Probablemente, las vacaciones son el periodo más esperado del año por todas las edades. Es justo en ese momento donde podemos relajarnos y distraernos sin mayores preocupaciones, así como también podemos hacer otras actividades que deseábamos realizar desde hace tiempo.
Pero lo que puede ocurrir es que esas mismas ganas de “alcanzar a hacer todo” lo que no podemos hacer en el año, sean las causantes de un estrés innecesario que nos puede pasar la cuenta, especialmente si no sabemos lidiar con ello.
Otro problema que puede surgir se deriva de una práctica muy propia de estos tiempos: estar conectado en todo momento a los aparatos móviles.
Así lo cree María Fernanda Giralt Font, psicóloga argentina y directora del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO, quien afirmó al sitio Infobae que “el desarrollo de los teléfonos celulares y el acceso a Internet nos permite tener conexión en cualquier lugar del mundo y la pandemia reforzó esta situación. Tal es así que nos permite llevar la ‘oficina a cuestas’ a cualquier lugar”.
Cómo aprovechar las vacaciones, según una experta
En vista de esas pequeñas dificultades que pueden aparecer en los días que deben ser de reposo y distracción, la experta entregó una serie de recomendaciones que podrían ayudar a disfrutar más distendidamente el periodo de vacaciones.
De acuerdo a Giralt, lo esencial es que las personas dejen al menos un día de descanso antes de irse de vacaciones. Esto permitirá planificar los objetivos y arreglar todo con mayor tranquilidad, sin apuros.
Al retornar al trabajo también se aconseja lo mismo, estar en los hogares un día antes de volver a las tareas laborales, dado que eso dará tiempo de hacer una mejor reincorporación en el trabajo.
La duración de las vacaciones es otro elemento a considerar. La experta aconseja que se debe tomar el tiempo necesario para desconectarse de la vida laboral y sus implicancias, para así después no quedarnos con la sensación que “nos faltó descansar”.
Las actividades que nos permitan estar en flow deben sí o sí estar contempladas en las vacaciones. Precisamente, cuando una persona realiza actividades que le producen sensaciones placenteras y gratificantes, hasta el punto de sentirse inmersa en ellas y se olvida del resto del mundo, se habla del estado flow.
“El estado de alerta baja y nos involucramos con lo que hacemos, dejándonos llevar por la actividad, y de ese modo disminuyen los niveles de ansiedad. Leer un libro, bailar, pescar, escuchar música, pintar mandalas, sacar fotos, dibujar, charlar, practicar deportes o jugar videojuegos, para cada uno es diferente lo que lo sumerge en flow”, asegura Giralt.
