Sorpresa y temor provocó el estudio de la Universidad de Columbia que reveló que el agua embotellada consumida por millones de personas a diario está contaminada con cientos de miles de trozos de plástico.

La primera alarma se dio varios años atrás, cuando los microplásticos comenzaron a aparecer en los peces y mariscos provenientes del océano. No obstante, la nueva alerta es más preocupante aún, pues estarían presentes en el agua de consumo humano y, según una investigación de la Universidad de Chile, en distintas marcas que hoy se venden en el país.

De acuerdo al estudio, estas son las marcas de agua embotellada con mayores y menores índices de microplásticos, disponibles en el mercado de Chile:

  • Pura Agua, 633 partículas estimadas promedio por litro
  • Fiji (importada), 508 partículas estimadas promedio por litro
  • Acqua Panna (importada), 492 partículas estimadas promedio por litro
  • Pure Life, 475 partículas estimadas promedio por litro
  • Benedictino, 450 partículas estimadas promedio por litro
  • Puyehue Bio, 392 partículas estimadas promedio por litro
  • Andes Mountain, 359 partículas estimadas promedio por litro
  • Puyehue, 342 partículas estimadas promedio por litro
  • Cachantún, 333 partículas estimadas promedio por litro
  • Evian (importada), 250 partículas estimadas promedio por litro
  • Vital, 242 partículas estimadas promedio por litro
  • Solan de Cabras (importada), 217 partículas estimadas promedio por litro

Pero, ¿cómo incide el consumo de microplásticos en la salud? Esto es lo que dice la ciencia.

Alarma por las aguas embotelladas en Chile: estos son los daños que provocan los microplásticos a la salud

Cómo afectan los microplásticos del agua a la salud

Los microplásticos hallados en el agua embotellada son partículas de plástico tan pequeñas que pueden llegar a medir 5 milímetros, por lo que son imperceptibles al ojo humano. Se forman producto de la degradación de la contaminación por residuos plásticos.

Pero los efectos de su consumo preocupa con creces a los científicos y médicos.

Según los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España —en un estudio publicado en Nature Journalla ingesta de microplásticos puede alterar la forma en la que funcionan los intestinos de los humanos, ya que reducen la diversidad bacteriana y alteran su equilibrio.

Sin embargo, en el mundo de la medicina y la ciencia todavía se debaten cuáles son los otros daños permanentes que pueden causar los microplásticos. Lo que sí se sabe, es que los plásticos están hechos de sustancias químicas que pueden ser tóxicas.

Algunas investigaciones sugieren que las toxinas de los microplásticos pueden tener relación con las enfermedades pulmonares en humanos, como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. También pueden tener un rol en el desarrollo del cáncer y la inflamación crónica.

Esto, porque los seres humanos están expuestos a partículas (no solo las del plástico, sino también el polvo, polen, etc.), que lo fuerza a toser como una forma de expulsar esos agentes externos y provocar irritación que conduce a los síntomas, que van desde las infecciones, inflamación hasta el cáncer.

Alarma por las aguas embotelladas en Chile: estos son los daños que provocan los microplásticos a la salud

Pero en otras personas, la ingestión de partículas podría no provocar ningún síntoma.

Según un reportaje National Geographic, medir los efectos adversos de los plásticos en humanos “es mucho más difícil que en los animales: (...) los humanos no pueden ser alimentados intencionalmente con una dieta de plásticos”.

Y es que en el laboratorio, sí se encontró daño a las células humanas a causa de los microplásticos, incluidas las reacciones alérgicas y muerte celular. No obstante, todavía no existe un estudio en masa que refleje cuáles son los impactos en la salud específicos provocados por esta exposición.

“Hay muchas más preguntas. Me gustaría saber a qué niveles estamos expuestos a lo largo de nuestra vida. Qué microplásticos estamos respirando cada día, ya sea trabajando en casa, yendo a la oficina, al aire libre, montando en bicicleta, corriendo, en diferentes entornos. Hay un gran vacío de conocimiento”, dijo la ecóloga ambiental de la Universidad de Hull, Jeanenete Rotchell.