En el actual mercado la oferta de anticonceptivos masculinos es bastante limitada, dado que solo hay dos opciones disponibles: el preservativo y la vasectomía.
En medio de la búsqueda de mayores alternativas para este grupo, investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU, por sus siglas en inglés) descubrieron la presencia de un gen que podría ayudar a generar un anticonceptivo reversible y no hormonal para los hombres.
Se trata del “Arrdc5″, un importante gen del tejido testicular masculino. Está presente en humanos y otros mamíferos como los ratones, bovinos y cerdos.
Después de que probaran anular esta unidad molecular en roedores, el equipo de científicos se dio cuenta de que eso provocaba la infertilidad en los ejemplares machos.
“Solo se expresa en el tejido testicular, en ninguna otra parte del cuerpo”, dijo a EFE Joan Oatley, académico de la Universidad Estatal de Washington y el principal autor del estudio que acaba de ser publicado en la revista Nature Communications.
“Cuando este gen se inactiva o inhibe en los machos, éstos producen espermatozoides que no pueden fertilizar un óvulo, un objetivo primordial para el desarrollo de anticonceptivos masculinos”, destacó el científico.
Normalmente, la ausencia de este gen puede conducir a padecer oligoastenoteratospermia, una enfermedad que impacta de forma directa en la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. Por ende, se trata de una de las causas de la infertilidad en los hombres.
En ese sentido, el artículo de los científicos estadounidenses plantea que los ratones macho que no contaban con el gen en su tejido testicular presentaban un 28% menos de espermatozoides. En cuanto a la movilidad y morfología, los espermatozoides de esos ejemplares se desplazaban 2,8 veces más lento que otros y el 98% tenía cabezas más anormales.
Como el estudio advierte que la proteína que codifica el gen “Arrdc5″ es sumamente importante para la elaboración de espermatozoides, ahora los investigadores de la WSU están enfocados en una misión: crear un medicamento que pueda inhibir la producción de esa proteína codificada.
Lo anterior podría ser un paso significativo para un método de anticoncepción que no interfiera en las hormonas de quien lo usa. La idea es que solo se vea impactada la proteína y no la testosterona, ya que esto último influye directamente en otros factores como la masa muscular y el crecimiento óseo.
“No se trata de eliminar la capacidad de producir espermatozoides, sino de impedir que los que se producen lo hagan correctamente”, expresa Oatley. “En teoría, se podría retirar el fármaco y los espermatozoides empezarían a fabricarse de nuevo con normalidad”. Tal como indica el investigador, esperan que este sea un método reversible.
Tras el estudio, Oatley junto a otra de las investigadoras participantes, Mariana Giassetti, determinaron adquirir una patente para poder trabajar sin preocupaciones en un anticonceptivo masculino no hormonal y que se sustenta en el gen “Arrdc5″.
“Si logramos convertir este descubrimiento en una solución anticonceptiva, podría tener repercusiones de gran alcance”, enfatiza el científico de la WSU.
Un punto a considerar en esta investigación es que la unidad molecular hallada en el tejido testicular también está presente en muchos otros mamíferos. Por el mismo motivo, podría convertirse en un nuevo camino para el control reproductivo en algunos animales.