Los rostros detrás de la política migratoria de Piñera
Un colombiano, un cubano nacionalizado y un abogado chileno conforman el equipo asesor de la Subsecretaría del Interior que está a cargo del diseño y seguimiento de la política migratoria del gobierno. Ellos son los encargados, bajo el mando de Rodrigo Ubilla, de la política de "ordenar la casa".
En una pequeña oficina en el primer piso de La Moneda, casi al frente de la capilla del Palacio, a la entrada de la Subsecretaría del Interior, se ubica el centro de operaciones de un inédito equipo de asesores gubernamentales.
Desde marzo, tres profesionales -dos abogados y un administrador público- han estado abocados al diseño y seguimiento de una nueva política migratoria para Chile, una de las prioridades que fijó el Presidente Sebastián Piñera y que en estos días ha enfrentado una fuerte polémica tras la decisión del Ejecutivo de abstenerse de apoyar en la ONU el Pacto Mundial por una Migración Segura, Ordenada y Regular.
Pero lo inédito de este equipo asesor, a cargo de "ordenar la casa" en materia migratoria, va mucho más allá de su novedad. Dos de sus tres miembros llegaron a Chile como migrantes.
"Nunca antes se había dado que funcionarios públicos extranjeros y migrantes estuvieran al mando de un tema que tanto les interesa a los foráneos. El que dos extranjeros sean parte del aparato público tuvo un impacto muy positivo en las comunidades de migrantes, en especial en regiones. El llamado siempre ha sido a la inclusión y eso no se da solo desde lo legal, también en el diario vivir, y hasta el momento no había habido una participación tan directa de extranjeros en el servicio público en un tema clave como es la migración", afirma Julián Flórez Vera, un administrador público colombiano que llegó a Chile en 2013, con una beca de posgrado financiada por la Agencia de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile -que lo obligaba a volver a Colombia por al menos dos años-, y quien tiene a su cargo los nexos entre el equipo asesor del gobierno y las organizaciones civiles de migrantes.
Dirigente juvenil del Partido Conservador colombiano -entre 2002 y 2005 fue presidente de la Juventud Conservadora en el departamento de Risaralda; presidente del Directorio Conservador del municipio de Pereira entre 2005 y 2008, y candidato a la Asamblea Nacional en 2011, tras su llegada a Chile Flórez siguió ligado al trabajo partidista de su país, a la par que se vinculaba con organizaciones migrantes colombianas, como la Asociación de Profesionales Colombianos y la Asociación de Exiliados y Refugiados Colombianos en Chile.
"Vengo de una familia migrante. Tengo familia en Estados Unidos, Brasil, España y Francia", explica.
Para el referéndum por el acuerdo de paz con las Farc, Flórez asumiría como coordinador en Chile de la campaña por el sí, al tiempo que desarrollaba una carrera académica en la Universidad de la República.
El año pasado, para la campaña presidencial, se integró al comando de extranjeros por Piñera. Una experiencia también inédita, en la que se invitaba a migrantes a participar directamente en el comando.
"Hubo una cosa que le dijimos al Presidente Piñera cuando nos invitó a participar de la campaña: 'que exigíamos el derecho a una migración organizada. Los migrantes que estamos en Chile valoramos mucho la organización que tiene el país, el respeto por la ley y las instituciones que tienen los chilenos. Pero había algo que hacía falta en el servicio público y era más organización del sistema de migración. Descubrimos varias cosas, que Chile tenía la ley de migración más anticuada de Latinoamérica y que era el país que estaba más atrasado en el proceso de reorganización de su sistema migratorio", señala Flórez.
Fue precisamente en el trabajo de redes sociales del comando de extranjeros por Piñera donde se acuñaría el concepto de "ordenar la casa".
Un cubano en casa
En el comando de extranjeros por Piñera participó también otro de los hoy asesores de la Subsecretaría del Interior para el tema migratorio. Se trata del abogado cubano, nacionalizado chileno, Mijail Bonito Loivo, quien está a cargo del tema de derechos humanos y de las relaciones institucionales dentro del equipo asesor.
Por lo mismo, el fin de semana del 8 y 9 de diciembre se encontraba en Marruecos en representación del Ministerio del Interior en la delegación oficial chilena que asistiría a la cita de la ONU para proclamar el Pacto Mundial por una Migración Segura. Y aunque es militante de Evópoli -partido por el que fue candidato a diputado por el distrito 9 en las pasadas elecciones-, Bonito defendió la tesis del gobierno de retirarse de la reunión.
"Es un mito que la política migratoria del gobierno de Piñera es restrictiva. Es muy distinto ordenar que restringir. La obligación del Estado de Chile, y a nosotros nos compete como funcionarios públicos, no es permitir, como hizo el gobierno anterior, el ingreso indiscriminado de migrantes sin ninguna regularidad, porque eso es lo que acentúa la vulnerabilidad de un grupo que ya es vulnerable per se", afirma este abogado nacido en La Habana en 1975.
Para Bonito, como el resto de los miembros del equipo asesor, "la irregularidad es la madre de la precariedad. Por eso insistimos tanto en que ordenar la casa es respetar los derechos humanos de los migrantes".
En Chile lleva 18 años. Llegó el 2000, gracias a que entonces estaba casado con una joven chilena, lo que le permitió salir de la isla. A diferencia de sus padres que siguen allá y militan activamente en el Partido Comunista cubano, Mijail Bonito fue desde su juventud un liberal. "Tú eres un liberal burgués, vas a terminar yéndote de Cuba", recuerda que le dijo su padre tras leer unos textos que había escrito para un ejercicio que le tocó preparar cuando estaba en primer año de Derecho en la Universidad de La Habana.
"Mi padre fue un visionario", dice al relatar lo que vendría después. Fue uno de los primeros dirigentes estudiantiles de su carrera que no militaba en las Juventudes Comunistas y más tarde se vincularía abiertamente con la disidencia en Cuba, con el movimiento Cuba Independiente Democrática, que encabezaba el comandante Huber Matos, del que llegó a ser encargado de relaciones internacionales.
Como migrante en Chile enfrentaría el drama de muchos extranjeros para convalidar su título profesional, obstáculo que lo llevó durante algún tiempo a vender paltas y luego automóviles para financiarse.
Apenas cumplió los cinco años que exige la ley, se nacionalizó chileno. Para entonces seguía ligado a la disidencia cubana. En julio de 2010, el régimen castrista liberó a José Ubaldo Izquierdo, junto a un grupo de 22 presos políticos, los que fueron enviados a España. El joven periodista cubano no tenía redes ni dónde quedarse en Europa. Desde Chile, Mijail Bonito haría gestiones para traerlo a Santiago con toda su familia.
Por entonces, Bonito tampoco tenía redes ni contactos políticos acá. Por eso se acercó a los dirigentes DC Patricio Walker y Gutenberg Martínez, críticos del régimen cubano. Fueron ellos quienes lo contactaron con el entonces canciller Alfredo Moreno para organizar el viaje a Chile de José Ubaldo.
Bonito se encargaría personalmente de las gestiones para conseguirles trabajo y vivienda en Chile, recuerda Patricio Walker.
Al exsenador DC volvería a recurrir en junio de 2011, para que Huber Matos fuera recibido por el Senado chileno.
Pese a su buena relación con algunos dirigentes DC y a sus deseos de trabajar en política, el partido de la flecha roja nunca lo invitó a militar. Algo que sí hizo Felipe Kast en diciembre de 2013, el mismo día que Bachelet ganó por segunda vez la Presidencia.
Según recuerda Mijail Bonito, ambos se habían conocido un año antes, en un acto por la visita de la disidente cubana María Rosa Paya que él también había ayudado a organizar. Cuando Kast lo invitó a ser parte de la fundación del movimiento Evópoli, dice, él le contrapreguntó si la colectividad "condenaba la dictadura chilena igual como la cubana".
En Evópoli, Bonito sería presidente del Provincial Santiago y coordinador de la Comisión de Derechos Humanos antes de intentar fallidamente el año pasado ser diputado. De haber ganado, se habría convertido en el primer migrante en llegar al Congreso.
La mano de Ubilla
El último en integrarse al equipo asesor en materia migratoria fue el abogado José María Hurtado. El militante de RN, especialista en temas de derechos migratorio y autor de un libro sobre esta temática, ingresó en marzo y desde entonces está a cargo de los temas técnico-legislativos. Hurtado es el único nacido en Chile del grupo que reclutó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, considerado el artífice de la política migratoria que está llevando adelante el gobierno de Piñera.
En el tema migratorio, sin embargo, Ubilla venía trabajando hace años. Incluso, su tesis para el magíster en Ciencias Políticas de la Universidad de Austin, Texas, versó sobre el fenómeno migratorio. A mediados de 2011, durante el primer gobierno de Piñera, Ubilla junto al ingeniero civil y escritor Joaquín Barañao diseñaron un primer proyecto de ley para regular el ingreso de extranjeros, el que sería enviado en 2013 al Congreso, aunque nunca se tramitó.
Con el regreso a La Moneda, volvería sobre él. Esta vez con un equipo asesor instalado en La Moneda dedicado exclusivamente al tema. "El esqueleto de ese proyecto se mantuvo. Lo que nosotros hicimos fue introducirle indicaciones para traer el proyecto original a la realidad actual", explica Mijail Bonito. "Solo en los últimos cinco años ha pasado en el tema migratorio en Chile más de todo lo ocurrido desde la segunda mitad del siglo XX", añade. De allí su urgencia, asegura. Y da una cifra para graficar la dimensión del problema: solo en los últimos tres años ingresaron a Chile cerca de 750 mil migrantes.
En enero, el equipo asesor espera obtener una primera victoria, con la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley de migración. Un primer paso, aseguran, para "ordenar la casa".
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