Una nueva especie de coleóptero (escarabajo) fue descubierto en las áreas costeras protegidas de la Región de Atacama por los entomólogos Jaime Pizarro-Araya, académico del Laboratorio de Entomología Ecológica de la Universidad de La Serena y Gustavo E. Flores, perteneciente al Laboratorio de Entomología del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA).
En un artículo publicado en la revista ZooKeys, los investigadores indican que la especie bautizada científicamente Praocis (Mesopraocis) arenicola Flores & Pizarro-Araya 2022 (Coleoptera, Tenebrionidae), presenta caracteres morfológicos únicos para la vida en las dunas costeras e interiores de la Región de Atacama, y forma parte de la fauna exclusiva del desierto florido. Fue denominado Tenebrio de las dunas.
La especie es endémica de las dunas costeras de Atacama, y sus ciclos biológicos los realizan en perfiles del suelo, hasta 20 centímetros de profundidad. Sus larvas y adultos se alimentan de bulbos, flores y detritos de la vegetación del desierto florido, “además los adultos forman parte de la dieta de escorpiones (Brachistosternus spp.), arañas (Lycinus spp.) y lagartos (Liolaemus spp.) presentes en estos sistemas dunarios”, explica Pizarro-Araya.
“En este estudio realizamos análisis morfológicos de las patas utilizando técnicas de microscopia electrónica de barrido para estudiar las adaptaciones a la vida fosorial de estas especies, de ahí que es vital la protección de sus hábitat, las dunas”, añade el investigador.
Pizarro-Araya lidera un grupo de investigadores nacionales e internacionales que han estudiado el desierto de Atacama por 20 años, con notables descubrimientos como las especies endémicas de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, como la Cyrioctea islachanaral (araña de la Isla Chañaral) o Gyriosomus granulipennis (vaquita de la Isla Choros), o el recientemente descrito Henicotherus francisca (la catita de Francisca), especie de crisomélido áptero que vive solo en la Isla Choros e Isla Chañaral y que este año fue propuesta el 18vo proceso de clasificación de especies del Ministerio del Medio Ambiente, proceso que aún está en evaluación.
Las expediciones realizadas al desierto de Atacama han contado con el financiamiento de Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad de La Serena, y del proyecto SIMEF, instancia que corresponde al primer inventario nacional de biodiversidad, a través del Sistema Integrado de Monitoreo de Ecosistemas Forestales en Chile, y el apoyo logístico de Conaf Atacama.
Sandra Morales, directora regional de la Corporación Nacional Forestal región de Atacama, dice que “las áreas silvestres protegidas de la Región de Atacama son laboratorios naturales donde se resguarda el patrimonio natural de la región, un trabajo que se realiza con gran esfuerzo y profesionalismo; trabajo que se fortalece con el desarrollo de investigaciones científicas como la desarrollada por los entomólogos Jaime Pizarro-Araya y Gustavo Flores”.
Tanto las áreas silvestres protegidas costeras como otras áreas con presencia de arenales y dunas, “son hábitat de este tipo de especies recién descubierta y que requieren mayor atención por parte de la sociedad en su conjunto y el correspondiente estímulo por parte del Estado para seguir investigando, ya que para proteger es necesario primero conocer con más detalles las especies de vida silvestre que ahí están”, agrega Morales.
De acuerdo a Conaf, contar con mayores antecedentes de la biodiversidad del país permite tomar decisiones más acertadas para la conservación y la puesta en valor de las áreas silvestres protegidas. “Conaf Atacama cuenta con un Programa de Investigaciones Científicas cuya finalidad es atraer la investigación científica al Parque Nacional Llanos de Challe, Parque Nacional Pan de Azúcar, Parque Nacional Nevado de Tres Cruces, que además es un Sitio Ramsar e Isla Chañaral en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt”, dice la directora regional.
Esto se realiza de manera priorizada y con acuerdos definidos que beneficien a los investigadores y estudiantes de pre y posgrado, relevando información de los objetos de conservación como de sus amenazas. “El sustento que entrega Conaf a los investigadores, junto de autorizar que estos estudios puedan llevarse a cabo, consiste en apoyo logístico de guardaparques y el uso de las instalaciones que posee la corporación en sus áreas silvestres protegidas”, agrega.