En la vida moderna, las contraseñas son nuestra mayor protección frente a intrusos. Son, literalmente, el equivalente a los cerrojos de nuestros hogares y cajas fuertes, y las ocupamos para las redes sociales, correos electrónicos e incluso, para nuestra cuenta bancaria.
Es por esto que tener una misma contraseña para todo y que sea “débil” (fácil de descifrar) puede provocar grandes problemas que, según los expertos en seguridad, podría prevenirse cambiándolas cada cierto tiempo.
Sin embargo, son pocos los países que concientizan a sus ciudadanos sobre este peligro: por ejemplo, en Estados Unidos, los primeros días de febrero es el día de Change your password (Cambia tu contraseña), una campaña que explica los beneficios de estar pendientes de las llaves hacia nuestra privacidad en Internet.
Pero, ¿todos deberíamos cambiar nuestras contraseñas periódicamente? ¿Cada cuánto es recomendable?
Cada cuánto debes cambiar tus contraseñas de Internet
La compañía de software ESET le explicó a Forbes que no existe una regla general para responder la pregunta.
Y es que todo depende de qué tan fuerte e indescifrable es la contraseña que ocupas: “Si es de 10 caracteres y solo usa letras mayúsculas y minúsculas, debería cambiarse cada mes, ya que es el tiempo ‘estimado’ en que podría vulnerarse”, dijeron desde la empresa de ciberseguridad.
No obstante, si tu contraseña tiene también números, “podría cambiarse cada seis meses y, si además tiene símbolos, podría actualizarse anualmente”.
Esto, nuevamente, depende del tipo de contraseña. Si bien en las redes sociales se pueden utilizar distintas combinaciones de símbolos y letras para complejizar la tarea a los ciberdelincuentes, en algunos bancos solo se permite una contraseña corta. En ese caso, “debe cambiarse más seguido”.
En resumen, si tu contraseña es fácil (como 12345678 o ‘contraseña’), será más fácil que alguien ajeno logre adivinarla y vulnere tu privacidad.
Por otra parte, debes guardar tu contraseña en un lugar seguro: tenerlas en un papel o en un documento en tus dispositivos no es lo ideal, y mucho menos dejarlas guardadas en los navegadores para ingresar automáticamente.
Además, es imprescindible utilizar un factor de doble autenticación —que muchas plataformas ya ofrecen y que consiste en ingresar una contraseña y adicionalmente un código que llega al teléfono celular o al correo— para protegerse de ataques cibernéticos que puedan robar nuestras cuentas y dinero.