7 frases que utilizan las personas con “mala etiqueta verbal”, según un experto en oratoria
El autor del libro I Have Something to Say, John Bowe, también compartió una serie de frases para decir en su lugar y así evitar caer en situaciones incómodas.
Para la mayoría de las personas, la comunicación verbal es un aspecto inevitable a lo largo de la rutina.
Ya sea para mantener largas conversaciones con cercanos o para tener breves diálogos con los compañeros de trabajo, los métodos que se utilizan para la expresión oral son cruciales para que los otros entiendan lo que se quiere manifestar.
Si bien, es ineludible que en ciertas ocasiones se generen malos entendidos y se despierte molestia en una contraparte, también es clave considerar previamente qué palabras se van a utilizar para que fluyan las interacciones de la forma en que se espera.
Una persona que lo sabe con claridad es el experto en oratoria y autor del libro I Have Something to Say: Mastering the Art of Public Speaking in an Age of Disconnection (Random House, 2020), John Bowe, quien recientemente escribió un artículo para CNBC en el que profundizó en esta temática.
Según el especialista, es fundamental “pensar detenidamente en los oyentes antes de hablar”, ya que aunque “es imposible evaluar cada palabra de antemano”, es sumamente útil “ser consciente de las frases o actitudes que nos impiden comunicarnos con eficacia”.
Bajo esa premisa, Bowe enumeró 7 oraciones que las personas con “mala etiqueta verbal” utilizan frecuentemente. Y junto con ello, compartió alternativas para decir en su lugar.
1. “¿Quieres…?”
Pese a que es adecuada cuando se le ofrece una opción a alguien —como por ejemplo: “¿quieres que salgamos a comer?”— , cuando se utiliza como una forma de dar órdenes adquiere un carácter despectivo.
Esto último se puede ver reflejado en frases como: “¿quieres lavar los platos?”. Es decir, cuando hay una clara intención de presionar a la otra persona a que realice una determinada acción.
Para no caer en ese escenario —incómodo, además de hostil— , Bowie sugirió abordar la petición de forma más amable y transparente. Por ejemplo: “¿te puedo pedir un favor?”.
En palabras del experto, “al fin y al cabo, a la gente le gusta ayudar, pero no les gusta sentirse manipuladas”.
2. “Esto es lo que pasa…”
Cuando se utiliza para advertir que lo que dirás a continuación será una suerte de “opinión final” en torno a un tema, aquello puede ser interpretado no solo como una señal de soberbia, sino que también como una muestra de falta de liderazgo.
Si quieres compartir tu visión sobre un punto, en vez de empezar con tales palabras puedes hacerlo con otras como: “creo que…” o “en mi opinión…”.
3. “¿Verdad?”
Bowe planteó que terminar una afirmación con esta pregunta es derechamente “un relleno inútil”, que además refleja insistencia para que otra persona valide un punto que planteaste.
Por ejemplo, se ve en frases como: “este debe ser el evento más importante del año, ¿verdad?”.
A simple vista, dicha oración podría parecer normal. Sin embargo, el problema radica en que se está pidiendo una opinión sin hacerlo de forma neutral, por lo que se está instando indirectamente a la otra persona para que confirme lo que tú ya dijiste.
Por ese motivo, sugirió que para solicitar la visión de otra persona no se debe “exigir confirmación”.
A modo de ejemplo: “este evento es el que más me ha entusiasmado en todo el año, ¿qué opinas tú?”.
4. “Ya, bueno, busca la manera de hacerlo”
Si un cercano o compañero de trabajo se acerca a ti para solicitarte ayuda o contarte un problema que está enfrentando, expresar dicha oración podría interpretarse incluso como un insulto.
Para evitar esta última situación, el autor del libro recomendó usar frases como: “bueno, hablemos de ello y encontraremos la manera”.
Como es de esperar, es imposible tener las respuestas o soluciones para todas las problemáticas. No obstante, mostrar disposición no solo ayudará a resolver la complicación, sino que también es un buen punto de partida para mejorar la convivencia que llevas con tu entorno.
5. “Es lo que hay”
El especialista en oratoria manifestó en su artículo para el citado medio que esta frase suele utilizarse como un reemplazo para: “deja de quejarte”.
“Si alguien te está pidiendo compasión o ayuda, puede que desees o no (o que no tengas tiempo) de ayudarle, pero al menos sé amable y pon fin a la conversación”, sugirió Bowe.
Así que, para no caer en una situación incómoda —y por lo demás, perfectamente evitable— , recomendó decir frases como: “qué duro. Lamento que estés pasando por eso”.
Desde su visión, “puede marcar la diferencia al permitir que la otra persona se sienta escuchada”.
6. “Obviamente…”
Según Bowe, partir una oración con esa palabra para responder a un punto con el que se está en desacuerdo refleja arrogancia, a pesar de que no te des cuenta.
Si estás en una situación en la que percibes que es imposible que ambas partes lleguen a un acuerdo después de una intensa conversación, el especialista recomendó guardar silencio y no caer en discusiones que no aportarán en nada.
“Los oradores más eficaces saben que demostrar superioridad o corrección es una pérdida de tiempo y no te hace ganar amigos”, dijo refiriéndose a los casos de esas características.
7. “Si quieres mi opinión sincera…”
En los contextos en los que alguien te cuenta una problemática que está sufriendo y no pide directamente tu opinión, Bowe planteó que lo mejor es no manifestarla, ya que puede interpretarse como un signo de imprudencia.
¿Por qué? Porque si la otra persona quiere tu opinión sobre lo que le pasa, probablemente te la pediría explícitamente.
Con dicha premisa, el especialista afirmó que decir “tal vez…” en lugar de ofrecer una “opinión sincera” es mucho más eficiente si deseas compartir tu opinión al respecto.
De la misma manera, aseguró que ofrecer “disculpas” cuando se dice sin querer un comentario desafortunado es “mucho más productivo que una justificación falsamente diplomática”.
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