“Amor, afinidad, compasión y vínculo”: qué es el jeong, el milenario concepto coreano que promete ayudarte a ser más feliz
El término hace referencia a la colectividad y la preocupación genuina por las personas con las que se comparte un vínculo. Pero también, es mucho más que eso.
Las culturas orientales ofrecen una amplia cantidad de aspectos que pueden atraer al mundo occidental.
Entre ellas se encuentran distintos tipos de comida, arte, música y, por supuesto, ciertas corrientes filosóficas y de estilo de vida.
Dentro de estas últimas, particularmente en Corea del Sur, existe un concepto llamado “jeong”, el cual ha permanecido en su sociedad por más de 2.000 años.
Según explicó la psicóloga Jihee Cho a la BBC, “es algo que no aprendes, que está enraizado y viene de vivir la experiencia. Puedes aprender las reglas, pero es más intuitivo”.
Pese a que la también cofundadora de Mind in Motion Psychological Therapy reconoció que existen otras culturas que se basan en conceptos muy similares, subrayó que este es particular del país asiático y que es complejo de explicar únicamente con palabras.
No obstante, desde el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de Corea del Sur lo definen como “un sentimiento cálido de amor, afinidad, compasión y vínculo entre personas que comparten un lazo emocional y psicológico”.
A esto se le suma, según Cho, que también puede darse con objetos, lugares, animales o “cualquier cosa con la que puedas desarrollar un vínculo”.
Qué es el jeong, cómo se manifiesta y por qué no es solo amabilidad
En conversación con el citado medio, la especialista relató su propia experiencia.
Cho nació en Corea del Sur y vivió ahí hasta los 13 años, para luego irse a Estados Unidos.
Actualmente está radicada en Nueva York, pero aseguró que sigue poniendo en práctica el jeong y que incluso se lo presenta a sus pacientes cuando cree que les puede ser de utilidad.
Según relató a la BBC, desde pequeña vio cómo se manifestaba este concepto en su vecindario, en el que todos los residentes se conocían y mostraban preocupación por el otro, sin importar su origen o el trabajo en el que se desempeñaran.
“Me preguntaban cómo estaba, cómo me estaba yendo en la escuela. Todos sabían que mi madre trabajaba y si yo necesitaba algo, me lo daban sin tener que pagarlo. El saber sin pensarlo dos veces que mis padres pagarían después, es parte de ese sentimiento de familiaridad”, explicó la psicóloga.
De hecho, de manera similar a como ocurre en algunas comunidades de Latinoamérica, dijo que las personas de distintas familias se dicen “tío” o “tía” y que cuando se refieren a sus madres hablan de “nuestra mamá”, no de “mi mamá”.
Pese a que hoy vive en la Gran Manzana estadounidense, en donde sacó un doctorado académico y tiene su consulta como terapeuta, ha seguido aplicando el jeong durante su rutina.
Incluso, contó que cuando ella y otras mujeres que conoce quedaron embarazadas, crearon una red de apoyo para compartir sus vivencias sobre “el parto y todo”.
“A través de nuestras experiencias mutuas conocemos mucho sobre nosotras mismas y nuestras familias”, aseguró Cho.
Otra circunstancia en la que se puede identificar el jeong, es cuando su padre murió durante la pandemia y ella tuvo que viajar a Corea del Sur. En ese escenario, sus amigas fueron un gran apoyo.
“Sin necesitar mayor explicación, ellas se involucraron inmediatamente en la situación. Una de mis amigas preparó desayunos para mi bebé, otra familia trajo cosas a mi esposo que podría necesitar, vinieron los fines de semana a acompañarlo. Ese es un ejemplo de cómo se practica”.
A pesar de que tales actos podrían ser considerados simplemente como gestos de amabilidad, Cho enfatizó que aquello no es lo mismo que el jeong.
En este sentido, recalcó que el término implica una preocupación real, más allá de la cordialidad.
“Es un compromiso activo, una interacción genuina continua. Una curiosidad sincera por el bienestar de alguien”.
Asimismo, dijo que no solo se da cuando pasan situaciones negativas, sino que también cuando ocurren positivas.
“Si alguien recibe buenas noticias, nos sentimos felices por eso. Participamos colectivamente”, precisó al citado medio.
Cómo lo aplica en terapia, qué consideraciones hay que tener y cómo se desenvuelve el concepto en la actualidad
La psicóloga contó que para tratar episodios de ansiedad, depresión y problemas en las relaciones personales de sus pacientes, puede presentarles el jeong como una herramienta terapéutica.
“Parte de mi trabajo como terapeuta no es decirles qué deben hacer, sino guiarlos para que encuentren un punto de partida hacia lo que pueden hacer (...) Hablamos de la manera en que pueden crear sus propias comunidades, encontrar personas afines y desarrollar relaciones”.
Para esto último, dijo que suele proponer a sus pacientes que traten de formar una comunidad.
“Trata de conocer a la persona, sale a almorzar, envía un texto preguntando cómo está y evalúa si se quieren encontrar más”.
Eso sí, Cho enfatizó que hay que tener ciertas consideraciones, como que “la persona que recibe demasiado jeong puede sentirse abrumada”.
“Tiene que haber un equilibrio intuitivo con la persona con la que lo estás compartiendo”, destacó a la BBC.
Aunque la psicóloga aseguró que el jeong tiene efectos positivos y que promete potenciar la felicidad de las personas, también sugirió que actualmente no es puesto en práctica como antes.
Según planteó, tanto en Corea del Sur como en otras partes del mundo predomina la competitividad entre las personas, lo que dificulta que se den este tipo de relaciones interpersonales de carácter colectivo.
“Lo que he notado con el paso del tiempo es que el individualismo se ha estado imponiendo (...) En épocas anteriores había más tendencia a la colectividad. Ahora, posiblemente con la globalización, internet, nos estamos volviendo más egoístas”.
Aquello puede ser desmotivante. Sin embargo, desde su experiencia como residente en Nueva York destacó que ve en la comunidad latina de ahí un factor de colectividad.
Y aunque probablemente no sea jeong bajo el significado exacto que utilizan los coreanos, sí valoró que es muy similar y que “es una manera de expresarlo”.
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