La semana pasada, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus sigla en inglés) anunció el nuevo Modelo Magnético Mundial 2025, el cual estará vigente hasta el año 2029.
Este nuevo modelo confirmó un hecho expuesto constantemente por los científicos: el desplazamiento del polo norte magnético de la tierra hacia Siberia, en Rusia.
“El comportamiento actual del norte magnético es algo que nunca antes habíamos observado. El norte magnético se ha movido lentamente de Canadá desde el siglo XVI pero, en los últimos 20 años, se aceleró hacia Siberia, aumentando su velocidad cada año hasta hace unos cinco años, cuando de repente se desaceleró de 50 a 35 km por año, que es la mayor desaceleración de velocidad que hemos visto nunca”, explicó sobre el comportamiento del polo norte magnético el doctor William Brown en un comunicado del Servicio Geológico Británico.
Pero ¿Qué implicancias tiene su movimiento?
Efectos en la navegación
Primero, el polo norte magnético depende principalmente del campo magnético de la Tierra. Este último, se ve influido por las dinámicas al interior del núcleo externo del planeta, el cual está compuesto por hierro fundido y pequeñas cantidades de níquel, lo que genera corrientes eléctricas que provocan el campo magnético terrestre.
Precisamente por las fluctuantes dinámicas al interior del núcleo externo, el polo norte magnético cambia constantemente a diferencia del polo norte geográfico, siempre ubicado en el mismo lugar.
El polo norte magnético es la dirección que apunta una brújula, el lugar donde el campo magnético de la Tierra apunta verticalmente hacia abajo.
Pero, además del lugar al que apunta una brújula, también resulta de gran importancia para la navegación y las comunicaciones.
La aviación, la marítima y las operaciones militares requieren utilizar un mapa con la ubicación exacta del polo magnético, sino podría desviarse kilómetros de su destino original.
El medio de divulgación científica Muy Interesante entregó el siguiente ejemplo para dimensionarlo: un vuelo desde Sudáfrica al Reino Unido usando un modelo antiguo del Modelo Magnético Mundial podría desviarse hasta 150 kilómetros de su trayectoria original.