Inaugurada en 1970, la central termoeléctrica de Bocamina fue un pilar fundamental para el avance de un país que requería mayor independencia energética para avanzar. Ubicada en Coronel y abastecida por el carbón extraído de Lota, en sus primeros 20 años fue protagonista de un sistema eléctrico que se iba robusteciendo y en el año 2007, fue clave durante la crisis por el corte de gas natural desde Argentina.
Pero tras medio siglo de funcionamiento, el momento de cerrar sus puertas ha comenzado. Como parte del Plan Nacional de Descarbonización, e incluso 3 años antes de lo acordado inicialmente, Enel Chile concretó este 31 de diciembre de 2020 el cierre de la planta con la desconexión de Bocamina I del Sistema Interconectado Nacional. La compañía aclaró que la central no pasará al Estado de Reserva Estratégica y que su cierre es definitivo.
A su vez, Enel ofreció alternativas laborales a todos los trabajadores que se desempeñaban en la unidad que fue retirada del sistema. Así, las 28 personas que cumplían labores en Bocamina I, pudieron acceder a diferentes opciones entregadas por la compañía: recapacitación para integrarse en otras líneas de negocio de Enel, programas de reinserción laboral para quienes optaron por otros proyectos profesionales y planes de salida para quienes decidieron no seguir en la empresa.
Con 128 MW de potencia instalada, a pesar de estar presente por cinco décadas, la planta operaba con altos estándares tecnológicos, gracias a las inversiones que se realizaron para mejorar su desempeño ambiental. Pero el Plan de Descarbonización y el avance de la transición energética en Chile han guiado a la industria hacia la utilización de energías limpias, renovables y sostenibles.
El plan fue suscrito mediante el Ministerio de Economía en junio del 2019 y contemplaba la desconexión inicial de la planta para el año 2023. Sin embargo, Enel decidió adelantar voluntariamente el proceso al mismo tiempo que impulsaba nuevos proyectos de energía renovable. Así es como en mayo de 2020 se pidió autorización para desconectar Bocamina de manera anticipada, permiso que fue ratificado a mediados del mismo año por la Comisión Nacional de Energía.
El futuro
La segunda unidad, Bocamina II, seguirá operando bajo los estándares de emisiones monitoreados por la Superintendencia de Medio Ambiente –con datos en línea abiertos a la ciudadanía a través en una plataforma web- hasta el 31 de mayo de 2022, cuando dejará de operar de manera completa y convirtiendo así a Enel Chile en la primera compañía de energía que cierra todas sus plantas a carbón en el país para dar paso a nuevas tecnologías sostenibles.
“Hoy damos un nuevo paso para alcanzar la descarbonización de nuestra matriz de generación en Chile y así, continuar liderando una transición energética justa para todos, basada en el desarrollo de energías renovables”, señaló el gerente general de Enel Chile, Paolo Pallotti.
En total, dice Pallotti, actualmente se está trabajando para concretar una serie de proyectos que pretenden sumar 2,4 GW de energía limpia al sistema eléctrico del país para el año 2023, de los cuales 1.3 GW ya están en construcción. Se trata de 9 proyectos principalmente de generación fotovoltaica y eólica, e incluye además la expansión de la única planta geotérmica de Chile, Cerro Pabellón en la región de Antofagasta.