Desde hace cerca de un mes, India se ha convertido en uno de los blancos predilectos del Sars-CoV-2. Desde entonces, el virus ha asolado al planeta, desatando una auténtica crisis sanitaria. Solo el miércoles, el país reportó más de 300 mil casos y más de 3.000 muertos, superando los 200 mil fallecimientos por esta enfermedad.
Lo extraño es que el país había sorteado con relativo éxito la primera ola en 2020, pero este año, las cosas parecen salirse de control. Para encontrar una explicación, algunos tienen un responsable: una extraña variante, a la que apodaron “doble mutante”, y a la que muchos ya se refieren como la “variante India”.
La cepa fue descrita a comienzos de abril por científicos de la Universidad de Stanford, a la que apodaron así precisamente porque porta dos mutaciones que la ayudan a adherirse a las células, sumándose a otras desarrolladas posteriormente al virus original, como la andina, sudafricana o brasileña.
La variante india desarrolla una particularidad: por primera vez dos mutaciones están presente en el mismo virus, vistas anteriormente en variantes separadas. Sin embargo, aún no está claro si puede causar reinfecciones o es más resistente a las actuales vacunas.
Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, señala que hasta ahora, esta cepa que se detectó por primera vez en India y que se ha visto circular en otros países, ha sido reportada ampliamente en EE.UU. e Inglaterra, entre otros.
Aunque asegura que “no está tan claro que se haya generado en India (cabe la posibilidad de que sea en otro lado), pero efectivamente está circulando ampliamente en ese país. Además, tampoco está claro si es que aumenta la contagiosidad o la gravedad de los cuadros, ya que India tiene otros factores que explican también esta ola gigantesca de contagios, es un país que vive en hacinamiento y donde se han disminuido las medidas restrictivas”.
Silva dice que hasta ahora, no se ha detectado en Chile, “lo que no significa que no esté circulando, solo que no se ha identificado en los estudios de secuenciación genómica que se han hecho hasta el momento”.
Por ello, dice, en Chile debiéramos estar preocupados siempre, no solo de está, sino de cualquier variante que pudiese ingresar de otros países, y variantes que se pueden generar en el país “como la variante andina que se está estudiando”.
Valeska Vollrath, jefe Biología Molecular de Clínica Alemana, dice que por lo mismo, todos los países deben secuenciar la máxima cantidad de genomas que se puedan ”para ir detectando estas variantes, que causan un cambio funcional en el virus, sobre todo en la proteína de la espiga”.
Admite preocupación, para saber si esta variante está circulando, o si variantes como éstas llegan a tener algún grado de connotación clínica “como aumento de infectividad, mortalidad, entre otros”, dice Vollrath.
Mientras más tasa de contagio haya o multiplicación tenga el virus, más probabilidades hay de que se generen variantes nuevas. “Por lo que, con la cantidad de contagios que tenemos en el país es muy probable que se generen variantes locales, entonces claro que es preocupante y también si se le agregan variantes nuevas de otros países, por ello, es fundamental el cierre de las fronteras y el control de la epidemia a nivel local”, explica el infectólogo de la Usach.
Los virus van a seguir mutando
Silva explica que el término “doble mutante” no es muy preciso, “se le ha puesto así porque ésta, como la gran mayoría de las variantes que circulan actualmente tienen mutaciones en la proteína spike (que es la que permite que se una a la célula humana), entonces mientras más variaciones tiene esta proteína, más fácil es para el virus contactarse e ingresar a la célula humana y multiplicarse y eventualmente evadir la respuesta inmune”.
La jefe de Biología Molecular de Clínica Alemana advierte que los virus van a seguir mutando y van a seguir presentándose variantes. “Hay que entender que los virus también luchan por sobrevivir y no desaparecer -tal como lo hacemos nosotros- y es así como se van seleccionando variables que son ventajosas para el virus, porque les permiten que estén presentes por mayor tiempo y no desaparecer”.
Vollrath añade que siempre van a existir variantes, y siempre tendremos que estar evaluándolos. “No solo con este virus, sino que en los virus generales de RNA, que varían mucho en su secuencia. Es importante destacar, que así como se seleccionan variantes que tienen mayor infectividad, nosotros también generamos variantes que se autodestruyen, y las que permanecen son éstas, las que evaden a la autodestrucción y perpetúan al virus seguir con la capacidad de infectar y reproducirse”.
Tenemos además que destacar que las variantes que nos preocupan acá en Chile, “tienen mutaciones que incluyen de tres a siete mutaciones dentro de la misma espiga. Y varias de ellas se mantienen en todas estas variantes y son caracterizadas porque ya se ha descrito que evaden la respuesta inmune o tienen mayor unión al receptor, o que aumentan su grado de contagio. Las variantes que nos preocupan son aquellas que ya han sido determinadas clínicamente, que esa característica les favorece y permite que se propague más el virus”, señala Vollrath.
Silva concuerda en que el virus puede seguir mutando, generar nuevas variantes y nuevas cepas, eso no tiene límite. La única forma de disminuir el riesgo es cumplir las medidas básicas de prevención. Mientras menos replicación tenga el virus, menos probabilidades hay de que haya variantes nuevas.