Cuando este sábado sea la medianoche, los relojes se deberán atrasar. Comenzará entonces a regir el horario de invierno en gran parte del país, a excepción de Isla de Pascua y la Región de Magallanes.
Esta medida que persigue aprovechar mejor la luz del día, no es la más conveniente para un grupo de científicos. John Ewer investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia, de la Universidad de Valparaíso (CINV) presentará mañana en el Congreso, un documento sobre el impacto que actual huso horario genera en la salud.
Según él, mantener el nuevo horario durante todo el año es el mejor sistema. La luz del sol es la señal que determina cuando comienza nuestro día, por lo tanto, mientras más tarde amanece, más tarde despierta biológicamente nuestro cuerpo y mayor es el déficit de sueño causado cuando suena el despertador y nos levantamos a oscuras, dice Ewer.
"Si tuviésemos un horario correspondiente a nuestra posición planetaria, que es similar al de Perú, Colombia, y Ecuador, y no el actual, que equivale al de Brasil, el sol se levantaría ahora a las 6:30 de la mañana, momento en que despertaríamos naturalmente y sin déficit de sueño. Sin embargo, el escenario actual no es así, y estos desfases entre nuestro horario interno y la hora afectan negativamente la salud al corto y largo plazo, ya que generan alteraciones en el desempeño y aprendizaje, situación que es más aguda en los adolescentes y niños, dice el académico.
Ewer mañana estará en la Comisión de Salud del Senado exponiendo los resultados de su estudio junto a Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias y director del CINV, y a Carmen Gloria Betancur, psiquiatra y académica de la Universidad de Concepción y quien fuera presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño.
Ewer propone no solo que se adopte el horario de invierno sino que además ya no existan cambios de horarios. Así, se logrará que el sol se levante más cerca de la hora en que debe despertarse la mayoría de la población en un día de trabajo y estudio, minimizando el déficit crónico de sueño, la falta de atención y una baja en el desempeño.
A juicio de Carmen Gloria Betancur, la reunión en el Senado es fundamental, ya que permitirá informar sobre los riesgos para la salud psíquica y física que conllevan los desajustes del ciclo circadiano. "En el 2015, cuando se estableció mantener el horario de verano durante todo el año, fuimos los primeros en oponernos a esta medida. Es recomendable que las personas despierten cuando existe algo de luz. Y está demostrado internacionalmente que el jet lag social y las alteraciones al ciclo circadiano, introducen consecuencias cognitivas, metabólicas y psicológicas en nuestro organismo. Por esta razón, apoyamos que, al menos, se pueda mantener el horario de invierno durante todo el año", indica la psiquiatra.
Estos desfase de sueño no están solo relacionados con problemas de atención, sino también con trastornos metabólicos, que pueden terminar en obesidad y diabetes, porque se altera la regulación del apetito y la secreción de insulina.
Otro problema que se genera despertar cuando todavía está de noche es la contaminación. La razón, mientras más temprano se encienden los motores, las temperaturas son más bajas, lo que genera una mayor polución, y dificultad para que ésta se disipe con mayor facilidad.