Un estudio en el que participaron más de 745.000 adolescentes de 41 países de Europa y Norteamérica ha identificado un aumento en la cantidad de adolescentes que subestiman su peso corporal.
Los resultados, revisados por expertos y publicados en la revista Child and Adolescent Obesity, demuestran una notable disminución de los que sobrestiman su peso entre 2002 y 2018.
El equipo de expertos internacionales que ha llevado a cabo la investigación advierte de que estos cambios de tendencia en la percepción del peso corporal podrían reducir la eficacia de las intervenciones de salud pública dirigidas a reducir el peso de los jóvenes.
“En esta edad impresionable, la percepción del peso corporal puede influir en el estilo de vida de los jóvenes, como la cantidad y el tipo de alimentos que consumen y sus hábitos de ejercicio”, afirma la autora principal, la doctora Anouk Geraets, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Luxemburgo.
“Por eso es preocupante que se observe una tendencia a que menos adolescentes se perciban a sí mismos con sobrepeso, ya que esto podría socavar los esfuerzos que se están realizando para atajar los crecientes niveles de obesidad en este grupo de edad —prosigue—”.
“Los jóvenes que subestiman su peso y, por tanto, no se consideran a sí mismos con sobrepeso pueden no sentir la necesidad de perder el exceso de peso y, como resultado, pueden tomar decisiones de estilo de vida poco saludables”, agrega.
La percepción que una persona tiene de su peso corporal puede no reflejar con exactitud su peso real.
Una discrepancia en la percepción del peso corporal puede ser una infravaloración (cuando el peso real es superior al peso percibido) o una sobrestimación (cuando el peso real es inferior al peso percibido).
El estudio
Los investigadores examinaron los datos de la encuesta de 746.121 niños de 11, 13 y 15 años de 41 países recopilados a intervalos de cuatro años entre 2002 y 2018 en el International Health Behavior in School-Aged Children (HBSC), un estudio colaborativo de la OMS.
El equipo modeló las tendencias en Prácticas de Lactancia Materna y Destete (BWP, por sus siglas en inglés) entre los adolescentes de diferentes países a lo largo del tiempo, realizando ajustes por edad, sexo y nivel socioeconómico familiar.
Encontraron que la infravaloración del estado ponderal aumentó y la sobrevaloración del estado ponderal disminuyó con el tiempo en ambos sexos, con tendencias más marcadas en las chicas; la percepción correcta del peso aumentó con el tiempo entre las chicas, mientras que disminuyó entre los chicos y los cambios en la percepción correcta del peso, la infravaloración y la sobrevaloración del estado ponderal difirieron entre los distintos países, pero estos cambios no pudieron explicarse por un aumento de la prevalencia de sobrepeso/obesidad a nivel nacional.
Los autores especularon con la posibilidad de que las diferencias observadas entre chicos y chicas en el PBI apoyaran la idea de que existen diferencias de sexo en los ideales corporales, y que estos ideales han cambiado con el tiempo.
En particular, el aumento de la infravaloración y la disminución de la sobrevaloración del estado ponderal de las chicas a lo largo del tiempo puede explicarse por la aparición de un cuerpo atlético y fuerte, como nuevo ideal corporal contemporáneo para ambos sexos.
“Este estudio tiene implicaciones clínicas y de salud pública. El aumento de la percepción correcta del peso y la disminución de la sobreestimación pueden tener un efecto positivo en los comportamientos innecesarios y poco saludables de pérdida de peso entre los adolescentes, mientras que el aumento de la subestimación podría indicar la necesidad de intervenciones para reforzar la percepción correcta del peso”, afirma la autora principal, la doctora Anouk Geraets.
“Ahora se necesita más investigación para comprender los factores subyacentes a estas tendencias temporales y desarrollar intervenciones eficaces de salud pública”, añade.
Aunque el gran número de países participantes es uno de los puntos fuertes del presente estudio, como sólo se incluyeron países de Europa, Estados Unidos y Canadá, los resultados no pueden generalizarse a otras regiones.
Además, aunque se tomaron medidas para ajustar los modelos en función de determinados factores de confusión potenciales, otros factores —como la imagen corporal, las dietas, los cambios en los patrones alimentarios o la migración— también pueden haber influido en las tendencias observadas a lo largo del tiempo.