Al oír sobre Perú, es probable que uno de los elementos que más se le asocie sea Machu Picchu. La misteriosa y antigua ciudadela inca, emplazada en lo más alto de la montaña, es una de las atracciones más visitadas no solo del país vecino, sino que de toda Latinoamérica.
Lo que muchos desconocen es que existe un sitio que tiene una gran semejanza arquitectónica y estructural con las famosas ruinas, también en el Departamento de Cusco. Su nombre es Choquequirao y comúnmente se le llama “la otra Machu Picchu” o “la ciudad hermana” Machu Picchu.
Pese a que también son los vestigios de lo que alguna vez fue una ciudad inca, no recibe visitas de forma tan masiva. Solo unos pocos podrían atreverse a decir que la han observado con sus propios ojos.
Por qué Choquequirao no recibe tantos visitantes
Choquequirao, que significa “cuna de oro” en quechua, se sitúa en una de las cumbres del nevado de Salkantay, distrito de Santa Teresa, al sur de los Andes peruanos. Dado que está emplazada en un punto recóndito, de difícil acceso y rodeada de vegetación pura, conocer este lugar es una aventura que no cualquiera puede alcanzar.
La única forma en que se pueden explorar los paisajes de Choquequirao es caminando. No es posible llegar en tren, en bus u otro medio de transporte. Quien decida hacerlo no se tardará poco: el tiempo estimado para la ida y vuelta a los restos arqueológicos son mínimo tres días.
Una vez que se ha llegado a la ciudad de Cusco hay que dirigirse por vía terrestre hasta el pueblo de Cachora, lo que puede tardar aproximadamente cuatro horas. De ahí en adelante, las personas deben atravesar a pie una ruta que abarca poco más de 30 kilómetros para arribar a Choquequirao.
Dado que hay que caminar por varias horas al día y sobre las altas montañas, los turistas deben tener una base mínima de entrenamiento físico para afrontar esta travesía.
El frío también es un elemento a considerar. Este santuario histórico está emplazado a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, por lo que las temperaturas pueden ser muy bajas en ciertas épocas del año.
Cuál es la importancia de Choquequirao
Según un artículo de la BBC, los especialistas creen que las construcciones que conforman a Choquequirao se levantaron aproximadamente en la década de 1450, en los tiempos en que el imperio inca estaba en su máximo esplendor.
Una de las teorías que ha surgido es que esta ciudadela operó como un importante centro sagrado en el que se realizaban ceremonias religiosas. Al mismo tiempo, se presume que por su ubicación privilegiada funcionó como puesto de control entre zonas como Machu Picchu, Cusco y Pisac, y que fue un refugio para los incas ante la invasión del imperio español.
Más allá de las teorías, desde la arqueología ha quedado claro que se trata de un lugar con un tremendo valor histórico. Permaneció en el olvido por cientos de años, hasta que en 1909 el explorador estadounidense Hiram Bingham se topó con las ruinas. Luego, a fines del mismo siglo, se autorizaron las excavaciones arqueológicas de la zona.
Se estima que solo el 30% de lo que es este sitio arqueológico ha sido expuesto a los turistas, por lo que aún queda una extensa parte del territorio que está a la espera de ser descubierto.
Una vez que se esté en Choquequirao, los visitantes podrán recorrer varias atracciones importantes. Algunas de ellas son la plaza principal (Huaqaypata), que antiguamente permitía dividir el territorio, la vivienda de los sacerdotes, los andenes (estructuras hechas para el cultivo), kallankas (edificios creados para reuniones o talleres) y un cementerio inca.
A pesar de que estas ruinas son tan impresionantes como Machu Picchu, el difícil acceso y otros factores han producido que no sean tan conocidas por los turistas. Se estima que cada año unas 10 mil personas acuden al santuario, una cifra que se distancia bastante de lo que ocurre en Machu Picchu, pues solo en 2022 fue visitado por un millón de personas.
Desde hace años que existe un proyecto de teleférico que tiene como fin unir esta enigmática ciudadela con el poblado de Kiuñalla. El plan indica que el transporte abarcaría una extensión de 5,4 kilómetros, lo que sería posible recorrer en 15 minutos.
Aunque el teleférico podría instalarse como una alternativa para reducir el largo y extenuante camino que se debe efectuar para llegar hasta las ruinas, hasta el día de hoy la iniciativa se encuentra paralizada.
Por ahora, Choquequirao seguirá siendo una joya oculta en los Andes peruanos que solo podrá ser presenciada por quienes estén preparados para caminar por varios días a pie.