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La felicidad laboral como estrategia de productividad y sostenibilidad: principales hallazgos del estudio de Buk 2024

Felicidad Organizacional 2024 muestra cómo el bienestar laboral se traduce en mejores resultados de negocio y fortalece la marca empleadora.

En un contexto donde las empresas enfrentan múltiples desafíos para atraer y retener talento, un nuevo estudio de la firma de gestión de personas Buk pone en evidencia una correlación clave: las organizaciones con empleados felices son más productivas, sostenibles y atractivas para el talento. El informe “Felicidad Organizacional 2024”, basado en más de 80 mil respuestas en Latinoamérica, entrega evidencia contundente sobre cómo la felicidad en el trabajo impacta en la productividad, la retención y la percepción de marca empleadora.

Según el informe, el 72% de los colaboradores en la región afirma sentirse feliz muchas veces o siempre en su lugar de trabajo. En países como Colombia, el porcentaje asciende al 73%, mientras que en Chile, México y Perú ronda el 71%. Pero más allá de una emoción pasajera, la felicidad laboral se traduce en resultados concretos: ocho de cada diez empleados felices logran organizar sus tareas y cumplir sus plazos, además de invertir en su desarrollo profesional.

“Las compañías están para generar rentabilidad, pero una forma de lograrlo —a menudo subestimada— es invirtiendo en el bienestar de sus colaboradores. Las personas felices faltan menos, se comprometen más y permanecen más tiempo”, señala Manu Romero Álvarez, fundador del Departamento de Felicidad, consultora especializada en experiencia del empleado y cultura organizacional.

Bienestar que impacta el negocio

Uno de los datos más relevantes del estudio es que las empresas con altos niveles de felicidad organizacional registran una disminución del 9,2% en renuncias y del 7,1% en rotación de personal. Esto se traduce en ahorros significativos en procesos de reclutamiento, inducción y formación, al tiempo que mejora la estabilidad de los equipos y los vínculos laborales.

El análisis también muestra una clara relación entre la felicidad y la productividad. Mientras el 80% de los trabajadores felices declara cumplir sus metas en tiempo y forma, la cifra disminuye a 60% entre quienes solo se sienten felices ocasionalmente y a 50% entre quienes raramente lo están. Esta tendencia se replica al analizar el desarrollo profesional: los empleados felices actualizan sus conocimientos en mayor proporción, lo que también impacta en la competitividad de las organizaciones.

El poder de la recomendación y la marca empleadora

La felicidad en el trabajo no solo repercute en la productividad interna, sino también en la reputación externa de las empresas. El 84% de los colaboradores felices recomendaría su lugar de trabajo a otros, frente a un 52% entre quienes solo se sienten felices algunas veces y un 37% entre quienes rara vez experimentan bienestar laboral. Esta diferencia, medida a través del indicador Net Promoter Score (NPS), revela el potencial de la felicidad organizacional como factor diferenciador en la marca empleadora.

“Si una empresa es un buen lugar para trabajar, tiene la obligación de compartirlo, de construir su marca empleadora y comunicarlo con orgullo. Eso atrae talento, fideliza al que ya está y contribuye al éxito sostenible del negocio”, subraya Romero.

¿Influye la edad en la percepción de felicidad?

El informe también identifica diferencias generacionales. Los Baby Boomers (81%) y la Generación X (77%) son quienes más recomiendan su empresa. Les siguen los Millennials (75%) y la Generación Z (72%). Sin embargo, al experimentar altos niveles de felicidad, todas las generaciones aumentan entre 8 y 10 puntos porcentuales su disposición a recomendar su organización como un buen lugar para trabajar.

Una cultura del bienestar como eje estratégico

El estudio concluye que la felicidad laboral no es un concepto accesorio, sino una palanca de gestión estratégica. El bienestar emocional en el entorno laboral genera efectos en cadena: mejora el clima, reduce el ausentismo, estimula la innovación y fortalece la fidelidad de los trabajadores.

Por eso, en el marco del Día Internacional de la Felicidad, Buk y expertos como Manu Romero coinciden en la necesidad de avanzar hacia una gestión más humana, empática y sostenible del talento. “La invitación es a medir, intervenir y evaluar el impacto. Las estrategias de felicidad organizacional bien implementadas son una herramienta poderosa para construir empresas más resilientes, eficientes y humanas”, concluye Romero.

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