El historial de desencuentros de Dávalos y Peñailillo
La mala relación entre Sebastián Dávalos y el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo tuvo su clímax durante la explosión del Caso Caval. Antes, el hijo de la presidenta acusaba a Peñailillo de conspirar contra él mientras era director sociocultural de la presidencia, responsabilizándolo a él y al G90 de cualquier cosa negativa que apareciera en su contra.
"Dios te castigó, porque Dios castiga a los vacas". Este fue el mensaje que Natalia Compagnon, según consignó Revista Caras, habría enviado a sus más cercanos luego de que se hiciera pública la vinculación del ex ministro Rodrigo Peñailillo con SQM, a través de la empresa de Giorgio Martelli Asesorías y Negocios. El whatsapp es una pequeña muestra de la rivalidad entre Sebastián Dávalos (marido de Compagnon) y Rodrigo Peñailillo, cuyo clímax se produjo con la explosión del caso Caval.
Fuentes de gobierno señalan que la fijación entre el ex ministro del Interior y el hijo de la mandataria tuvo su punto de partida en el nombramiento de Dávalos como director del área sociocultural de la Presidencia. Decisión que la presidenta anunció en una entrevista a El Mercurio, lo que molestó a Peñailillo, pues se trataba quizás del único nombramiento del recientemente estrenado gobierno que no pasó por sus manos.
Ya con los dos en La Moneda, desde Palacio señalan que las disputan partieron como algo lúdico: Dávalos acostumbraba a poner sobrenombres a los miembros de su equipo y otros funcionarios de la casa de gobierno.
Era muy comentado, que tal como reveló en su oportunidad La Segunda, Dávalos se refería a Peñailillo como el "galán rural". En su entorno señalan que estaba obsesionado con la cara más conocida del G90, tanto así que responsabilizaba a ese grupo de cualquier cosa que apareciera contra él. Así fue como culpaba en privado a Robinson Pérez, asesor de Bachelet y cercano a Peñailillo, de echar a correr el rumor de que la mandataria estaba siendo asesorada por él, justo cuando comenzaba a bajar en las encuestas. Otro ejemplo es cuando se dijo que una de las fundaciones a su cargo, Chilenter, había bajado sus índices de transparencia y el hijo mayor de Bachelet culpó a un miembro del G90 de haber filtrado la información.
Pero los emplazamientos no sólo los hacía en privado. En una entrevista en El Mercurio en septiembre de 2014, Dávalos marcó sus diferencias, aunque sutilmente, con su rival político. Al ser consultado si el ex ministro del Interior era el "hijo político" de Bachelet, el hijo real respondió. "Si alguien fuese el hijo político de la presidenta tiendo a creer que sería casi como una imagen y semejanza de. Yo creo que el ministro del Interior es un gran político, creo que es un gran ministro, pero no creo que tenga los mismos atributos que la presidenta"
Esto mientras, en su fuero interno, Dávalos no dudaba en señalar que Peñaililo tenía carrera corta y que no pasaría de marzo.
EL QUIEBRE DEFINITIVO
Pero la bomba estallaría en Caburgua, lejos de La Moneda. Allí fue donde Sebastián Dávalos y su mujer, Natalia Compagnon recibieron el reportaje de revista Qué Pasa que destapó la compra de terrenos en Machalí que se terminó transformando en el caso Caval. El principal nudo se produjo a partir del manejo que hizo Peñailillo de la crisis en su calidad de Vicepresidente. Desde el entorno de Dávalos se decía que Peñailillo había trazado un plan para sacarlo de La Moneda.
"La información del negocio de Caval fue conservada y utilizada por parte del G90 o un sector del PPD, para utilizar este caso y su cobertura para bajar el perfil al caso Soquimich, que los involucraba, y terminar de desplazarme", dijo en su declaración de ayer a la fiscalía. Y añadió que "el tema Caval es, en parte, toda una operación política para ir bajando el perfil a otros casos de mayor connotación, relacionados con el financiamiento de la política, entre ellos Soquimich y para perjudicar al actual gobierno".
El miércoles 11 de febrero Peñailillo se adelantó a todos y declaró "Él tiene que responder". Versiones señalan que el ex ministro habría dilatado su encuentro con Dávalos para evitar que renunciara en La Moneda.
Más allá de atribuir a esta distancia una supuesta operación para hacer explotar el caso Caval y sacarlo de su puesto en la Dirección Sociocultural, Dávalos le asigna a Peñailillo un rol clave en el manejo de la crisis que hubo en Palacio, tras la publicación del reportaje de Qué Pasa.
Dávalos señala que en Caburgua y debido a la mala señal de celular, recibía información intermitente. No obstante, se apura en aclarar que "Peñailillo no enfrentaba el tema con la suficiente fuerza, por lo que estimo que él dejo que el tema se descontrolara". De hecho, señala que tomó la decisión de regresar a Santiago y renunciar al gobierno ante la "inactividad" del ex ministro.
Más allá de ser su versión, hay varios en La Moneda que durante los días de la crisis repararon en ciertos detalles que coinciden con su planteamiento. Efectivamente Peñailillo, en su calidad de vicepresidente en reemplazo de la presidenta que se encontraba de vacaciones, tomó el control de la situación, pero recién el día lunes posterior a la publicación del reportaje. El ex ministro del Interior condujo la salida comunicacional y autorizó la comentada primera vocería del entonces ministro de Justicia y vocero (s) José Antonio Gómez, quien desde el Salón Azul -utilizada sólo para grandes anuncios- y no desde los patios como había enfrentado a la prensa en días anteriores, entregó la primera reacción oficial del gobierno. Entre otras cosas, Peñailillo no desmintió por esos días versiones de prensa que señalaban que existían diferencias entre ambos, en particular la revelación del diario La Segunda que señalaba que Dávalos tildaba de "galán rural" a Peñailillo por sus orígenes en Cabrero, región del Biobío. De hecho, cuando fue consultado, Peñailillo sólo atinó a sonreir nerviosamente. También hay una discrepancia entre las versiones de ambos sobre los hechos de esa semana: mientras Dávalos señala que se devolvió desde Caburgua para renunciar a su cargo enfrentar el tema ante la inacción de Peñailillo, desde el entorno del ex ministro del Interior trascendió por esos días que fue él quien le pedía que regresara y enfrentara el tema, como una forma de minimizar los costos.
Esta escena marcó el punto de quiebre, también, de Peñailillo con la presidenta, cuando logró imponer su tesis. Esta era que, para enfrentar los efectos del caso, Dávalos debía renunciar en contra de la versión que habría propuesto Dávalos de bajarle el perfil y hablar de "una operación entre privados". Esta decisión, según consigna un reportaje de La Tercera, le habría comentado a sus cercanos que luego de esto se habría ganado la enemistad de la familia Bachelet, en particular del propio Dávalos y de su abuela, Ángela Jeria lo que, según él lo habría dejado con los días contados en su cargo.
Hasta hoy, ninguno de los involucrados se había hecho cargo de confirmar sus diferencias públicamente. Ayer, el escenario cambió.
No obstante, ayer los principales activos de la G90 comenzaron a movilizarse. En el entorno del ex ministro señalaron que no habría respuesta de parte del ex jefe del gabinete de Bachelet. No obstante, comenzaron a levantar sospechas al interior de PPD, y una serie de teorías sobre los verdaderos motivos de Dávalos para emprender, totalmente a destiempo, nuevamente contra Peñailillo.
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