Así como la película protagonizada por Tom Hanks, The Terminal, un ciudadano sirio lleva atrapado en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en Malasia hace 50 días sin poder llegar a ningún destino.
Vive en los largos pasillos del aeropuerto, se baña en los baños públicos cuando no hay nadie a su alrededor y come de lo que le ofrecen los empleados del recinto.
Hassan al Kontar es un sirio de 36 años que se fue de Siria en 2006 tras rehusarse a no realizar el servicio militar.
"No quiero matar a nadie. No quiero pelear. Tampoco quiero que me maten", asegura Hassan en uno de los videos que publica en sus redes sociales donde relata su vida atrapado en el aeropuerto.
Tras salir de Siria, Hassan viajó hasta Emiratos Árabes Unidos, donde trabajó sin ningún problema como vendedor de seguros, hasta que estalló la guerra en su país 2011. A partir de ese suceso las dificultades legales iniciaron, relata El País, ya que en 2012 la embajada de Siria en EAU rechazó renovarle el pasaporte y cinco años después fue deportado a Malasia.
En el país estuvo tres meses gracias a una visa de turista, pero ya expiró. En la búsqueda de no regresar a Siria, ya que podría ser detenido, compró tickets de viaje hacia Ecuador, pero por razones que desconoce tampoco pudo volar.
De regreso en Malasia pagó una multa por exceder su estancia ilegalmente en el país y fue incluido en la lista negra de inmigrantes, por lo que tampoco puede vivir ahí. Siguiente destino: Camboya, donde los ciudadanos sirios pueden obtener una visa de turista en el aeropuerto, pero fue devuelto a Malasia luego de que revisaran su pasaporte.
De esta forma Hassan al Kontar tampoco puede ingresar a Malasia. "No sé qué decir o qué hacer. Necesito una solución. Necesito un lugar seguro donde pueda estar legalmente, con trabajo", cita The Guardian. "Siria está fuera de la discusión, incluso si me tengo que quedar aquí por siempre. No quiero ser parte de la pelea, no quiero matar a nadie. Y tampoco quiero que me maten. No es mi guerra", relata.