LTT 9779 es una estrella que habita en una región escasamente poblada del Universo en parámetros planetarios. De hecho, ha sido bautizada como el “Desierto Neptuniano”, una región desprovista de planetas.
Pero quebrantando dogmas físicos, astrónomos chilenos descubrieron un extraño planeta orbitando esta estrella, algo tan inusual, que nunca se había hallado un planeta de estas características
El descubrimiento fue liderado por el astrónomo chileno-escocés de la Universidad de Chile, James Jenkins y la nueva clase de planetas fue denominada Neptuno Ultra Caliente, mientras que el nuevo planeta fue bautizado LTT 9779 b, por orbitar alrededor de la estrella LTT 9779.
Este nuevo planeta es un poco más grande que Neptuno (24.622 km), pero pesa el doble, aunque tiene una densidad similar. Por lo tanto, LTT 9779 b debería tener un núcleo enorme de alrededor de 28 masas terrestres y una atmósfera que representa cerca del 9% de la masa planetaria total, estimaron los científicos.
“Descubrimos un nuevo tipo de planeta, que se llama planeta Nepturno Ultra Caliente, debido a que su temperatura promedio es más de 2.000 °K o 1.700 °C. El planeta tiene un período de año de solo 19 horas, y esa es la razón por la que es tan caluroso”, explica Jenkins a Qué Pasa.
El sistema estelar tiene alrededor de la mitad de la edad del Sol, con 2.000 millones de años, y dada la intensa irradiación, no se esperaría que un planeta similar a Neptuno pudiera mantener su atmósfera durante tanto tiempo, lo que proporciona un enigma intrigante que resolver: cómo llegó a existir un mundo tan improbable.
Los astrónomos comenzaron a trabajar en este proyecto a fines de 2018. “Esto es algo muy novedoso. Existen muy pocos planetas de este tamaño que estén tan cerca de su estrella, y además, es interesante destacar que tiene atmósfera. Hay uno o dos más, de este tipo, aunque no tan caliente y sin atmósfera”, añade Jenkins.
LTT 9779 es una estrella similar al Sol, ubicada a una distancia de 260 años luz, relativamente cercano en términos astronómicos. Contiene alta cantidad de metales y tiene el doble de hierro en su atmósfera respecto al Sol. Este podría ser un indicador clave, pues el planeta era originalmente un gigante gaseoso mucho más grande, ya que estos cuerpos se forman preferentemente cerca de las estrellas con mayor abundancia de hierro.
El planeta fue detectado por el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (en inglés Transiting Exoplanet Survey Satellite - TESS), el cual observa diferentes sectores en el cielo, 13 en el hemisferio sur el primer año, 13 en el hemisferio norte en el segundo año. En este caso, apareció en el segundo de los 26 sectores que TESS observaría en todo el cielo. Dado que no se detectaron tipos similares de planetas en las misiones precursoras de TESS, Kepler y K2, el hallazgo es aún más emocionante.
“Seleccionamos a este candidato de una alerta TESS debido a su período orbital muy corto. Después de inspeccionar la curva de luz, encontramos que era un buen candidato para una próxima campaña de observación, que realizamos durante una semana con el espectrógrafo HARPS en La Silla”, indica Matías Díaz, candidato a Doctorado en Astronomía en la Universidad de Chile y segundo autor del artículo.
LTT 9779 b es una “bestia rara”
Planeamos las observaciones cuidadosamente, "para maximizar el uso del espectrógrafo y muestrear la órbita del candidato de una manera óptima. Durante las primeras noches, nos percatamos que los datos de las observaciones coincidían con el período previsto. Un análisis más detallado de las siete noches de observaciones en noviembre fue consistente con un planeta tipo Neptuno masivo”, agregó Díaz.
LTT 9779 b es una “bestia rara”, habita en una región escasamente poblada del espacio de parámetros planetarios, lo que es muy inusual. “El planeta existe en algo conocido como el “Desierto Neptuniano”, una región desprovista de planetas cuando miramos la población de masas y tamaños planetarios. Aunque los gigantes de hielo parecen ser un subproducto bastante común del proceso de formación de planetas, este no es el caso. Creemos que estos planetas se despojan de sus atmósferas durante el tiempo cósmico y terminan en los llamados planetas de período ultracortos”, afirmó Jenkins.
Jenkins agrega que los modelos de estructura planetaria nos indican que "éste es un mundo dominado por un núcleo gigante, pero lo que es más importante, deberían existir dos o tres masas terrestres de gas en la atmósfera. Pero si la estrella es tan vieja ¿Por qué tiene atmósfera? Bueno, si LTT 9779 b comenzó su vida como un gigante gaseoso, entonces un proceso llamado desbordamiento del lóbulo de Roche, podría haber transferido cantidades significativas del gas atmosférico a la estrella”, dice.
El rebalse del lóbulo de Roche (Roche lobe overflow, en inglés) es un proceso por el cual un planeta se acerca tanto a su estrella, cuya gravedad termina por capturar las capas externas del planeta, haciendo que éstas se transfieran a la estrella, disminuyendo significativamente la masa del planeta. Los modelos predicen resultados similares a los del sistema LTT 9779, pero también requieren algunos ajustes.
“También podría ser que el LTT 9779 b llegó a su órbita actual bastante tarde, por lo que no ha tenido tiempo de ser despojado de la atmósfera. Las colisiones con otros planetas del sistema podrían haberlo arrojado hacia la estrella. De hecho, dado que se trata de un mundo tan único y poco común, pueden resultar plausibles escenarios más exóticos”, añadió Jenkins.
Dado que el planeta parece tener una atmósfera significativa y que orbita alrededor de una estrella relativamente brillante, los estudios futuros de la atmósfera planetaria pueden revelar algunos de los misterios relacionados de cómo se forman esos planetas, cómo evolucionan y los detalles que lo constituyen.
Jenkins concluye que “el planeta está muy caliente, lo que motiva la búsqueda de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, junto con núcleos atómicos ionizados. Es aleccionador pensar que este “planeta improbable” es tan raro que no encontraremos otro laboratorio como este para estudiar en detalle la naturaleza de un Neptuno Ultra Caliente. Por lo tanto, debemos extraer todo el conocimiento que podamos de este diamante en bruto. Hay que observar este planeta con instrumentos tanto terrestres como espaciales durante los próximos años”.