Para los adultos mayores, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Es por esto que el hallazgo de un nuevo estudio, que logró determinar la variante del colesterol que provoca problemas cardíacos en esta población, podría ayudar a prevenir, tratar y mejorar la salud de las personas mayores de 60 años.
La investigación duró 16 años, tiempo en el que le hicieron seguimiento y estudio a 600 adultos mayores y el resultado fue definitivo: la lipoproteína (a) elevada es la posible responsable de infartos y ataques cerebrovasculares.
Qué enfermedades provoca el colesterol en forma de lipoproteína (a)
El colesterol es una sustancia de textura cerosa y muy parecida a la grasa que tenemos en el cuerpo. El cuerpo suele necesitar para producir hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan a muchas funciones, como a digerir alimentos.
No obstante, el cuerpo produce todo el colesterol que necesita, por lo que ingerir más solo provocaría que este aumente de rango y que los problemas de salud comiencen a aparecer.
Por ejemplo, las enfermedades coronarias, que incluyen síntomas como dolor de pecho, náuseas, fatiga extrema, falta de aire, entumecimiento de las extremidades y dolor en el cuello, mandíbula o región abdominal superior.
Otra complicación a raíz del colesterol no controlado es el ataque cerebrovascular, que provoca pérdida del balance y coordinación, mareos, asimetría facial, confusión y visión borrosa.
En esta línea, el estudio, que se publicó en la revista médica Current Medical Research & Opinion, adquiere mayor relevancia, pues sugiere que los medicamentos actuales que existen para reducir el colesterol pueden no ser efectivos porque no contemplan a la lipoproteína (a).
Esto quiere decir que las nuevas terapias que se están desarrollado para reducir niveles de colesterol, debieran probar atacar también a esta lipoproteína, aunque “el beneficio clínico potencial de la terapia para reducir sus niveles elevados aún no se ha confirmado”, reconoció el científico Leon Simons de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, Australia, y autor principal de la investigación.
“Llegamos a la conclusión de que la Lp(a) elevada es un predictor importante de cardiopatía coronaria recurrente en personas mayores. Los niveles superiores de Lp(a) de referencia de 500 mg/L o 300 mg/L parecen ser apropiados para identificar a las personas con mayor riesgo que pueden beneficiarse de intervenciones de reducción de riesgos más intensivas”, explicó el doctor Simons.