El 29,3% de los jóvenes de segundo medio ha consumido marihuana. Así lo reveló un estudio realizado entre junio y julio de este año en seis comunas de la capital.
Este es uno de los resultados de los primeros informes que se realizan gracias al programa "Planet Youth", una iniciativa de prevención de alcohol y drogas que fomenta Islandia que se implementó en marzo de este año. La iniciativa ya funciona en 30 países europeos y ahora en Chile, de la mano de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile, el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), y la Sociedad Chilena de Pediatría.
El psiquiatra, Carlos Ibáñez, experto en adicciones, académico de la U. de Chile y coordinador de este programa señala que a los expertos islandeses, los puntos que más les llamaron la atenciónrespecto de esta cifra tienen relación con el consumo: "la precocidad del inicio y la cantidad de consumo de marihuana en los adolescentes". Islandia, dice el especialista, "en su peor momento el consumo de marihuana llegó a un 17 por ciento, y eran el país de mayor consumo en Europa. Estamos muy mal en eso".
Además, señala que con la marihuana se da un hecho interesante, está instalada popularmente como una droga que se piensa es poco nociva, pero no es así. "El consumo de marihuana es muy problemático entre los adolescentes. En nuestro país uno de cada cinco adolescentes que ha consumido en el último año tiene una dependencia a la marihuana. El mayor motivo por el cual los adolescentes en nuestro país están en tratamiento por adicciones es la marihuana, o sea dos de cada tres adolescentes que están en tratamiento en Chile es por marihuana, entonces, el mito de que es segura, natural y que no es un motivo por el cual hay que preocuparse, ha generado que aumente mucho el consumo, se disminuya la percepción de riesgo y se normalice entre los adolescentes", dice el psiquiatra.
Por si fuera poco, los padres de estos niños no saben mucho qué hacer porque tienen información muy contradictoria desde los medios de comunicación, lo que "lamentablemente ha ido facilitando una mirada mucho más inocua e incluso positiva de la marihuana, y eso ha significado que vayan cambiando las percepciones y se haya ido normalizando el consumo".
Esta droga, no solo aumenta la deserción escolar y disminuye los logros académicos de quienes la consumen, también aumenta el riesgo de suicidios y los suicidios consumados y el aumento de las psicosis crónicas al doble en toda la población, y entre más jóvenes es más peligroso.
Coordinación entre los padres
Según Ibáñez, la coordinación entre los padres es clave. "Es una recomendación que haya acuerdos entre padres respecto a consumo o no de alcohol en las fiestas, y horario de salida. Y eso que no lo malinterpreten los niños y lo vean como un toque de queda, porque en realidad no es un toque queda, sino una guía de crianza en la que se ponen de acuerdo un grupo de padres para ser más coherentes. El gran tema es que los adolescentes dicen 'a Juanito lo dejan salir hasta tal hora, le dejan esto y lo otro, ¿por qué a mí no?', y la verdad es que muchas veces los padres no saben que contestar. En cambio, si existe un acuerdo que está pre escrito, no hay ambivalencias respecto a la hora en que las fiestas van a terminar, si se consume o no alcohol o si se fuma marihuana. Esta coordinación facilita mucho porque así un padre puede decir, 'sabes que no, nosotros decidimos esto otro en la reunión de curso y esto es lo que corre'. Esas cosas así de sencillas y básicas, son las que estamos promoviendo", indica.