Demoró un poco, pero Google acaba de integrarse a la actual competencia de la Inteligencia Artificial con su nuevo chatbot, Bard, cuya tecnología tardó ocho años en desarrollarse y que busca ganarle a ChatGPT y Microsoft.
Y es que Google siempre había llevado la delantera, siendo reconocido como el rey de los buscadores y IA, pues destina miles de millones de dólares en el desarrollo de tecnología de última generación. Es por esto que ya estaba generando dudas entre sus usuarios de por qué no se sumaba a los populares chatbots que se están tomando las pantallas de las personas.
La tardanza de Google
“Bard realmente está aquí para ayudar a las personas a aumentar su productividad, acelerar sus ideas y simplemente alimentar su curiosidad”, dijo Sissie Hsiao, vicepresidenta de Google y una de las ejecutivas que trabajan en Bard.
No obstante, según The Washington Post, que la compañía esté detrás de sus competidores “ha provocado frustración entre algunos empleados de Google”. La razón, al parecer, es que la empresa ha decidido proceder con más cautela que sus rivales para “evitar dañar la reputación de la empresa”.
Y es que OpenAI y el chatbot de Microsoft, Bing, que se basan en la misma tecnología que Bard, han cometido errores y tenido comportamientos extraños, como este último, que dijo llamarse Sydney y entabló conversaciones hostiles que demostraban que podía tener emociones similares a las humanas.
Eventos como el anterior son los que han expuesto a las empresas de IA a críticas de que este tipo de tecnología no debería estar abierta para el uso generalizado, pues pueden ocuparse de mala forma y causar más daños que beneficios.
Es por ello que Google ha probado su IA en empleados durante muchos años, para lograr poner barreras que eviten resultados ofensivos y dañinos, y poder democratizar el uso de esta herramienta para mejorar la vida cotidiana de todas y todos.
“Prácticamente estamos marchando por el camino en el que estábamos, que consiste en descubrir cómo podemos implementar esto de manera responsable a escala”, dijo Eli Collins, vicepresidente de Google.
¿Cómo funciona Bard?
Bard está basada en LaMDA (Language Model for Dialogue Applications), un modelo de lenguaje que Google ya había lanzado en 2021.
De hecho, cuando se estrenó, Blake Lemoine, un ex ingeniero, afirmó que este bot tenía conciencia y era inteligente, por lo que rápidamente fue despedido por Google, un suceso mediático que definitivamente tomaron en cuenta para ir con cuidado en el lanzamiento de Bard.
Sobre el funcionamiento, Bard es muy similar a los otros bots: los usuarios escriben una pregunta en un cuadro de texto, y el bot responde.
Pero a diferencia de sus competidores, la cantidad de interacciones está limitada para evitar que la IA pueda desarrollar una personalidad “combativa”.
También se decidió desactivar la capacidad para que Bard produzca un código de computadora, dejando a Google en desventaja en comparación, por ejemplo, con ChatGPT.
Sin embargo, desde la compañía han recalcado que Bard todavía es un “experimento”. De hecho, todavía no está disponible en casi ningún país: solo en Estados Unidos y en Reino Unido, además de que solo se puede utilizar en inglés.