Sin ataúd y, probablemente, sin familia para llorarlo. Era un adolescente de 15 años al que habrían arrojado a su tumba sin ningún tipo de cuidado, y es que su esqueleto tenía la pierna derecha rota y algunas costillas dañadas. Su brazo derecho tirado torpemente sobre su pecho y su mano izquierda cerrada en un puño.
Así lo encontraron unos investigadores que abrieron su tumba, que habría estado cerrada al menos 400 años. Pero la verdadera sorpresa fue que, por el aspecto de su esqueleto, lograron determinar que estaban frente a uno de los primeros colonos que habrían llegado al territorio que hoy conocemos como Estados Unidos.
El adolescente habría sido tripulante de un barco
El joven podría haber estado a bordo del Ark o del Dove, los barcos que llevaron a los primeros colonos blancos a las orillas del río Saint Marys en marzo del año 1643. Esto es a unos 112 kilómetros al sureste de Washington.
Esto, para Travis Parno, director de investigación y colecciones de Historic St. Mary’s City, es un descubrimiento monumental: “Este es alguien que estuvo aquí en los primeros años del asentamiento, la vanguardia de la invasión colonial. Alguien sobre quien nadie escribió. Es un período del que tenemos muy poca documentación”.
“Te preguntas a qué vino, las esperanzas que tenía, los sueños que tenía…”, reflexionó el investigador.
El esqueleto del adolescente no mostró signos de haber sido envuelta con fuerza en el sudario donde lo encontraron, pero sí tenía algunos huesos rotos o mal posicionados, como el peroné y la tibia. “Probablemente se rompió la pierna poco antes de morir, aunque eso no lo habría matado, a menos que se haya infectado”, aseguró Kari Bruwelheide, una antropóloga biológica el Museo Nacional de Historia Natural de Smithsonian.
Además, por la forma en la que estaba enterrado, los científicos creen que viajaba solo, sin su familia. Podría ser que fuera un grumete (aprendiz de marino) o un sirviente contratado.
El equipo que lo encontró aseguró estar muy emocionado, pero a la vez angustiado, ya que los huesos eran tan delicados y temían que se rompieran: “Esto era una persona. No quiero romper nada”, dijo Jessica Edwards, directora del sitio del fuerte de St. Mary.
Los restos del adolescente serán limpiados y enviados al Smithsonian para hacerle un examen detallado. Después, serán enterrados nuevamente en un lugar adecuado.