Ha sido un año caluroso, marcado por diferentes récords de altas temperaturas: febrero fue el más caluroso de todos los tiempos, lo mismo para marzo, incluso el verano se extendió cinco meses. Sin embargo, el término del fenómeno de La Niña, y el inminente arribo de El Niño, hace pensar en un posible otoño e invierno lluvioso. Por lo menos existe la esperanza.
Y las primeras precipitaciones significativas podrían comenzar este jueves en seis regiones del país. Según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) durante esta jornada se registrarían precipitaciones desde Valparaíso a Magallanes, lo que significaría el primer evento de esta magnitud geográfica durante 2023.
Las primeras gotas de agua aparecerían en la zona insular de la Región de Valparaíso, en Isla de Pascua. La situación se replicaría en el Archipiélago de Juan Fernández. Sin embargo, no se esperan lluvias para la zona continental de la región.
En la zona central, las lluvias se presentarían desde la Región de O’Higgins, donde se espera llovizna en la costa, especialmente en Pichilemu. Un pronóstico similar, indica la DMC, regirá para toda la Región de El Maule y Ñuble. La precipitaciones también abarcarán el Biobío, donde también se espera una llovizna. Y en el extremo sur, la Región de Magallanes, en Puerto Williams, también espera precipitaciones para esta noche. En algunos casos el fenómeno se extenderá durante el fin de semana.
En la Región Metropolitana, si bien en un principio se esperaban algunos chubascos para el domingo, el pronóstico no indica lluvias en las próximas dos semanas, situación que evidentemente podría cambiar durante el transcurso de los próximos días.
Las regiones afectadas completan casi 2.500 kilómetros de extensión en el territorio nacional, e incluso, en algunas zonas, se trataría de las primeras precipitaciones durante 2023.
Miguel Fernández, meteorólogo y académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Universidad Católica de Valparaíso, señala que “se produce un pequeño cambio de masa, principalmente con un núcleo frío en altura, lo que generará inestabilidad en la zona, y es probable que se produzcan algunas precipitaciones. No es un sistema frontal activo, más bien son restos de uno de éstos, lo que podría significar chubascos en valles interiores, la precordillera y cordillera de la región de Valparaíso y O´Higgins”.
Probabilidad de lluvias en las próximas semanas en Santiago
La Niña tenía un efecto moderador en las temperaturas, pero si se desarrolla El Niño, como la mayoría de los pronósticos sugieren, este 2023 será no solo en Chile, “sino a nivel global, uno de los años más cálidos de la historia”, advierte Cordero.
Es más, las últimas predicciones del fenómeno de El Niño establecen que será un evento intenso, lo que significaría temperaturas globales récord en 2023 y 2024, acercando a la Tierra a un umbral de calentamiento cada vez más cercano al advertido por científicos. En el corto y mediano plazo, se pronostica que el fenómeno dará paso a una fase cálida de las aguas del Pacífico ecuatorial en los próximos meses.
“Si bien quedan varios meses para el invierno, por lo que cualquier proyección debería tomarse con cautela, lo más probable es que el próximo invierno esté marcado por el desarrollo de El Niño”, ratifica el climatólogo.
El último informe trimestral de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), para abril, mayo y junio, entrega las primeras pistas de lo que sucederá en los próximos meses con la llegada de El Niño, y particularmente en junio, justamente el mes donde comienza el invierno.
El documento señala justamente que El Niño podría llegar en los próximos meses, por ahora la zona centro-sur seguirá “seca” con pocas precipitaciones, mañanas más frías y tardes más cálidas entre Santiago y Puerto Montt.
Cordero explica que El Niño suele empujar las precipitaciones al alza durante el invierno en Chile. “Esto significa, que existe la probabilidad de que este año no sea tan seco en la zona central de Chile como los tres anteriores, que estuvieron marcados por La Niña. Aunque, debido a la influencia del cambio climático, es dificil esperar que este sea un año lluvioso”, establece.
Algunos científicos apuntan que el aumento de la concentración de los gases efecto invernadero, GEI, tiene un peso relativamente más significativo en las tendencias del aumento de la temperaturas, olas de calor, incendios y otros fenómenos adversos que El Niño o La Niña.
Eso implica que El Niño está teniendo menos peso en un mundo cada vez más cálido, y en el caso particular del Chile, en menos lluvias, como ocurría en décadas anteriores.
Respecto a la intensidad de El Niño, “los modelos que se emplean usualmente para la proyección, muestran aún una gran dispersión. Esto significa que, aunque lo más probable es que El Niño se desarrolle, no tenemos certeza de cuál podría ser su intensidad. Es decir, aún no sabemos si se tratará de un evento débil o si se tratará de un súper Niño o Niño Godzilla, como el registrado por última vez en 2015″, explica el climatólogo.