Escuchar voces, sonidos o ruidos de algo que nunca ocurrió, pero que se sintieron muy reales, es algo que más de alguien ha experimentado a lo largo de su vida.

Si bien puede ser un signo de una patología de salud mental, si es que aparece de forma frecuente, también es probable que haya sido una experiencia más bien de forma ocasional.

Aquel fenómeno, también conocido como alucinaciones auditivas, ha sido motivo de estudio en varias investigaciones científicas.

Ahora, en un estudio publicado en la revista Psychological Medicine, un equipo de científicos de Suiza descubrió que las alucinaciones auditivo-verbales pueden ser incitadas en personas sin trastornos psiquiátricos.

Cómo se hizo el estudio

Para Pavo Orepic, investigador de la Escuela Politécnica Federal de Lausana y uno de los autores del estudio, haber escuchado voces fantasmales alguna vez en la vida no es extraño.

“En realidad, existe una continuidad de estas experiencias”, explicó el especialista The New York Times. Luego agregó: “Todos nosotros alucinamos (en algunos momentos, si estás cansado alucinarás más, por ejemplo) y algunas personas son más propensas a hacerlo”.

Orepic y su equipo se propusieron explorar las alucinaciones auditivo-verbales, para lo cual usaron un dispositivo robótico en un grupo de participantes sin trastornos psiquiátricos o neurológicos.

Según Pavo Orepic, las alucinaciones auditivas pueden ocurrir de vez en cuando.

En un experimento que hicieron en el laboratorio, los investigadores pidieron a los individuos que se sentaran en una silla y luego apretaran el botón del dispositivo robótico. Una vez que lo hacían, el botón provocaba que una varilla similar a un dedo golpeara suavemente sus espaldas.

Lo usual era que no hubiera demasiada demora entre presionar el botón y el empujón del dedo. Sin embargo, en algunos casos los científicos provocaron a propósito que hubiera un retraso de medio segundo. Ese pequeño intervalo de tiempo bastó para que los individuos sintieran una presencia a sus espaldas.

En las sesiones también se les pidió usar auriculares que reproducían grabaciones de ruido rosa, voces de los mismos participantes, de otras personas o ningún sonido.

Más tarde los investigadores les preguntaron si habían escuchado voces. Ahí lograron descubrir que una vez que los participantes habían percibido una presencia cerca de ellos, eran más propensos a oír falsas voces que en realidad nunca habían estado allí.

Los participantes tendían a escuchar voces cuando antes habían sentido una presencia a sus espaldas.

Al mismo tiempo, si un individuo oía fragmentos de voces de otras personas mezclados con ruido, también era más probable que más tarde alucinara voces inexistentes.

Un hallazgo llamativo fue que, incluso cuando no había demora entre presionar el botón y el empujón del dedo en la espalda, algunos participantes informaron de todas formas haber alucinado voces. Las posibilidades de que eso sucediera aumentaron cuando los individuos habían oído su propia voz en los auriculares.

Según detalló Orepic al medio estadounidense, los resultados permiten entender que las alucinaciones pueden aparecer “de la dificultad para reconocer las propias acciones, así como de estar preparado para esperar un resultado particular”.