La peligrosa explosión en laboratorio ruso que almacena el virus de la viruela
Pese a que el virus fue erradicado hace 40 años, se mantienen muestras vivas en sólo dos recintos del mundo. El accidente una vez más puso en juicio la necesidad de conservar esta especie.
Se estima que unos 300 millones de personas murieron a causa de la viruela durante el siglo XX, un virus que logró ser erradicado en 1979 gracias a una campaña mundial de vacunación.
Pero esta erradicación, la comunidad científica decidió resguardar cepas del virus, las que en la actualidad, se encuentran en solo dos laboratorios en el mundo: el laboratorio de alta seguridad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta, Estados Unidos y el laboratorio ruso Vector.
Este lunes, en este último recinto, se produjo una explosión y posterior incendio que revivió los cuestionamientos respecto de la necesidad de mantener estos virus.
El laboratorio Vector (BSL-4), en la ciudad de Koltsovo , en la región de Novosibirsk de Siberia, resguarda muestras de varios virus, incluidos el de la viruela y el de ébola. Según el Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología de Rusia, en ningún momento el fuego generó riesgos de exponer al público los patógenos que están en su interior.
La explosión se registró en el quinto piso del laboratorio mientras se realizaban reparaciones en una sala de inspección sanitaria, abarcó un área de 30 metros y dejó una persona herida.
La sala donde habría ocurrido la explosión no contenía ninguna sustancia biopeligrosa, según el laboratorio y tampoco hubo daño estructural en el lugar.
Hace 15 años, en el mismo recinto se registró otro incidente. En esa oportunidad un investigador murió en el complejo tras pincharse accidentalmente con una aguja que portaba el virus ébola.
De acuerdo a las autoridades rusas, esta ha sido la única muerte que ha ocurrido en la historia del laboratorio. Pero no es la única vez que ha recibido cuestionamiento. En la década de los 90 tuvo dificultades con la continuidad de fondos para su funcionamiento.
Secuenciar el genoma
En agosto de este año, una editorial de la revista especializada The Lancet, se refirió a la posibilidad de terminar con las muestras de microorganismos patógenos de gran peligrosidad, a propósito del anuncio realizado por el Instituto Pirbright (Reino Unido) que destruyó sus existencias archivadas de peste bovina, una enfermedad viral del ganado que fue declarada erradicada en 2011. Antes de destruirlas, secuencio el genoma del virus.
"La peste bovina es solo la segunda infección que se erradica de la naturaleza. La decisión plantea nuevamente la pregunta de qué hacer con las existencias restantes del primer virus erradicado: la viruela", dice el texto.
Que haya tomado la decisión de destruirlas representa un compromiso audaz para librar permanentemente al mundo de la enfermedad y debería alentar a otros a hacer lo mismo, insiste la editorial ya que el riesgo de infección accidental y la reintroducción están siempre presentes.
"Los últimos casos de viruela ocurrieron en Birmingham, Reino Unido, en 1978, luego de una exposición accidental en el laboratorio: Janet Parker, una fotógrafa médica, murió. Mientras se conservan muestras de virus vivos, el riesgo de nuevas infecciones permanece", señala la editorial.
The Lancet plantea que los dos laboratorios en los que está el virus podrían no ser los únicos lugares en los que efectivamente esté presente. Hace cinco años se encontraron muestras etiquetadas como viruela en un congelador de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda (Maryland, EE.UU), por lo que otros laboratorios también podrían mantenerla en secreto e incluso algunos países podrían tenerlas para un potencial uso como arma biológica.
La solución que plantea la revista es destruir este tipo de virus, pero antes secuenciar su genoma, tal como lo hizo el Instituto Pirbrigh. "Si alguna vez necesitamos virus vivos nuevamente, podría reconstituirse con relativa facilidad gracias a los avances en biología sintética".
La destrucción del virus de la viruela, es motivo permanente de discusión en la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hace justo un año, el Comité Asesor sobre Investigación del Virus Viruela lo discutió por última vez y llegó a la conclusión –aunque con opiniones divididas- que aún se necesitan virus vivos para el desarrollo de nuevos antivirales.
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