El sueño chino por alcanzar a las superpotencias espaciales de la Nasa (EE.UU) y Roscosmos (Rusia) dio este lunes un importante paso, al iniciarse la separación del módulo Chang’e 5 en preparación para el alunizaje que desde este martes comenzará con el proceso para traer de regreso muestras lunares a la Tierra.

La nave, lanzada el pasado 23 de noviembre, tendrá el peso de convertirse en la primera misión de este tipo desde 1976, dando paso además a una especie de dominio chino en el satélite natural terrestre con tres naves espaciales activas en la superficie lunar: el módulo Chang’e 3 (2013), el módulo Chang’e 4 y el rover Yutu 2 (2019).

La misión, que alcanzó la órbita lunar el 28 de noviembre, se separó en dos partes este domingo 29 y prepara el escenario para su alunizaje cerca de Mons Rümker, una montaña en la región de la luna Oceanus Procellarum (“Océano de tormentas”), lo que debería ocurrir este martes al mediodía en Chile. El aterrizaje no puede esperar, ya que el módulo Chang’e 5 alimentado por energía solar tendrá sólo dos semanas (equivalente a un día lunar) para recolectar muestras. Se espera que la misión Chang’e 5 dure unos 23 días en total.

Si todo sale como está previsto, la idea es recolectar 2 kilogramos de roca lunar, desde una profundidad de aproximadamente 2 metros. Dentro de dos semanas, las muestras se empaquetarán en el vehículo de ascenso para despegar de la superficie lunar y encontrarse con la nave espacial en órbita. Se espera su llegada a mediados de diciembre.

Sólo Estados Unidos, con su programa Apolo de fines de la década de 1960 y principios de 1970, y la Unión Soviética, a través de una serie de misiones robóticas posteriores, han devuelto rocas lunares a la Tierra. El programa estadounidense Moon trajo consigo 382 kg de rocas lunares, e incluso hoy científicos están estudiando material recolectado de Apolo.