Mayo ha sido un mes caluroso durante 2022. En reiteradas jornadas los registros de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) han establecido más de 27°C, incluso este martes alcanzó 27,2°C. Esta tendencia se extiende durante los últimos años en la Región Metropolitana. Desde 2019 a la fecha la temperatura máxima registrada en el mes no bajó de 27 grados (en 2020 el registro incluso indicó 30,7°C).

El quinto mes de este año, ha superado la media de 18,8 grados, situación ocurrida de manera consecutiva durante los últimos cinco años, ya que desde 2017 (18°C) que no se registran máximas cercanas o inferiores al promedio.

La tendencia incluso es a largo plazo, durante los últimos 20 años solo tres veces mayo ha estado bajo valores típicos (2002, 2007 y el ya mencionado 2017). Es decir, mayo es hoy mucho más cálido de lo que solía ser.

¿Qué provoca este fenómeno? Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago dice que “la temperatura máxima promedio ha estado subiendo en toda la zona central, incluyendo Santiago, Tanto en el mes de mayo como en los otros meses de otoño e invierno de forma acelerada”.

Esto se debe a principalmente el cambio climático. “No solamente el alza en la concentración de gases de efecto invernadero está contribuyendo a que aumenten las temperaturas máximas, sino también la caída en precipitaciones, particularmente grave en la última década”, añade Cordero.

La sequía afecta a diferentes puntos del país. En la imagen, el embalse Puclaro, en la Región de Coquimbo. Crédito: HERNAN CONTRERAS

Además, explica el climatólogo, “los días despejados permiten que la radiación solar alcance la superficie lo que favorece las temperaturas máximas altas”.

Cordero señala que es posible también que la baja en material particulado observada en las últimas dos décadas en la capital, también esté contribuyendo a favorecer las altas temperaturas máximas. “Aunque la disminución de la contaminación es una excelente noticia, la disminución en la concentración de material particulado podría estar también favoreciendo que una mayor radiación solar alcance la superficie”.

Además, la concentración anual promedio de material particulado fino (PM2.5) ha bajado en alrededor de 30% en Santiago en la últimas dos décadas. “Considerando solo los meses de invierno la baja es aún mayor y es de alrededor de 40%”, explica Cordero.

Olas de calor: Factor adicional

Si bien la estadística indica que las altas temperaturas se registran hace unos años, particularmente 2022 ha sido un año severamente afectado por el calor, especialmente por las denominadas olas de calor. La Región Metropolitana solo es superada por el desierto de Atacama. Además, se anticipa que el porcentaje de días de calor extremo en Santiago se duplicaría a mediados de siglo, comparado con tan solo unas décadas atrás, mientras que la temperatura en Sudamérica podría aumentar más de 6 grados al final de este siglo.

Adicionalmente, tampoco se registran precipitaciones, lo que convierte este escenario negativo, en uno aún más dramático. Por ejemplo, durante enero, la Dirección Meteorológica de Chile, en su estación de monitoreo ubicada en Quinta Normal, solo percibió 2 milímetros de agua en la capital. En enero del año pasado, la misma estación registraba 40 mm.

A pesar de que se han registrado algunas jornadas de lluvias en la Región Metropolitana, las cifras aún son negativas. Foto: Agencia Uno.

Cordero no es optimista. “Es probable que la situación continué empeorando en las próximas décadas. Hasta que tengamos el calentamiento global es probable que las temperaturas máximas promedio continúen al alza impulsadas no solamente por el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero, sino también por la pérdida de nubosidad asociada a la caída en precipitaciones”.

Debido a este escenario, ya convertido en una realidad indiscutible, Chile trabaja contra el calor extremo, la sequía y los efectos propios que genera el cambio climático.

Es por eso, que desde el Gobierno Regional, el actual gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, junto a Kathy Baughman, vicepresidenta del Atlantic Council y directora del Adrienne Arsht-Rockefeller Foundation Resilience Center, firmaron una alianza que convierte a Santiago en la primera ciudad de Latinoamérica en ser parte de las Ciudades líderes en la acción contra el calor extremo (sumándose a Atenas y Miami, entre otros).

Lo única buena noticia respecto a las tendencias en temperaturas observadas en la zona central, es que hay pocas probabilidades de que el número de días con heladas aumente. “Esta cifra se ha mantenido relativamente constante en las últimas décadas”, establece Cordero.

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