La recuperación tras el contagio de coronavirus es sólo el primer paso. Porque en más de un año de pandemia, con el tiempo no sólo se han ido conociendo los efectos inmediatos que genera la enfermedad en el cuerpo, sino también una larga lista de secuelas a largo plazo que incluyen fatiga o debilidad muscular, insomnio, ansiedad, depresión, problemas renales, problemas en la fertilidad en el caso de los hombres, también pérdida de la audición, vértigo y zumbidos en el oído, la caída de la primera capa de piel en las manos, y el llamado “covid de largo plazo”, con molestias como dolores de cabeza, muscular y articular.
Pero a todos ellos hay que agregar los recientes reportes de enfermedades neurológicas menos comunes y que se van dando a conocer en momentos en que las cifras de contagiados ya sobrepasaron los 151 millones de casos en todo el mundo, con 129 millones de personas recuperadas. Entre ellas, algunos cuadros de Guillain-Barré, que consisten en parálisis, hormigueos y sensaciones sensitivas que ascienden desde los pies hasta las manos incluso con compromiso facial; y la mielitis transversa aguda, un trastorno poco frecuente que afecta a la médula espinal, y que estadísticamente tiene cifras de entre 1,34 y 4,6 casos por millón por año en el mundo.
Pero existe un caso aún menos visto en la literatura científica. Se trata del síndrome de Parsonage-Turner, descrito por primera vez en 1887, y asociado a infecciones virales y vacunas -aunque no en el caso de los medicamentos contra el coronavirus-, en el que el paciente comienza con un molesto dolor de hombros, hasta perder la movilidad de uno o los dos brazos.
El Dr. Cristóbal Díaz, traumatólogo de la Universidad de Chile, explica que “la enfermedad consta de una inflamación de los nervios del plexo braquial que dependiendo de los nervios que comprometa es el diagnóstico que se entregará. El paciente puede llegar con un dolor a veces similar a la ciática -como una corriente eléctrica-, y generalmente se le administran analgésicos”.
Díaz señala que se han notificado casos en pacientes desde los 3 meses hasta los 81 años, pero la mayor incidencia se da entre la tercera y la séptima década de la vida, y los varones se ven afectados predominantemente.
Sin embargo, además de los tres casos descritos en la literatura científica, Díaz se encontró con un caso en Chile: un hombre de 36 años, zurdo y con sobrepeso, sin patologías médicas previas ni antecedentes quirúrgicos y vacunales recientes, transformándose en el cuarto caso desde que se conoce de la enfermedad. Y de acuerdo a la evidencia, descrita en un estudio publicado en el Journal of Shoulder and Elbow Surgery, estuvo contagiado de coronavirus.
El caso chileno
“El paciente llevaba unas siete semanas con dolor y cuando se le pedía elevar el brazo, era incapaz de hacerlo”, cuenta Díaz. “Cuando llegó a la consulta le pregunté por coronavirus y aunque su pareja se contagió nunca se hizo el examen PCR, estuvo en su casa, no fue al hospital y quedó como contacto estrecho, señalando que mientras estuvo en cuarentena tuvo todos los síntomas típicos como pérdida del gusto, olfato, etc. Hicimos el examen de anticuerpos y salieron elevados. Todo esto coincidía con la posterior evolución del cuadro de dolor de hombros e impotencia funcional en su hombro”, dice.
“Después en la resonancia magnética se evidenció atrofia de la musculatura y en el plexo se notó una inflamación de los nervios concordante con esta patología, que es muy poco frecuente. Lo que aún no está claro es por qué a alguna gente le da y a otras no”, añade.
“En este caso, el tratamiento fueron analgésicos y terapia kinésica para favorecer su rehabilitación. Hoy está completamente sano, aunque la recuperación suele durar entre 6 meses y 2 años y no siempre es completa”, agrega el traumatólogo.
Además de ello, Díaz aconseja que ante cualquier duda hay que buscar ayuda profesional, ya que puede tratarse de alguna patología grave: “lo importante de todo esto es que la gente está con temor para consultar a los médicos porque se pueden infectar de Covid y se dejan estar, pero puede tratarse de casos graves como el caso de este paciente”, sostiene.
“Estamos viendo secuelas y patologías que aparecen después de la enfermedad. Si hay algo raro, hay que ir al doctor. Esto pudo ser un accidente vascular o un tumor cerebral. Es muy importante hacer hincapié en estar atentos a cualquier dolencia”, advierte Díaz.