El cáncer cervicouterino sigue quitando vidas en el país. En 2015 fueron 620, 45% de ellas mujeres de más de 65 años, lo que ubica a nuestro país con una tasa de mortalidad hasta tres veces mayor que la de países desarrollados.
Como una manera de disminuir la incidencia y la mortalidad de este cáncer, se indica la realización del Papanicolau (PAP), un test que hoy está cubierto por GES para todas las mujeres entre los 24 y los 65 años, pero que no llega al 60% de cobertura. Sin embargo, en los países desarrollados, se cuestiona su utilidad por la cantidad de falsos positivos que arroja y se empuja hacia nuevos exámenes.
Esta semana, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) publicó en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense ( JAMA ), nuevas recomendaciones para la detección de esta enfermedad y, al igual que otros documentos, sigue advirtiendo que este test no es útil en las mujeres jóvenes (para que se desarrolle un cáncer deben pasar varios años) y hace hincapié en la incorporación de test específicos que busquen en el cuello del útero, trazas de ADN del Virus Papiloma Humano (VPH) responsable en más de un 70% de los casos de este cáncer.
Este último es un examen más caro (alrededor de 60 mil pesos) y que está disponible en Chile en algunos centros privados.
Manuel Donoso, ginecólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la U. de Los Andes señala que en Chile el PAP es un examen que ha salvado muchas vidas y que permite detectar precozmente el cáncer y las lesiones pre-malignas. Además, es un test fácil de hacer y barato.
"Afortunadamente, el cáncer cérvicouterino es un cáncer de lenta evolución, entonces con la repetición de los PAP durante un periodo, se puede detectar a la mujer que tiene varios exámenes normales y de pronto aparece uno positivo. Se han hecho esfuerzos para mejorar la detección de pacientes en riesgo y es ahí donde los exámenes de detección de VPH en el cuello del útero cobran importancia", dice el especialista. En la práctica, una mujer que tiene un examen de VPH negativo, podría espaciar el PAP por tres o cinco años.
"En la medida en que los otros exámenes se vuelvan más baratos se puede indicar a más mujeres. El tema es costo. En el sector privado está disponible", dice Donoso.
Elisa Orlandini, gineco-obstetra especialista en oncología de la Red de Salud UC-Christus, señala que lo ideal es que el PAP llegue a un 80% de cobertura. "El problema no es de acceso porque se pueden realizar en todos los consultorios, GES garantiza uno cada tres años. Muchas mujeres no se lo hacen porque la posición es incómoda, es un examen molesto y también por falta de educación. No saben lo importante que es este examen y que detectado precozmente, este cáncer es curable", dice.
Respecto de los nuevos exámenes que analizan la presencia del virus específicamente en el cuello del útero, desde 2015 las guías chilenas también incorporaron estos test como recomendación, "La principal ventaja es que este examen tienen más sensibilidad y ayuda a las mujeres que tienen más riesgo de desarrollar un cáncer. El problema es el precio. Cuesta entre 50 y 60 mil pesos pero no es parte de las garantías GES por lo que se debe pagar. Si el VPH sale negativo, una mujer podría repetir un PAP en cinco años", indica.