Si tienes 5 de estas señales quiere decir que estás muy estresado: ¿qué puedes hacer al respecto?

El estrés es cada vez un cuadro más habitual en las personas. Y ya sea que se asocie a la sobrecarga laboral, problemas emocionales, la toma de decisiones importantes o el contexto familiar, lo cierto es que cuando los factores de estrés no se procesan adecuadamente, el cuerpo comienza a exteriorizar dichas dificultades.

Trabajar es una actividad necesaria en la vida de las personas, que las ayuda económicamente y en su desarrollo personal. Sin embargo, esta actividad es una de las principales causas de estrés a nivel mundial

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés laboral “es la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación”

Durante el año 2022 se dio a conocer el resultado del estudio People at Work 2022: A Global Workforce View del ADP® Research Institute, el cual reflejó que el 67 % de los trabajadores chilenos dice que experimenta estrés en el trabajo al menos una vez a la semana.

Los seres humanos no estamos diseñados para vivir en un estrés excesivo. Según Christine Comaford, entrenadora de liderazgo y cultura estadounidense, en los últimos años se ha llegado a normalizar el estrés como un mejor rendimiento laboral. “Claro, con el estrés uno obtiene una descarga de adrenalina similar a un refrigerio súper azucarado, pero luego viene un colapso debilitante”, explicó Comaford en una nota publicada por el sitio web de Forbes.

Según el Instituto Estadounidense del Estrés, en relación a la población que padece de estrés se estima que, de un total de 143 países en el mundo, el 35% del total de la fuerza laboral estaría padeciendo estrés, lo que significa que 1 de cada 3 personas en el mundo sufre de estrés.

Como consecuencia, Chile tiene uno de los índices más altos de licencias médicas por salud mental, llegando casi a un 35% del total de las licencias médicas que se emiten anualmente, según la Superintendencia de Salud.

Según Christine Comaford, cuando una persona padece estrés comienza a presentar una serie de señales. Estas son las principales de acuerdo a la experta:

Esto incluye problemas de memoria, incapacidad para concentrarse, falta de criterio, pensamientos ansiosos o acelerados, una mirada negativa y preocupación constante.

Aquí se consideran señales como depresión o infelicidad general, entre ellas ansiedad y agitación, cambios de humor, irritabilidad o enojo, sensación abrumadora, soledad y aislamiento, u otros problemas de salud mental o emocional.

Estas incluyen dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, tensión en el cuerpo, problemas digestivos, corazón acelerado, acidez estomacal, disminución del deseo de hacer ejercicio, pérdida de apetito o atracones, aumento de lesiones físicas, de triviales a significativas y adicciones y conductas adictivas.

Comaford explica en Forbes que, sí se identificó con al menos cinco de los síntomas “está excesivamente estresado”. Pero antes de pasar a las soluciones, se debe saber el origen del problema.

El “burnout” significa “estrés laboral crónico que no ha sido manejado con éxito”, según la OMS, que lo reconoció en 2019 incluyéndose en la Clasificación Internacional de Enfermedades como un fenómeno ocupacional.

Este fenómeno se caracteriza por sentimientos de agotamiento, mayor distancia mental del trabajo de uno, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo de uno, y reducción de la eficacia profesional.

El agotamiento es más que un estrés básico, y puede provocar sentimientos como desesperanza, impotencia o inutilidad. Según la OMS, el agotamiento se refiere específicamente a fenómenos en el contexto ocupacional.

Por lo general, los jefes o jefas pueden ser responsables de crear un ambiente de estrés laboral. Comaford explica que puede ocurrir en trabajos que carecen tanto de autonomía como de apoyo, o cuando se fijan plazos de última hora que interfieren con la vida personal del trabajador. También cuando los jefes o jefas se olvidan de dar o recibir comentarios, o no fomentan un entorno seguro, de pertenencia e importancia.

Las consecuencias del “burnout” incluyen efectos laborales no deseados como un aumento del ausentismo del personal, una baja productividad, alta rotación, baja moral, baja motivación y aumento de las quejas de los empleados.

Como primer paso, Comaford explica en Forbes que la persona debe comprender lo que le está sucediendo, solo de esta forma puede reconocerlo y buscar ayuda, ya que por lo general, quienes padecen estrés excesivo tienden a aislarse provocando un sin fin de efectos negativos en la persona y su entorno. Detenerlo a tiempo es fundamental.

Segundo, debe aclarar las historias que no lo dejan avanzar. A menudo las personas se apegan a la idea de que las cosas o personas sean de una determinada manera cuando no lo son. Liberarse de esa historia que genera sufrimiento ayudará a soltar sentimientos negativos que pueden estar produciendo o colaborando al estrés.

Superar las dificultades lo ayudarán a ponerse en movimiento a medida que trabaja en solucionarlo. Comaford entrega ideas como consultar con usted mismo, pedir ayuda, completar horarios, involucrarse con la naturaleza, meditar, mirar películas que lo ayuden a sentir y por sobre todo, honrar el proceso.

Como cuarto paso, Comaford señala la importancia de hacer un balance de sus derechos orgánicos como ser humano. Tener necesidades, tomar acción, amar y ser amado, tener consecuencias, o existir son derechos que hay que verificar y organizar para que se mantengan siempre en equilibrio, ya que si uno de estos falta puede provocar un desbalance en la persona.

Por último y como quinto paso, tener compasión por uno mismo y los demás es parte esencial del derecho de amar y ser amado. Tener compasión puede liberar sufrimiento haciendo del mundo un lugar mejor, ya que se demuestra con actos de amabilidad, atención y soporte. Según Comaford, la compasión puede abrir los corazones y llenarlos de energía positiva, cambia la perspectiva negativa, aumenta la felicidad al ver nuevos horizontes, genera lazos, fomenta la conexión, mejora la salud, la compresión, las posibilidades e inspira a otros a ser mejores personas.

Si no está seguro de si el estrés es la causa o si has tomado medidas para controlarlo, pero los síntomas continúan, consulta a tu médico. Plantearse la posibilidad de pedir apoyo profesional de un psicólogo o terapeuta, para que pueda ayudarlo a identificar las fuentes de estrés y aprender nuevas herramientas es el primer paso para combatirlo.