Tres chilenos lideran propuestas para utilizar el telescopio espacial más avanzado

james webb

Seguro que has visto esta imagen, una de las más icónicas tomadas por el telescopio espacial Hubble, la nebulosa del águila una zona de formación estelar retratada como nunca. Hace más de 25 años que se observó, y el Hubble ya tiene más de 30 años orbitando nuestro planeta, en el intertanto ha ayudado a responder algunas de las preguntas más importantes, algunas que ni siquiera existían antes de su lanzamiento, como por ejemplo ayudó a descubrir la expansión acelerada del universo, tomar imágenes y obtener información de las atmósferas de exoplanetas, entre muchas otras. Con sus más de un millón de imágenes tomadas que resultaron en más de 15 mil publicaciones científicas. Ha llegado el momento el momento de un sucesor.

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Nebulosa del Águila. Foto: Nasa

El 31 de octubre de 2021 se enviará al espacio el telescopio espacial James Webb (JWST o simplemente Webb), con su espejo primario de 6.5 metros de diámetro (el Hubble es de 2.4 metros) es capaz de recolectar luz más de 6 veces más rápido que el Hubble. Esto sumado a su mayor campo de visión y mayor resolución, convierten a este telescopio en un verdadero salto en tecnología.

Optimizado para observar luz infrarroja, el Webb será capaz de estudiar con detalle las primeras galaxias del universo, ver cómo este ha evolucionado, al mismo tiempo que será capaz de estudiar cómo se forman las estrellas y las atmósferas de exoplanetas con una precisión que actualmente solo podemos lograr en simulaciones de computador.

Estas imágenes son por las cuales compiten científicos de todo el mundo, entre ellos tres chilenos lideran proyectos aceptados para observarse durante el primer ciclo de observaciones de este Telescopio.

El astrónomo Eduardo Bañados, quien actualmente es científico del Instituto Max Planck en Alemania y lidera el grupo de agujeros negros supermasivos y galaxias, es el investigador principal de un proyecto que busca sondear una región del cielo en búsqueda de galaxias muy lejanas, tan lejanas que su luz se emitió cuando el universo tenía solo unos 600 millones de años (hoy la edad del universo es 13.700 millones de años). Estas observaciones serían cruciales para estimar la formación estelar, la densidad y agrupamiento de las galaxias en una época clave en la historia del universo

Sebastián Marino, investigador en la universidad de Cambridge en Inglaterra, es el investigador principal en un proyecto que busca encontrar a través de imágenes directas planetas similares a Júpiter en torno a otras estrellas, que permitan explicar las observaciones de estrellas y sus discos protoplanetarios y de escombros que se han realizado con el observatorio ALMA. Una tarea hasta ahora imposible de realizar con otros telescopios.

Finalmente, Néstor Espinoza, astrónomo del instituto del telescopio espacial en Baltimore Estados Unidos, es el investigador principal en un proyecto que pretende entender propiedades atmosféricas en planetas orbitando otras estrellas, en particular, si estas cambian entre su amanecer y atardecer.

Tres proyectos muy distintos apuntando a resolver grandes preguntas abiertas en la astronomía moderna.

Es un tremendo gusto vivir estos tiempos, con nuevos observatorios y mega proyectos llegando a suelos chilenos, ver como nuevos telescopios son puestos en el espacio y misiones llegan a otros planetas, pero es aún mejor saber que Chile no es un mero observador, y que científicos chilenos han sacado ventajas de la presencia de observatorios como ESO, AURA, Las campanas y ALMA, entre otros, para impulsar sus carreras y las fronteras del conocimiento en los mejores institutos y universidades del mundo.

* Astrofísico y Coordinador Centro de Comunicación de las ciencias Universidad Autónoma de Chile.

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