A medida que el calentamiento global aumenta año a año, subiendo la temperatura del planeta, los seres vivos buscan la forma de adaptarse rápidamente a estos cambios.
Para estudiar cómo algunas especies están realizando estas adaptaciones, dos investigadores de la U. Austral, Luis Vargas-Chacoff y Kurt Paschke, estudiaron al pez antártico Harpagifer antarcticus -también llamado Espinudo- hoy expuesto a una mayor cantidad de agua dulce proveniente del derretimiento de los glaciares.
Los investigadores estudiaron a 25 de estos peces y los expusieron, en grupos de a cinco, a distintos niveles de salinidad en el agua. El deshielo produce aguas dulces y los peces deben conservar una cierta cantidad de sal para poder vivir.
"De los cinco peces que expusimos al menor nivel de salinidad, uno falleció, o sea, el 20%, que no es menor. Si el experimento hubiera durado más, todos los peces hubiesen muerto, incluso aquellos expuestos a mayor nivel de salinidad, ya que no podrían haber perdurado tanto tiempo en aguas dulces como otros peces", cuenta Vargas-Chacoff, quien además es científico del centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes de la U. Austral.
Los peces liberan el exceso de sal a través de un proceso en el que participan las branquias, riñones y las paredes del intestino. Si aumenta el agua dulce y el entorno en el que viven cambia en su salinidad, deben intentar parar este proceso y retener la sal para poder vivir. Pero el Harpagifer antarcticus no puede realizar este proceso.
Vargas-Chacoff advierte que el deshielo es amenazador. "La única opción que tiene este pez para no morir ante el exceso de agua dulce es que va a tener que emigrar, irse a las aguas más profundas. Pero si se va más profundo, no están las rocas en donde encuentran su alimento", dice.
Si bien el Harpagifer antarcticus no tiene una gran impacto comercial, sí tiene una importancia ecológica al ser parte de la cadena de alimentación de los pingüinos. "Por millones de años, jamás se vio enfrentado a este cambio de los últimos 50 años. El animal no está adecuado para adaptarse al ambiente. Su dieta tendrá que cambiar para ajustarse y la del pingüino también".
Otra especie que está en peligro son los anfípodos, pequeños crustáceos que son muy abundantes e importantes. Vargas-Chacoff cuenta que este año hicieron experimentos y se dieron cuenta que estos crustáceos sufren bastante en agua dulce y tampoco pueden hacer el proceso de nivelación de concentración de sales.