Luego de más de una década marcada por la megasequía, los últimos dos años en Santiago, la Región Metropolitana y parte importante de la zona central han estado caracterizados por abundantes precipitaciones.

Junio, por ejemplo, se ubicó entre los “junio” más lluviosos desde que existe registro, permitiendo junto a las lluvias de los últimos días dejar un superávit de 85,3% en la capital.

Últimas lluvias en Santiago provocan algo que no se veía hace 20 años

No son los únicos récords que ha dejado la temporada invernal. Mayo fue el “mayo” más frío jamás registrado en la capital, rompiendo un récord de 26 años impuesto en 1988. Además, ese mes estuvo marcado por dos olas de frío que sumaron un total de 12 días, incluyendo cuatro jornadas con temperaturas bajo cero.

Si bien julio se ubicó en la vereda opuesta, ya que por primera vez desde que existen registros, no anotó precipitaciones en la capital, agosto cerró con 80,6 mm, junto a los 89,9 de agosto de 2023, como los “agosto más lluviosos en casi una década.

Agosto estuvo marcado por un sistema frontal que azotó a parte importante del país, el que incluso en Santiago dejó vientos superiores a 120 km/h.

Tras lluvias modestas en septiembre -solo 5,9 mm según el registro de la estación Quinta Normal de la DMC- octubre también ha estado marcado por copiosas lluvias, para un mes en el que históricamente las precipitaciones son escasas (el registro promedio es de 12,1mm).

Hasta las 18.50 de este martes, la más antigua de las estaciones meteorológicas de la capital anotaba 7,4 mm de agua caída en las últimas 36 horas, elevando el registro mensual a 8 mm.

De esta forma, el registro total para Santiago en lo que va de 2024 llega a 392,9 mm, con un superávit de 45,2%, transformando así a este año en el más lluvioso en casi 20 años.

Para encontrar un año más lluvioso hay que remontarse al año 2005, cuando Santiago sumó 434,9 mm.

Años más lluviosos en Santiago (estación Quinta Normal)mm
1982512,8
2002501,5
1987465,2
1997495,3
2005434,9
2024392,9
1972379,8
1992377,8
1984371,5
1974368,1

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que hemos tenido en muchos aspectos una temporada otoño-invierno récord. “Por ejemplo, tuvimos la tormenta de viento más intensa jamás registrada en la capital. Llevamos además, a la fecha, tres intensas olas de frío en la zona central”.

Santiago registra el año más lluvioso en más de dos décadas: olas de frío

Las similitudes entre el invierno 2024 y el invierno 2002 probablemente no sean coincidencia, añade Cordero. “Ambos inviernos han estado marcados por un débil vórtice popular y un evento de calentamiento estratosférico súbito que ha debilitado aún más los vientos en la parte alta de la atmósfera antártica”.

Un débil vórtice polar suele permitir que escapen de la Antártica masas de frío que pueden causar intensas olas de frío en latitudes medias. “También un débil vórtice polar, puede permitir que escapen hacia latitudes medias (incluido Chile central) algunas de las tormentas que abundan en el océano Austral, el que rodea el continente blanco”, sostiene Cordero.

Aunque El Niño y La Niña suelen tener gran importancia en la variabilidad interanual del clima en Chile, “pareciera que es la debilidad del vórtice polar antártico el factor que ha predominado y marcado la actual temporada otoño-invierno en Chile y el hemisferio sur”, considera el climatólogo.

Probablemente, adiciona, “la debilidad del vórtice polar explique porque el índice de la oscilación antártica, que caracteriza la intensidad de los vientos en superficie que soplan en torno al continente blanco, alcanzó el pasado 3 de agosto, el valor (-4,41) más bajo jamás registrado durante una temporada otoño-invierno. La debilidad extraordinaria de los vientos en torno al continente antártico ayuda a entender por qué esta temporada ha sido tan lluviosa”.

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