Una vez pasada la fiesta astronómica de los últimos años en Chile, coronada por los eclipses totales de 2019 y 2020, y la conjunción de diciembre entre Saturno y Júpiter, este año todo vuelve a la normalidad en los cielos del país. Salvo, por un inusual eclipse total en diciembre en la Antártica y parte del territorio chileno, que dirá adiós a estos eventos al menos hasta el año 2048 en esta parte del mundo.
Bernardita Ried, astrónoma y física de la Universidad de Chile, y divulgadora del Centro de Astrofísica CATA, señala entre lo destacado a las llamadas “súper lunas” del 27 de abril, 26 de mayo y 24 de junio. “Cuando la Luna orbita alrededor de la Tierra no lo hace en un círculo, sino que en una elipse. Por ende, hay momentos en los que está más cerca y otras que está más lejos; entonces, la ‘súper luna’ ocurre cuando una luna llena estás más cerca, y la vemos un 14% más grande”, sostiene.
La astrónoma explica que la súper luna del 26 de mayo será especial, ya que al mismo tiempo coincidirá con un eclipse lunar -habrá otro parcial el 19 de noviembre-, dando lugar a una “luna roja” o “luna de sangre”, nombrada así por efecto de la sombra de la atmósfera terrestre proyectada en la luna. Sin embargo, será visible hacia el amanecer en Chile, entre 4 y 7 am aproximadamente.
Reid apunta también a las habituales lluvias de estrellas de las Centáuridas (8 de febrero), Líridas (22-23 de abril, nivel bajo), Eta Acuáridas (6-7 de mayo, nivel bueno) y Delta Acuáridas (28-29 de julio, nivel bueno), Perseidas (12-13 de agosto, nivel medio), Oriónidas (21-22 de octubre, nivel bajo), Táuridas del Sur (5 de noviembre), Táuridas del Norte (12 de noviembre), Leónidas (17 de noviembre, nivel bajo) y las Gemínidas (19 de noviembre, nivel medio).
Además, la astrónoma indica a propósito del perihelio (punto más cercano al Sol, 2 de enero) y el afelio (punto más lejano, 5 de julio), un error común que tiene sus raíces desde la época del colegio: “la gente tiende a pensar que las estaciones del año se producen porque la órbita es elíptica, y porque la Tierra está más cerca o lejos del Sol, lo cual es falso”, dice.
“Al estar más cerca, el hemisferio sur está inclinado hacia el Sol, por ende le llega más sol, contrario al hemisferio norte que está en invierno. Ahí es cuando la gente se pregunta por qué, si a nosotros en el hemisferio sur nos llega el calor en el perihelio, mientras que el verano del hemisferio norte ocurre en el afelio, ¿no deberíamos tener más temperatura?. La respuesta es que no, no va a afectar prácticamente nada”, asegura.
“Hay un efecto dictado por las leyes de Kepler que básicamente dice que si tenemos un objeto como la Luna o Tierra girando, y no lo hace en un círculo sino que elipse, cuando está más cerca del Sol, la Tierra gira más rápido y cuando esta más lejos, gira más lento. Por ende, el verano del hemisferio norte dura cinco días más que en el sur”, asevera.
Sol de medianoche
Thomas Puzia, profesor del Instituto de Astrofísica UC e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), afirma que el eclipse solar anular de junio, visible sólo en el hemisferio norte, será la contraparte del eclipse de la Antártida de diciembre, y que demuestra cómo funciona la dinámica entre las órbitas.
“El eclipse del 4 de diciembre en la Antártida, que abarcará a parte de la península chilena, tendrá una umbra (zona de sombra total) muy ancha por la inclinación del Sol, a unos 10º aproximadamente, muy cerca del horizonte. Por ello, veremos ‘correr’ juntos el Sol y la Luna en un camino muy largo, debido a la rotación de la Tierra”, dice el astrónomo.
Puzia explica que a pesar que el fenómeno sucederá durante horarios nocturnos, podrá ser visto gracias al fenómeno del “Sol de medianoche”, que hace visible al astro por las 24 horas. Su sombra transitará por tres bases científicas chilenas, y en el continente sudamericano se verá en la ciudad de Puerto Williams, aunque sólo de forma parcial. Asimismo, el evento también será muy inusual, ya que el camino del eclipse total se moverá de este a oeste a través de la Antártida Occidental, mientras que la mayoría de los caminos de eclipse se mueven de oeste a este. Esta inversión sólo es posible en regiones polares.
“Este camino tendrá un impacto distinto a los eclipses de 2019 (20º sobre el horizonte) y 2020 (74º sobre el horizonte). Estamos muy cerca del Polo Sur, por lo que la sombra cubrirá casi todo el continente helado. Será un evento muy único y especial”, sostiene el astrónomo UC.
Puzia, que mensualmente publica la serie “Cielos del Sur” en el canal de YouTube del Instituto de Astrofísica UC señala que estos eventos nos ayudan a entender la dinámica del espacio, e invita a los entusiastas de estos fenómenos a visualizar el cielo también de día.
“La astronomía no es sólo nocturna”, dice. “Durante el día también se pueden ver varios planetas como Venus, usando binoculares o sencillos telescopios. De la misma forma, tomando los cuidados correspondientes, es posible reutilizar los filtros UV que nos dejó la época de los eclipses para visualizar manchas solares y otros. El Sol es muy entretenido para observar, pero hay que ser muy cuidadoso”, afirma.