, hasta la Región de Los Ríos. Las regiones de Aysén y Magallanes tendrían una condición de alta incertidumbre.
Añade que se visualizan temperaturas mínimas con una tendencia a más altas de lo normal desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Aysén.
El Niño, que se asocia a un calentamiento anómalo sobre el océano Pacífico ecuatorial y a una respuesta atmosférica a este calentamiento, provoca en nuestro país, una condición más lluviosa entre los meses de mayo a noviembre aproximadamente entre la Región de Coquimbo y Los Lagos, añade el informe.
El último verano bajo condiciones de El Niño intenso fue el de 2016, el que se caracterizó, al igual que los veranos siguientes, por el registro de temperaturas récord. Por ejemplo, Los Ángeles anotó 42,2°C durante enero de ese año, mientras que Santiago registró 37,6°C en diciembre.
El climatólogo señala que en general, las altas temperaturas y los valles de la zona central, coinciden con una configuración sinóptica que favorece el viento desde la cordillera. Cuando el aire baja la ladera, se comprime y calienta. Estos vientos cálidos desde la cordillera al mar siempre han provocado altas temperaturas, pero este año, la influencia del calentamiento global y El Niño, podría hacer que provoquen temperaturas récord.
Navidad calurosa: Santiago y los récords de 2023
El presente año ha estado marcado por una serie de récords de temperaturas y/o precipitaciones. En las últimas temporadas, Chile se había acostumbrado a tener un final de primavera calurosa, sin lluvia y con temperaturas de verano. Pero esta primavera fue distinta.
Noviembre se convirtió en el más lluvioso de los últimos 13 años con 28,4 mm de agua caída, aunque aún lejos de 2010, que alcanzó 37 mm de lluvia. En 2021, 2020, 2019, 2018, 2017 y 2016 no llovió. El récord histórico absoluto de precipitaciones para noviembre es de 1978 con 82 mm, seguido por 2004 con 59 mm.
Además, fue el séptimo noviembre más lluvioso registrado en la capital en los últimos 70 años y la primavera meteorológica que acaba de finalizar entró en el top 5 de primaveras más lluviosas registradas en la capital desde 1950. También es la con más precipitaciones desde el año 2000, es decir, la con más agua caída en 23 años.
Cordero dice que “los últimos seis meses en la zona central (entre la Región de Valparaíso y la Región de Ñuble) fueron los más lluviosos desde 1997, es decir, en largos 25 años”.
Las precipitaciones del último semestre fueron suficientes para asegurar que, entre la Región de Valparaíso y la Región de Ñuble, el año cierre con un pequeño superávit de precipitaciones por primera vez desde 2008.
En Santiago, el año anota 310,7 mm de agua caída, muy cerca del anterior récord de 2008, cuando la capital registró 350,8 mm de agua caída.
“Aunque este 2023 cortó el período 14 años con déficits consecutivos en la zona central, terminando estadísticamente la megasequía, las consecuencias de ésta no han sido superadas, ni lo serán en el corto plazo. Un año de superávit no puede, ni remotamente, compensar los daños provocados por 14 años consecutivos de déficits”, agrega.
Por ejemplo, “aunque en algo se recuperaron los niveles en algunos reservorios y embalses, los niveles están lejos de ser los normales. Lo mismo sucede con los niveles de los acuíferos”, indica Cordero.