Diosdado Cabello, ministro del Interior de Venezuela, apareció en las pantallas de televisión de los venezolanos para anunciar que habían arrestado a seis personas —todas extranjeras— que estaban conjurando un complot para asesinar a Nicolás Maduro.
Según acusó Cabello, se trata de tres estadounidenses, dos españoles y un checo que forman parte de un grupo de 14 personas que planeaban la ejecución del mandatario y otros altos funcionarios con armas que habrían ingresado de forma ilegal al país.
Sin embargo, según contextualizó BBC Mundo, este arresto se da después de que Estados Unidos decidiera sancionar a 16 funcionarios venezolanos, tras el resultado que entregó el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre las elecciones del 28 de julio, que continúan siendo cuestionadas por distintos líderes mundiales.
También está el antecedente de que Edmundo González Urrutia, el candidato opositor, solicitó asilo al gobierno de España hace una semana.
Estas 16 personas habrían estado “implicadas en las fraudulentas e ilegítimas declaraciones de victoria de Maduro y su brutal represión de la libertad de expresión”.
Y el siguiente paso del gobierno venezolano habría sido acusar a Estados Unidos y España de conspiración terrorista para la muerte del líder venezolano, no obstante, ambos países negaron rotundamente su implicación en este caso.
Cómo fue el supuesto complot para asesinar a Nicolás Maduro
Desde BBC Mundo aseguraron que “ya se ha vuelto costumbre que las autoridades venezolanas señalen a organismos de seguridad estadounidenses —entre ellas la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés)— como responsables de actuar en su contra”.
Incluso, cuando Hugo Chávez estaba todavía en el poder, este tipo de denuncias eran bastante comunes.
La diferencia de esta última acusación, presentada por Diosdado Cabello, es que por primera vez incluyeron al Centro Nacional de Inteligencia de España (CNI).
El ministro dijo que no le “sorprendía” que la CIA estuviese involucrada en la conspiración de asesinato, no obstante, declaró que “el Centro Nacional de Inteligencia de España siempre ha mantenido un perfil bajo, sabiendo que la CIA opera en esta zona”.
Pero, ¿cómo se gestó la supuesta conspiración?
Cabello relató que cerca del aeropuerto de Puerto Ayacucho, a 710 kilómetros de Caracas, encontraron a dos españoles “en situación irregular, tomando fotos”. Una vez arrestados por las autoridades, habrían sido identificados como José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme.
Cuando les revisaron sus teléfonos celulares —dijo Cabello—, habrían encontrado los contactos de varios miembros del partido Vente Venezuela, liderado por la opositora María Corina Machado.
Acto seguido, el ministro aseguró que con la confiscación de los dispositivos pudieron determinar que los dos españoles “contactaron con mercenarios franceses y con mercenarios de Europa del Este, y están en una operación para intentar atacar a nuestro país”.
También declaró que ambos españoles habían “confesado” que efectivamente tenían intenciones de traer un grupo de mercenarios “con objetivos muy claros: asesinar al presidente Nicolás Maduro, a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, a mí mismo y a otro grupo de compañeros que están liderando nuestro partido y nuestra revolución”.
El ministro del Interior fue enfático en que, a partir de ahora, desde el gobierno serán “extremadamente rígidos y severos en la defensa de la seguridad y la paz de Venezuela”.
No obstante, en la misma transmisión, no entregó ninguna evidencia concreta de que todo su relato sea real.
Quiénes son los extranjeros que fueron arrestados por el gobierno de Venezuela por complot
Los nombres de los españoles arrestados en Venezuela son reales. No obstante, sus familias —preocupadas por su situación—, han asegurado que no tienen vinculación alguna con la CNI.
Por ejemplo, el padre de Andrés Martínez Adasme le dijo al diario El Mundo que “mi hijo no trabaja para la CNI, claro que no”.
En cambio, tanto Martínez Adasme como Basoa Valdovinos habrían estado de vacaciones, viajando por Sudamérica. Sin embargo, el 2 de septiembre dejaron de ser ubicables y, ahora, lo único que saben sus familiares es que están apresados en Caracas.
Algunas fuentes del gobierno de España le aseguraron al diario El País que, efectivamente, ninguno de los dos españoles son del servicio de inteligencia.
Ahora, sobre los tres estadounidenses que también fueron arrestados por el gobierno venezolano, Cabello casi no ha entregado información.
Uno de ellos sería miembro de la Armada de Estados Unidos, Wilbert Joseph Castañeda, experto en explosivos y con experiencia en las guerras en Afganistán e Irak, dijo el ministro del Interior.
Los otros dos serían Estrella David y Aaron Darren Logandes, no obstante, Cabello “admitió” que no saben exactamente quiénes son o qué situación tienen.
Ante ello, Estados Unidos ha sido enfático en resaltar que ningún agente de la CIA está involucrado en la supuesta conspiración: “Cualquier afirmación sobre la participación de EE.UU. en un complot para derrocar a Maduro es categóricamente falsa”, dijeron desde el Departamento de Estado.
España, por su parte, ha rechazado “cualquier insinuación de estar implicada en una operación política en Venezuela. El Gobierno ha constatado que los detenidos no forman parte del CNI ni de ningún otro organismo estatal”.
En cambio, “España defiende una solución democrática y pacífica a la situación en Venezuela”, aseguró el gobierno en un comunicado reciente.
Esto suma más tensión a la ya complicada relación que tiene España con Venezuela: el Congreso español decidió reconocer a Edmundo González como presidente electo y la ministra de Defensa española, Margarita Robles, tildó al gobierno de Maduro como “dictadura”.
En paralelo, Estados Unidos ha catalogado las recientes elecciones que dieron por ganador a Maduro como “fraudulentas”.