Cocinar, hacer aseo, lavar ropa, cuidar a los niños, ayudarlos con la tarea y acompañarlos es una labor más que, la mayoría del tiempo, se le atribuye a las mujeres. En Chile, según la encuesta de empleo del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales del año 2020, se mostró que el 38% de los hombres chilenos dedica cero horas semanales a realizar tareas domésticas.
Y sobre el cuidado de hijos e hijas menores de 14 años, un 57% de los hombres dedica cero horas a estas actividades.
Sin embargo, es una tendencia que parece estar cambiando en el mundo, al menos un poco. Un vivo ejemplo de ello es Steven Lange, un hombre de 52 años que vive en Ohio, Estados Unidos, y que después de trabajar por 30 años, decidió dejar su carrera y quedarse en casa, al cuidado de sus hijos, según le contó a la BBC.
“Siempre soñé con ser padre amo de casa”
Aunque todavía duda en responder que es amo de casa cuando le preguntan qué hace, Steven Lange está seguro de querer dedicarse a sus hijos y al trabajo del hogar. Y es que es una especie de “timidez” que siente, a pesar de que su decisión de quedarse en casa, según cuenta, ha sido más que beneficiosa, pues logró forjar una relación muy cercana con su hijo adolescente y también empezó a ayudar a su nuevo nieto.
Además, al haber elegido este nuevo estilo de vida, su esposa ha podido sacar una maestría.
Sin embargo, todavía se trata de un modelo extraño para todos los países, pues los hombres que optan por ser amos de casa se pueden sentir extraños y, además, ser juzgados por la sociedad. Y es que aún se cree que el hombre es el “sostén de la familia”, que deben ser “menos afectuosos” o “menos aptos para el hogar”, en comparación a las mujeres.
Para Brendan Churchill, profesor titular de sociología en la Universidad de Melbourne en Australia, todavía persiste el modelo de “sostén económico masculino que se refuerza a diario en nuestra cultura. Piensa en los anuncios en la televisión”. Además, hizo énfasis en la política social, pues a pesar de que se hayan implementado cambios, todavía el punto de referencia es la familia de cuatro, con un sostén masculino.
En Chile, existen políticas para incentivar a los padres al cuidado de los hijos e hijas. Por ejemplo, la Ley de postnatal parental, donde los hombres tienen un derecho a licencia pagada de 5 días posteriores al nacimiento de su bebé, que se puede utilizar de corrido o distribuirlos durante el primer mes. Además, la madre puede traspasar semanas de su permiso postnatal al padre en la última semana de éste. Es decir, que si la mamá se toma 12 semanas completas, puede traspasar la mitad al papá (6 semanas máximo).
No obstante, a pesar de que esta ley cumplió 10 años en 2021, hasta esa fecha solo 2.165 hombres de 950.987 utilizaron el beneficio. Es decir, solo el 0,23% de los padres utilizaron el subsidio otorgado, dejando entrever que en el país todavía no existe una corresponsabilidad parental entre padres y madres.
No es necesario dejar la carrera para cuidar a los hijos
“En la secundaria, nunca me vi yendo a la universidad y con una carrera elegante. Siempre me emocionó ser padre”, cuenta Spencer Bouwhuis, un hombre de 25 años que vive en Utah, EE.UU.
Sin embargo, admite a la BBC que nunca se sintió cómodo compartiendo su deseo a todas luces, pues se crió en una comunidad cristiana, donde está muy instaurado que son los padres los que deben mantener a las familias mientras las mujeres cuidan el hogar.
Así, cuando le preguntaban qué quería ser de grande, él se limitaba a decir que no estaba seguro: “Simplemente no pensé que me darían una respuesta positiva si decía la verdad”, dice. Sin embargo, en 2021, junto a su esposa decidieron que se quedaría un par de meses para cuidar a sus pequeños hijos de seis meses y dos años.
“Me encantó”, dice, a pesar de que recuerda el agotamiento que significaba ocuparse de cocinar, mantener la casa limpia, lavar la ropa y cuidar a los niños. Incluso, confiesa que después de varios meses, volvió al trabajo remunerado pero con un plan en conjunto con su esposa, donde todavía es amo de casa al menos uno o dos días a la semana.
“La culpa” de quedarse en casa
Eric Taylor es un psicólogo de 43 años, esta vez de Chicago, que se dedica a cuidar a su hijo de dos años. Esto porque su trabajo es flexible y lo puede hacer desde casa, mientras que su esposa debe asistir presencialmente a dos trabajos distintos.
“A veces, siento que me están observando. Estoy lavando los platos y siento que algún tipo de grupo jerárquico de supervisión masculina me está observando, controlándome y diciéndome: ‘¿Por qué lavas tanto los platos?’”, cuenta. Y es que, a pesar de que contribuye financieramente a su familia, dice que a veces se siente “culpable” por no ser su principal sostén.
Así, se deja en descubierto que incluso en los hombres que deciden tomar la corresponsabilidad parental, todavía perdura el pensamiento de que se espera que las mujeres lo hagan sola. Sin embargo, no existe ninguna evidencia de que los hombres sean menos capaces de cuidar a los niños que las mujeres.
“Las mujeres no tienen más instinto de madre natural que los hombres tienen de padre natural. Hay una curva de aprendizaje, pero lo que hace que parezca ‘natural’ es que se espera que las mujeres lo hagan”, explica Churchill.
Esto también se refleja en la vida de Manrico Bugeja, un hombre de 36 años que vive en Malta y que dejó su trabajo de profesor de francés para quedarse en casa con sus hijos. La decisión la tomó con su esposa, quien es contadora y tenía un mejor sueldo, por lo que no dudaron en establecer su modelo de familia así.
Sin embargo, cuentan que mucha gente cercana no estaba de acuerdo. “¿Por qué no tomas un trabajo de medio tiempo, para que gantes tanto como ella?”, le preguntaban a Bugeja, mientras otros le decían que era un hombre flojo o que no sabía cómo habían hombres que dejaban que sus esposas trabajen.
“Los propios padres no siempre se sienten equipados para ser padres de tiempo completo, no porque no quieran, sino porque sienten que no tienen el conocimiento o las habilidades para hacerlo, o (porque sienten) que la madre es más la adecuada naturalmente para llevar a cabo la tarea”, explica el especialista, además de que esto perjudica directamente a los hombres, pues les impide “comprometerse o involucrarse”.
Y es que son estas ideas y estereotipos de género las barreras que provocan que muchos padres todavía no tomen el paso de quedarse en casa o, por lo menos, administrar su tiempo para poder cumplir la corresponsabilidad parental junto a las mujeres.