Se trata de un avistamiento poco habitual, de una especie que se encuentra amenazada. Así lo señala José Luis Brito, naturalista e historiador del Museo de San Antonio a Qué Pasa.
Si bien la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la categoriza a nivel internacional como especie en “Riesgo Menor”, con una población global superior a un millón de ejemplares, en Chile no vive la misma realidad.
El Ministerio del Medio Ambiente actualmente la tiene bajo la categorización de “En peligro”, siendo sus principales amenazas la “Pérdida de Hábitat / Degradación (Causa antrópica)”, según detalla la entidad.
Se alimenta de anfibios, lombrices e invertebrados: detectan enigmática especie en el lago Rapel
Se trata del cuervo del pantano, científicamente llamado Plegadis chihi.
El avistamiento, ocurrido en el lago Rapel hace unos días, totalizó un grupo de 10 bandadas distintas, “cada una con entre 40 y 200 ejemplares aproximadamente, contabilizando alrededor de 1.000 ejemplares volando de sur a norte en la ribera norte del embalse”, sostiene Brito.
Brito señala que se trata de la mayor concentración de cuervos del pantano que se haya registrado en Chile hasta el momento, ratificando que sus poblaciones son escasas en territorio nacional.
“Fuimos al embalse a mirar el atardecer y casi de inmediato al llegar, pude ver hacia el horizonte que estaban pasando bandadas tras bandadas de aves, que un principio pensé eran aves migratorias, pero después las identifiqué como cuervos del pantano”, revela.
También conocido como ibis de cara blanca o cuervillo de cañada, alcanza una longitud de 57 centímetros, pesa hasta 525 gramos, es omnívoro, y se alimenta de sapos, lombrices, insectos y otros invertebrados acuáticos, sondeando el suelo y el fango, en áreas pocos profundas, en torno a 20 centímetros.
Son aves sociales y nómadas. Si un área de alimentación no cumple con las condiciones adecuadas, los ejemplares buscan un nuevo lugar. Para ésto, vuelan distancias largas, a una velocidad aproximada de 48 a 53 km/h.
Tanto la cabeza, cuello y toda la parte inferior del cuerpo, tienen un color castaño púrpura brillante. El dorso tiene reflejos metálicos; el ala y cola pardos con reflejos verde bronceado y con una barra de color castaño. Cuenta con una fajita blanca en el comienzo de la frente, pico rojizo oscuro, iris rojo y patas pardas, indica su ficha de antecedentes en el Ministerio del Medio Ambiente.
“Casi de inmediato me comuniqué con otro investigador, el ornitólogo Manuel Rojas, indicándole lo que estaba viendo, para que fuera al día siguiente al rio Maipo y a las lagunas de Llolleo, pero no estaban allí. Es un misterio hacia donde se dirigían tantos ejemplares de una especie más bien escasa en Chile”, añade Brito.
Forma grandes colonias de nidificación, construidos principalmente de totora y palitos de arbusto. Tiene tendencia a poner huevos tarde en la estación cálida, generalmente en diciembre o enero, cuando muchas de las lagunas se están secando. Éstos son de color azul opaco.
Afectada por el cambio climático: la especie que apareció en el lago Rapel
El cuervo del pantano se encuentra amenazado por el cambio climático y la contaminación, que ponen en peligro la calidad de los hábitats donde vive. Las actividades humanas como la caza y los pesticidas usados para la agricultura también suponen un peligro.
Residente anual escaso a localmente común desde la Región de O´Higgins a Los Lagos, es un visitante invernal por la costa y humedales bajos en la zona de Huasco (Atacama), con algunos registros accidentales en Antofagasta, indica el MMA.
Además de Chile, la especie de distribuye de forma nativa en países como: Antillas Holandesas, Argentina, Aruba, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela (ver gráfica a continuación).
Como queda en evidencia, la situación puntual del cuervo del pantano en Chile es bastante diferente a la de otras naciones sudamericanas. En nuestro país nunca ha sido abundante según registros históricos, y uno de los motivos podría deberse a que es una especie cuya distribución marginal (que se encuentran en el límite del rango), justamente ocurre en Chile.