Santiago vive el verano más frío de los últimos 10 años
Fenómeno de La Niña, también presente en 2011, sigue incidiendo en las condiciones climáticas. Pronóstico para febrero, marzo y abril establece mañanas más frías y tardes más cálidas en la zona central. Las nubes, seguirán presentes en la costa.
En pleno verano, los paseos al aire libre en las playas de la zona central son con parka y chaqueta. Solo los valientes disfrutan del mar. Incluso en los valles, la nubosidad le ha ganado al sol, lo que genera confusión en las personas: ¿Cómo me visto? ¿Llevo chaleco? Es que durante febrero, se ha presentado una nubosidad más prolongada de lo habitual para la fecha. Mientras en el sur del país, las altas temperaturas han marcado la pauta.
Según el último informe de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), esa será la tónica para las próximas semanas, al menos en la zona central.
El documento reveló el pronóstico para lo que queda de febrero, además de marzo y abril de 2021 y concluye que para los primeros meses del año, la zona central tendrá mañanas más frías y tardes más cálidas. Lo opuesto ocurrirá en la zona norte, las mañanas serán más calurosas, mientras que las tardes serán más gélidas.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, añade un dato lapidario. Santiago vive el verano más frío de los últimos 10 años. “Debido a la influencia de La Niña, es probable que este verano termine como el menos cálido de la última década, con una temperatura máxima promedio en la zona central similar a la de 2011 con 29°C.”, señala.
“En 2012 fue 30,3°C, en 2013 29,5°C, en 2014 30,1°C, en 2015 30°C, en 2016 también 30°C. Un año después, subió a 31,1°C, luego en 2018 volvió a descender, marcando 30°C. En 2019 registró 30,4°C, mientras que en 2020 la cifra fue de 31,4°C”, analiza Cordero.
Cordero establece que el informe confirma que lo que resta del verano en Chile, y la respectiva temperatura seguirá marcada por el fenómeno de La Niña. “Durante éstas los veranos en la zona central tienen la tendencia a ser menos cálidos. Esto explica porque este verano ha sido notoriamente menos abrasador que el anterior”.
Diego Campos, meteorólogo de la DMC, aclara que el pronóstico es para tres meses. “Quizás en la zona central estamos viviendo un par de días o semanas más frías de lo normal, pero se puede revertir. Es mucho más amplio. El pronóstico nos indica que habrán días más despejados de lo normal”.
No hemos tenido en la zona central ninguna ola de calor durante el verano, lo que no es sorpresivo cuando estamos frente al fenómeno de La Niña. “En la zona central, los veranos de 2011, 2013, 2016 y 2018 fueron los más fríos de la década pasada. De eso cuatro veranos “fríos”, tres fueron marcados por La Niña (los de 2011, 13 y 18)”, señala Cordero.
Las temperaturas se situarán en los extremos, sin puntos medios, con diferentes realidades en los próximos meses en la zona norte y la zona central. Las mínimas, en el norte (Putre, Arica, Antofagasta, La Serena), estarán por sobre lo normal, mientras que en el centro del país (Valparaíso, Santiago, Talca, Concepción), el registro indica que serán bajo lo normal.
Por supuesto que, “debido al cambio climático, un verano “frío” hoy es mucho menos “frío” que los veranos de hace un par de décadas atrás. Por ejemplo, el verano de 2018 terminó con una temperatura máxima promedio en Santiago de alrededor de 30 grados; casi un grado sobre la temperaturas máximas consideradas normales para el verano en Santiago en la década de los 80″, explica Cordero.
Precipitaciones y olas de calor: realidad dispar
A pesar de que las denominadas olas de calor no han afectado a la zona central, sí lo han hecho en otras zonas del país, azotando a la zona centro-sur y austral de Chile. Por ejemplo, la Patagonia registra 10°C por sobre el promedio.
Las olas de calor se determinan basadas en la temperatura típica de lugar, “por ejemplo, en la Patagonia temperaturas superiores a los 20°C durante tres días consecutivos son suficientes para calificarlas de una ola de calor”, añade el climatólogo de la Usach.
Las olas de calor en la Patagonia, al igual que en todo en Chile han aumentado progresivamente. Actualmente en la zona se pierden por derretimiento alrededor de 18.000 millones de toneladas de hielo. Aunque la pérdida de hielo está contribuyendo de manera significativa al alza en la subida del nivel del mar en todo el mundo, hay consecuencias inmediatas.
Campos señala la normalidad que establece el informe, se basa en un promedio de 30 años, “no considera solo los últimos años. Eso me llama la atención, porque todas las últimas proyecciones indican que el pronóstico nos diera bajo lo normal. Con las lluvias de enero, el trimestre sería normal y si le sumamos el superávit que tenemos, empezaríamos el invierno así. Eso no ocurre hace mucho tiempo”.
El boletín número 166 emitido por el propio Campo de la DMC, plantea si el hecho de que enero haya sido lluvioso, ¿es señal de algo más? En algunas ciudades si, en otras no.
Con respecto a las precipitaciones, en la mencionada zona central, la tendencia es una condición normal de lluvias. Mientras que en la zona sur de Chile, se registrarán menos lluvias de lo normal. Un dato interesante que proporciona la DMC, se refiere al altiplano, donde las precipitaciones estarán sobre lo normal en febrero, marzo y abril del presente año.
Para Chile las condiciones asociadas a La Niña significan precipitaciones bajo lo normal en la zona central, y en el extremo sur del país (en la Patagonia). “Sin embargo las lluvias asociadas al a veces llamado “invierno altiplánico” en el extremo norte del país podrían estar sobre lo normal. Es decir persiste el riesgo de aluviones en el norte grande”, argumenta Cordero.
En Santiago, el comportamiento es dispar. En 1983 los números comenzaron por sobre el promedio en cuanto a lluvias, y se mantuvo así durante todo el resto del año. Mientras que en 2016, la primera mitad del año fue lluviosa, pero terminó siendo un año con cifras por debajo del promedio, establece el informe. Para 2021, en el trimestre febrero, marzo y abril se espera que precipiten más de 27 mm (rango superior de normalidad).
En Valparaíso ocurrió algo similar en 1956, 1959 y 1961, pero ninguno de esos años terminaron con precipitaciones anuales sobre el promedio, de hecho ya para el mes de mayo los acumulados se encontraban por debajo la normal.
Mientras que para el altiplano chileno el pronóstico indica que será sobre lo normal, debido a precipitaciones estivales y al fenómeno de La Niña (todavía presente en el Pacífico ecuatorial). Para el sur del país, desde la Región de la Araucanía, se espera una condición bajo lo normal.
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