Tal como se titula esta columna. Así se llama el nuevo libro de Miguel Laborde, destacadísimo cronista urbano, académico, investigador y uno los sabios de la cultura en Chile. Son casi treinta crónicas, con preciosas ilustraciones de Alejandra Acosta, publicadas en la revista La Panera. Y con prólogo de uno que es más sabio aún que Laborde, ese jefe de la tribu llamado Gastón Soublette.
“La geopoética, como concepto, nace como una herramienta para comprender y expresar nuestra relación con el mundo y el pensar a la Tierra. Considera la cultura como el modo en el que los seres humanos se conciben a sí mismos y se organizan y orientan”, explica Ediciones UC en la presentación del texto. Este concepto, la geopoética, acuñado por el poeta y pensador franco-escocés Kenneth White a fines de los años setenta, ha sido impulsado en Chile por Miguel Laborde y por una destacada arquitecta. Dejemos que el propio Laborde lo explique.
“El empresario Álvaro Flaño, reciclador de casas y coleccionista de arte, junto a la familia García Domínguez, adquirió y recuperó a comienzos de siglo una notable casa emblemática del centro de Santiago: la Casa Ried, de Lastarria con Villavicencio, volumen rojo de tres pisos. Antes había recuperado una frente al Teatro Municipal, la Casa Valdés Riesco, de Lastarria con Merced (nuevo Liguria), la de piedra junto a la Plaza del Mulato (Casa de las Enredaderas) y la de Lastarria frente a Villavicencio (ex restaurante Gatopardo). Casi terminada la Casa Ried, la arquitecta Cazú Zegers fue invitada a crear un destino para la casa; ella propuso que fuera un lugar para pensar Chile desde la geografía, el vino y la poesía, para presentar creadores, obras y encontrar a los afines al proyecto”.
Así nació el Observatorio de Lastarria. Entre junio de 2006 y diciembre de 2010 se mostraron allí 18 exposiciones y más de 100 actos; películas, lecturas poéticas, conferencias y conciertos de música dedicados a nuestro país. “Un día cualquiera (el escritor, ingeniero y artista francés) Georges Amar, deambulando por el barrio, vio nuestra casa, le interesó, y al entrar vio en un muro que era un lugar de estudios y actos geopoéticos. Asombrado, pidió más información y nos contó de la coincidencia en la misma palabra: geopoética. Y nos contó de Kenneth White y del Instituto Internacional de Geopoética. Comenzamos una correspondencia con Kenneth, él nos envió algunos de sus libros y algunos números de los Cahiers de Geopoétique, y entonces fue el turno nuestro de asombrarse; cosas en común, cosas desconocidas, un amplio espacio en el que moverse y por descubrir en una red mundial”, agrega Laborde.
Cuando llegó el momento de dejar la casa, se concentraron en trabajos y estudios, y desde el año 2011 quedaron afiliados al Instituto, “como la isla chilena de ese archipiélago”. Se enfocaron en el espacio virtual, con textos semanales sobre temas geopoéticos principalmente de América del Sur. Lectores de catorce países acudían a http://blogelobservatorio.blogspot.com, sitio que, si bien sigue en pie, dejó paso a las crónicas de Miguel Laborde en La Panera y a la creación, por parte de Cazú Zegers, de la Fundación +1000.
“Para mí el lugar es esencial, es una situación de mundo, de cultura, hay un arraigo, el lugar da muchísima información. En general, cuando recibo un encargo, voy al lugar, lo recorro, lo dibujo y, de alguna manera, el lugar me entrega las pistas hacia dónde va el proyecto. Todos tienen un nombre, que es ese algo que le da la forma arquitectónica, pueden ser juegos de palabras, pero en todo hay una mezcla entre el encargo del cliente y la palabra que trae la forma: es lo que yo llamo la geopoética”, explica Cazú. Basta ver una sola imagen del hotel Tierra Patagonia, una de sus obras más potentes, para entender esas palabras a cabalidad.
¿Quieres saber más sobre geopoética? Entonces, te recomiendo la Introducción en www.institut-geopoetique.org/es, que, entre varias cosas, explica que “el proyecto geopoético constituye, en la historia del pensamiento, una nueva herramienta o instrumento para comprender y expresar nuestra relación con el mundo”. Magnífico desafío.