La soledad es un factor de riesgo de enfermedad cardiaca en pacientes con diabetes mayor que la dieta, el ejercicio, el tabaquismo y la depresión, según una investigación publicada en el European Heart Journal, revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
“La calidad del contacto social parece ser más importante para la salud cardiaca de los diabéticos que el número de contactos”, afirma el autor del estudio, el profesor Lu Qi, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane (Estados Unidos).
“No debemos restar importancia a la soledad en la salud física y emocional. Yo animaría a los pacientes con diabetes que se sientan solos a unirse a un grupo o clase e intentar hacer amistad con personas que tengan intereses comunes”, añade.
“La soledad y el aislamiento social son comunes en las sociedades actuales y se han convertido en un foco de investigación durante los últimos años, especialmente impulsados por la pandemia de COVID-19 y la continua digitalización de la sociedad”, afirman los investigadores en un editorial adjunto.
La soledad se refiere a la calidad de los contactos sociales, mientras que el aislamiento se refiere a la cantidad.
Añaden que “la especie humana es intrínsecamente social por naturaleza. Los seres humanos no sólo necesitamos la presencia de otros, sino que dependemos de relaciones sociales significativas para llegar a una edad adulta sana —prosiguen—. Como individuos, nos esforzamos por pertenecer a una familia, a un grupo de iguales, a una comunidad. Estas interacciones sociales con la familia, los amigos, los vecinos o los colegas son primordiales para nuestro bienestar físico y mental”.
Los pacientes con diabetes corren un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y tienen más probabilidades de sentirse solos que sus compañeros sanos.
Estudios anteriores en la población general han descubierto que tanto la soledad como el aislamiento social están relacionados con una mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.
Este estudio en pacientes con diabetes examinó si los pacientes que se sentían solos o socialmente aislados tenían más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares que los que no lo estaban.
El estudio incluyó a 18.509 adultos de entre 37 y 73 años del Biobanco del Reino Unido con diabetes pero sin enfermedad cardiovascular al inicio del estudio.
El estudio
La soledad y el aislamiento se evaluaron mediante cuestionarios, asignando un punto a cada uno de los rasgos de alto riesgo.
Las características de soledad de alto riesgo eran sentirse solo y no poder confiar nunca o casi nunca en alguien, para una puntuación total de 0 a 2.
Los factores de aislamiento social de alto riesgo eran vivir solo, recibir visitas de amigos y familiares menos de una vez al mes y no participar en actividades sociales al menos una vez a la semana, para una puntuación total de 0 a 3.
Un 61,1%, 29,6% y 9,3% de los participantes tenían puntuaciones de soledad de 0, 1 o 2, respectivamente, mientras que un 44,9%, 41,9% y 13,2% tenían puntuaciones de aislamiento de 0, 1 o mayor de 2, respectivamente.
Los investigadores analizaron la asociación entre la soledad, el aislamiento y las enfermedades cardiovasculares incidentes tras ajustar los factores que podían influir en las relaciones, como el sexo, la edad, la privación, el índice de masa corporal (IMC), la medicación, la actividad física, la dieta, el alcohol, el tabaquismo y el control de la glucemia, la tensión arterial y el colesterol.
Los resultados
Durante un seguimiento medio de 10,7 años, 3.247 participantes desarrollaron enfermedades cardiovasculares, de las cuales 2.771 fueron cardiopatías coronarias y 701 ictus (algunos pacientes padecieron ambas).
En comparación con los participantes con la puntuación de soledad más baja, el riesgo de enfermedad cardiovascular era un 11% y un 26% mayor en aquellos con puntuaciones de 1 ó 2, respectivamente.
Se observaron resultados similares para la enfermedad coronaria, pero la asociación con el ictus no fue significativa. Las puntuaciones de aislamiento social no se relacionaron significativamente con ninguno de los resultados cardiovasculares.
Los investigadores también evaluaron la importancia relativa de la soledad, en comparación con otros factores de riesgo, en la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
La soledad mostró una influencia menor que la función renal, el colesterol y el IMC, pero mayor que la depresión, el tabaquismo, la actividad física y la dieta.
Según el profesor Qi, “la soledad ocupó un lugar más destacado como factor predisponente de las enfermedades cardiovasculares que varios hábitos de estilo de vida. También descubrimos que, en el caso de los pacientes diabéticos, la consecuencia de los factores de riesgo físicos (es decir, azúcar en sangre mal controlada, hipertensión, hipercolesterolemia, tabaquismo y función renal deficiente) era mayor en los que estaban solos que en los que no lo estaban”.
Concluye que “los resultados sugieren que preguntar a los pacientes con diabetes sobre la soledad debería formar parte de la evaluación estándar, con la derivación de los afectados a los servicios de salud mental”.